El Oro

Oro, El

 
Prov. del S de Ecuador, en la región de la Costa (Pacífico), fronteriza con Perú (O); 5 826 km2 y 415 703 h. Cap., Machala.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
Ejemplos ?
Y serenad, por Dios, esa pavura que en el rostro mostráis, porque, a fe mía, que el asunto no es cosa, estando a punto tan cerca el oro y tan vecino el día.
Noviembre de 1918 (Granada) La miel es la palabra de Cristo. El oro derretido de su amor. El más allá del néctar. La momia de la luz del paraíso.
De cuando en cuando me manda arguna que otra cónsula ofreciéndome el oro y el moro si dejo a Joseíto; pero yo no quiero que Joseíto sepa esto, porque como tiée el genio tan súpito y le tiée tantísimas ganas al Alpargatero...
Sueños fueron los puertos y ferrocarriles, canales y caminos, escuelas e inmigración, industrias y riquezas, trabajo y bienestar; el oro vino, pero no como lluvia benéfica que fecundiza la tierra, sino como un torrente devastador que arrancó del alma la energía y la esperanza y arrastró con las virtudes públicas que nos engrandecieran.
Dificultoso parece que de la virtud, siendo santa, pueda hacer delito el mal ejercicio. El oro es precioso, y dado en moneda es merced, y disparado en bala es muerte; y sin perder lo precioso queda culpado.
Han encargado a los fuegos fatuos que organicen una procesión de antorchas, como dicen ellos, y todo el oro y la plata que hay en el cerro -y no es poco- lo pulen y exponen a la luz de la luna.
y de este hermoso y vivífico sol, alma del mundo, no volver a la luz, sino allá cuando ceñida en lauro de victoria ostente la dulce patria su radiosa frente, el astro del saber termine su conocido giro al occidente, y el culto del arado y de las artes, más preciosas que el oro, haga reflorecer en lustre eterno, candor, riqueza y nacional decoro, y leyes de virtud y amor dictando, en lazo federal las gentes todas adune la alma paz, y se amen todas...
i el miedo de morir de hambre en tu sierra, e trae, suizo, hasta Milán sin frenos, uscando a quien te pague en esta tierra a quien te mate y haga tu mal menos; ira el oro que el Turco cerca encierra, expúlsalo de Europa o Grecia al menos: tu ayuno podrás así oponerte, allí con más honor hallar la muerte.
107 Si algo, a quien lo desea y pretende, ocurre alguna vez, a quien lo desespera, ello es grato al ánimo particularmente. Por lo cual, ello es grato a nos, también más caro que el oro, el que tú te restituyes, Lesbia, a mí, que te deseo.
Sin embargo, Gaspar no pudo evitar caer en aquel suelo lodoso que de inmediato lo transformó en otro monstruo guardián como el eliminado. Ya no era un advenedizo en aquel extraño planeta, pues ahora éste le permitiría gozar de todo el oro derretido que lo devoraba.
Que eso también es bueno que lo tengan en claro todas las empresas petroleras: que el subsuelo es de los argentinos y que está concesionado y que, por lo tanto, no podemos volver a las épocas del Virreinato donde se llevaban todo, el oro y la plata, y no dejaban nada.
Estaba envuelto en un manto que brillaba como el oro, y a sus pies una inscripción en letras enrevesadas que no las entendería el mismo cura; pero como yo era pintor, y los pintores lo saben todo, la había leído de corrido.