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El zarapito fino se convierte en la segunda especie extinguida en Europa este siglo

Los científicos declaran extinta a esta ave, la primera que desaparece en Europa en este siglo. Las siete especies de zarapitos restantes están amenazadas.

Ilustración de un zarapito de picofino, 'Numenius tenuirostris'
Ilustración de un zarapito de picofino, 'Numenius tenuirostris'Henrik Gronvold
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Han pasado 25 años y la historia se repite. El 8 de enero de 2000 EL MUNDO daba la primicia de una devastadora noticia ambiental. Dos días antes, la naturaleza española recibió el peor regalo de Reyes posible: la muerte de Laña, la última bucarda. El fin de aquella cabra montés pirenaica, la última de su estirpe, marcó la desaparición de la primera especie española y el primer mamífero del mundo en el recién estrenado tercer milenio.

Veinticinco años después, los ornitólogos dan por extinguida a otra especie, un ave en esta ocasión: el zarapito picofino. Tras la infortunada Laña, es el segundo animal del continente europeo y la primera ave extinguida desde el cambio de milenio. En ambos casos, la causa decisiva de su desaparición ha sido la presión del ser humano.

Un estudio realizado por biólogos de la Real Sociedad para la Protección de las Aves británica (RSPB), BirdLife International, Naturalis y el Museo de Historia Natural de Londres, concluye que el zarapito picofino, Numenius tenuirostris, debe ser considerado extinguido después no tener citas de la especie en los últimos 30 años.

El también llamado zarapito fino era un ave limícola, nombre derivado del limo de las orillas de zonas húmedas y litorales donde patrulleaba en busca de alimento. Su género incluía nueve especies, entre ellas el zarapito boreal, igualmente extinguido a finales del siglo XX.

Las siete especies de zarapitos restantes están amenazadas. Igual que sus compadres los correlimos, chorlitos, agachadizas, andarríos, avefrías, avocetas, cigüeñuelas, ostreros, vuelvepiedras y resto de acuáticas.

El relato de la extinción del zarapito fino es la crónica de una muerte anunciada desde inicios del siglo XX. Un primer informe de la especie, realizado en 1912, señalaba su alarmante declive. Tres décadas más tarde se señaló a su población como muy reducida. En 1988 se incluyó en la lista roja de la UICN.

Para saber más

El informe sobre el zarapito fino realizado por el Ministerio de Medio Ambiente español en 2006 subraya su escasa presencia desde principios del siglo XX, al tiempo que admite que "se trata de una de las especies peor conocidas del Paleártico occidental".

El zarapito picofino tenía sus territorios de cría en Siberia occidental y regiones boreales de Eurasia. Especie migratoria y divagante, a final del verano se desplazaba hacia regiones meridionales de Eurasia, área mediterránea, incluida España, península Arábiga y norte de África.

Fue precisamente en la laguna de Moulay Bou Selham, en la costa atlántica de Marruecos, donde por última vez se avistó la especie, en febrero de 1995. La preocupante situación del ave obligó al año siguiente a elaborar un plan de acción para su protección. Llegó demasiado tarde.

Los científicos admiten que su extinción es segura "con un 96 por ciento de posibilidades". A la espera de su actualización, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN, incluye al zarapito fino en la categoría de 'En Peligro Crítico'.

Ave de talla más reducida que el zarapito real, medía hasta 40 centímetros. De plumaje moteado con manchas romboides ocre oscuro sobre fondo más claro, blancuzco en rabadilla y espalda baja. Igual que sus congéneres, el rasgo más característico era el largo pico curvado hacia abajo, con el que estas aves sondean el barro en busca de pequeños invertebrados que constituyen su alimento.

Las causas de su desaparición

Desde la RSPB, consideran que las causas de la desaparición "tal vez nunca se comprendan por completo", aunque apuntan a la desecación de sus áreas de cría y de alimentación en marismas, pantanos y humedales, así como a "la fragmentación de una población reducida y en declive".

Deben añadirse la contaminación, la aparición de nuevas enfermedades y la caza. Causas que se extienden al resto de aves acuáticas. El biólogo Alexander Bond, director del departamento de Aves del Museo de Historia Natural, subraya que "según se acentúa el cambio climático, las circunstancias empeoran para las aves".

Seo/Birdlife señala que en la fauna ibérica residen otras dos especies de zarapitos, el real y el trinador. Aves elegantes, las mayores de las limícolas, se distinguen por ser relativamente longevas, aunque su reproducción es lenta.

Presentes los inviernos por toda la geografía nacional, solo se reproduce en escaso número el zarapito real en la lucense Terra Chá. Es el más abundante, con una población europea estimada entre 400.000 y 500.000 individuos. Mucho más escaso, el zarapito trinador mantiene una población invernante en torno a mil ejemplares.

La irreparable extinción del zarapito fino debe despertar nuestra atención igual que sorprendía su relincho metálico en playazos y marismas. El último vuelo que ha emprendido esta elegante ave debe ser la señal de alerta que obligue a la protección del resto de acuáticas.