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Daniela Barragán

29/03/2025 - 12:04 am

Cuauh: ¡No estás solo!

Las diputadas de Morena hoy estarán tranquilas porque Monreal las llamó “heroínas”, pero deben saber que si el día de mañana Monreal tiene un objetivo que incluso atente contra ellas, esa defensa se acabará.

El episodio del desafuero del Diputado de Morena Cuauhtémoc Blanco, nos deja lecciones que trascienden al caso del exfutbolista.

El primero, muy importante, nos demuestra que el que lleguen las mujeres al poder no es sinónimo de hacer política con perspectiva de género; que no se destierran por arte de magia los males que aquejan a las mujeres y que no hay garantía de que el trabajo político sea distinto a como históricamente ha sido.

El día de la toma de protesta de la Presidenta Claudia Sheinbaum hubo varios momentos en que su discurso levantó emociones: cuando habló de nombrarnos con “A” porque lo que no se nombra no existe; cuando habló de las heroínas anónimas; cuando habló de las que lucharon por sus sueños y no los cumplieron; cuando dijo que es momento de alzar la voz porque hubo muchas que no pudieron hacerlo y cuando reconoció a las que luchan desde el hogar.

Todo el discurso de ese primero de octubre terminó por reforzar dos frases ya de por sí poderosas: “Llegamos todas” y “Es tiempo de mujeres”.

Porque es un hecho: este es un tiempo de mujeres. De eso no hay duda.

De lo que sí es sobre el actuar de las mujeres que actualmente tenemos en los espacios de poder y la toma de decisiones. El episodio del pasado martes es un recordatorio de que aunque en un área se nade a contracorriente para cambiar la manera de hacer política no significa que así sea en todos lados.

Cuauhtémoc Blanco, exgobernador de Morelos, enfrenta una acusación de abuso sexual hacia su media hermana. Terminada su administración, Morena le dio una plaza plurinominal y de inmediato se hizo de fuero. El caso llegó a manos de la Sección Instructora de la Cámara de Diputados pero Hugo Eric Flores -también ya de Morena- fue Presidente del PES, partido por el que Blanco llegó a la gubernatura de Morelos. Flores concluyó que la carpeta contra Blanco era débil, que había “deficiencias” y por lo tanto declaró “improcedente” la solicitud de desafuero.

El caso llegó al Pleno y ahí se cayeron las máscaras.

Son dos problemas. El primero, la incongruencia. Más de una Legisladora que subió a tribuna a acuerpar a Blanco, se ha puesto el pañuelo morado, símbolo del feminismo. ¿Por qué es incongruencia? Una de las tantas luchas del movimiento de mujeres es los problemas que surgen cada que una mujer se atreve a denunciar su caso de violencia sexual. Las preguntas y las críticas surgen de inmediato: ¿qué pruebas tienes?, ¿no te lo buscaste tú?, (si se tardó meses o años) ¿por qué lo haces hasta ahorita?, ¿sabes que vas a dañar la vida y reputación de tu agresor?. Esas son sólo algunas.

Un abuso sexual es un evento traumático. Hablarlo no es fácil para la víctima aunque sí para los que la rodean porque de inmediato juzgan a quien se atreve a alzar la voz. Por eso muchas no lo hacen.

De acuerdo con datos del Inegi, a nivel nacional, del total de mujeres de 15 años y más, 70.1 por ciento han experimentado al menos un incidente de violencia. De ese total, el 23 por ciento sufrieron violencia sexual.

Aunado a ello, datos oficiales indican que en México, ocho de cada 10 agresiones por violencia sexual provienen de parientes o personas conocidas cercanas.

Las diputadas de Morena que no sólo votaron por no desaforar a Blanco, sino que además lo acuerparon en el Pleno y además le gritaron “no estás solo”, hicieron caso omiso de la realidad de sus representadas, de las víctimas y de las mujeres en general. Se les olvidó que no legislan para Blanco ni para Monreal, legislan para la gente.

No eres feminista con sólo postear una frase en tus redes sociales el 8 de marzo ni por tomarte una foto en la marcha, se es feminista cuando se apuesta por militar en esa postura política que tiene un costo alto en la sociedad machista en la que vivimos. Pero es una apuesta por las convicciones, los ideales y los objetivos que tenemos para hacer de este mundo un lugar mejor para nosotras y en consecuencia, para todos.

Esas diputadas demostraron ser más aliadas de monstruos políticos cuyo mejor talento es negociar a espaldas de todos. Dentro del marxismo se habla de la importancia de la conciencia de clase para garantizar un proletariado unificado. Hoy, en México, un grupo de diputadas del partido de “izquierda” demostraron que no sólo no tienen conciencia de clase ni de género, sino que prefieren ser tapete del opresor y acatar lo que éste ordene.

Así llego al segundo punto de mi reflexión: que los poderes políticos estén en manos de hombres a los que nadie toca, es y será uno de los principales obstáculos para materializar lo que realmente significa el “llegamos todas” y “es tiempo de mujeres”.

Mientras se les siga garantizado a los viejos hombres de la política sus cargos en el poder, toda conquista de las mujeres será vista desde el trono, ya que las mujeres en la política solamente serán elementos que les permitan perpetuarse y seguir vendiéndose como los todopoderosos que logran lo que sea.

Ricardo Monreal es un personaje que en los últimos cinco años ha acumulado una gran animadversión por parte de la población pero ésta no le ha quitado el sueño. A pesar de las críticas que recibe, sus espacios de poder parecen estar asegurados. Aunque haya sido el menos votado en la elección de candidato presidencial de Morena, se le entregó la Cámara de Diputados.

Pasa lo mismo en el Senado, con Adán Augusto López Hernández. Negoció un voto con el panista Miguel Ángel Yunes Márquez y logró que las y los senadores lo recibieran con abrazos y aplausos. Hasta este día la Presidenta Nacional de Morena, Luisa María Alcalde, no ha notificado sobre si la petición de Rocío Nahle de negarle la afiliación a Yunes Márquez procede o no.

La renovación de la vida política pasa también por el género. Ir dependiendo cada vez menos de los hombres negociadores garantizará autonomía en el futuro, ya que por el momento hay un grupo de legisladores que más que representar al pueblo representan a Monreal o a López Hernández.

Las diputadas de Morena hoy estarán tranquilas porque Monreal las llamó “heroínas”, pero deben saber que si el día de mañana Monreal tiene un objetivo que incluso atente contra ellas, esa defensa se acabará.

Deben saber que ayudaron a perpetuar un sistema que nunca las favorecerá a ellas, que sólo las ve como medio para llegar a un fin personal. Deben saber que no queremos que más como ellas lleguen. Deben saber que hacen mucho daño.

Pero deben saber que si un día son ellas las que necesiten que las demás les creamos, ahí vamos a estar. Esa es la diferencia entre ellas, que tienen un cargo para hacer política que sirva a los viejos señores, y nosotras, las que hacemos política con convicción y perspectiva para cambiar nuestra realidad y defender nuestros derechos.

Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.

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