Uno de ellos iluminaba el cuadro, y Gustavo pudo ver que representaba el retrato de cuerpo entero y de tamaño natural de una mujer.
-Calle usté, si es que esta mañana, casi entre dos luces, se me vino a la reja mi pájaro bobo y pegó la hebra, y como cuando empieza nunca arremata, ¡pos velay usté! -Y hasta ahora no ha izao el ancla ese guasón de cuerpo entero, ¿verdá?
La de rodillas; en un pedestal decorado con insignias de triunfo, de cuerpo entero, coronada de laurel, y mostrando la cruz de Santiago, de quien fue caballero.
-Sí que era un mozo de chipé -dijo el viejo; y tras dedicar un breve suspiro a la memoria del difunto, continuó: -Pos bien, el de la Jalapa, que era un róa de cuerpo entero y con un corazón más grande que el Martinete, vivía, cuasi como si estuviera jaciéndolo como manda Dios y la Santa Madre Iglesia, con Rosario la Paloma, una gachí de veinte abriles a la que no se la podía mirar dos minutos seguíos sin que se le descompusieran a uno toitos los resortes der corazón, por cuya gachí sentíase el señor Toño, no obstante sus cincuenta y pico y su miajita de panza, capaz de jacer más primores que una monja y más ruío que toito un campanario.
En otra fotografía más pequeña, aparecía ya el joven señor con más claros pormenores. Estaba él solo, de cuerpo entero, pero sin accesorio ninguno.
-Pos mira tú, Soledá, platicando en plata -exclamó la señá Gertrudis con acento decidido-, yo te voy a dicir una cosa: tu marío te quiere a ti más que a naide, pa tu marío eres tú la consagrá, y tú, por mo de tu marío, jace quince días que no comes más que escarola, y no bebes más que sanguinaria y palo e madroño, y sa menester que tú sepas que tú tiées un genio mu súpito y que con los hombres las mujeres no poemos tener tanto porvorín en la vena, y sobre to, que yo he platicao con tu marío esta mañana, y tu marío me ha dicho a mí que tú eres una ingrata, que tú estás dequivocá, que el mantón que lleva la Bigotona es uno blanco que ella tenía, y que si él se llevó el tuyo fue pa jacerte un favor, y que lo que tú eres es una desagraecía de cuerpo entero.
Se abre un segundo telón, se verá aparecer en el fondo, iluminado fantásticamente, un busto de CERVANTES, á cuyo lado izquierdo se halla una estátua de cuerpo entero de RIZAL, coronándolo.
Finalmente, Juana era un ídolo para sus padres, una especie de adorada nieta para su confesor, y una buena muchacha (de quien nunca se había murmurado) para la vecindad y para el público. Ahí tenéis retratada
de cuerpo entero y de tamaño natural a la mujer que se encontró el librito de memorias.
Pedro Antonio de Alarcón
La única obra transcendental que nos ha dejado, el Lexicon de voces y frases que faltan á los Diccionarios de la Academia, gruesísimo volumen autógrafo que hoy posee nuestra hermana de la calle de Valverde, donde yo lo he copiado, no solo nos presenta al escritor de cuerpo entero, sino también al hombre.
Se lavó, se vistió, se peinó y se perfumó, y yendo a mirarse en un espejo de cuerpo entero, no pudo menos de lanzar un grito de alegría viéndose convertido en todo un caballero mal comparado.
El Primores avanzó, andando del modo que era usual en él y en los toreros al lucir, pisando la arena, el terno de luces, y llegado que hubo cerca de las ventanas, donde Dolores y Rosario lucían sus irresistibles atractivos, se detuvo un punto y exclamó, dirigiéndose al barbero, que al verlo llegar habíase separado de la de Rosario: -Oiga usté, maestro, ¿me quiée usté jacer el favor de avisar pa que traigan el Santolio pa un hombre de cuerpo entero?
La Coronación de espinas y Cristo con la cruz a cuestas, que se conservan en El Escorial, son sus obras maestras de esta clase. En ellas, no hay nada de fantástico; antes bien, ponen de manifiesto que Bosch, el soñador, era un pintor de cuerpo entero.