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La comunidad internacional cierra filas ante el "desplante climático" de Donald Trump

Numerosos dirigentes mundiales critican la deriva del nuevo presidente estadounidense tras materializar la salida del Acuerdo de París

Donald Trump en su visita a las zonas afectadas por el incendio de Los Ángeles
Donald Trump en su visita a las zonas afectadas por el incendio de Los ÁngelesAP
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La comunidad internacional ha cerrado filas tras el anuncio de Donald Trump de la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el cambio climático firmado por 195 países en el 2015. El "desplante climático" del presidente republicano coloca al segundo máximo emisor mundial de CO2 al mismo nivel que países como Irán, Yemen y Libia.

Se trata de la segunda ocasión en que Trump retira a su país del Acuerdo de París, días después de que el 2024 entrara en la historia como año más caliente jamás registrado y el primero en superar el techo del aumento de 1,5 grados con respecto a la era preindustrial.

Marina Silva, ministra de Medio Ambiente de Brasil, donde en noviembre se celebra la COP30, fue de las primeras en replicar a Trump, con las imágenes aún recientes de los fuegos de Los Ángeles: "Su decisión avanza justo en dirección contraria de lo que indica la ciencia y el sentido común, de espaldas también a la realidad de los eventos de clima extremo que están ocurriendo en su propio país".

China, máximo emisor mundial, se desmarcó también por boca de su portavoz de Exteriores Guo Jiakun: "El cambio climático es un reto común al que se enfrenta toda la humanidad. Ningún país puede quedar como "no afectado" ni resolver el problema por sí solo. China trabajará activamente con todas las partes para hacer frente a los retos".

A su paso por Davos, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, defendió el Acuerdo de París como "la mejor esperanza para toda la humanidad". "Europa mantendrá el rumbo y seguirá trabajando con todas las naciones para proteger la naturaleza y parar el calentamiento global".

Una de las respuestas más contundentes fue la del ministro de Medio Ambiente de Canadá, Steven Guilbeault: "Es deplorable que el presidente de Estados Unidos decida salirse el Acuerdo de París. Desafortunadamente, no es la primera vez. Pero el acuerdo es mayor que un solo país y hay otros 194 dispuestos a seguir luchando colectivamente contra el cambio climático en ausencia de EEUU".

Desde el Reino Unido, secretario de Energía y Cero Neto, Ed Miliband, replicó también a Trump con una clara advertencia: "Creo que la transición hacia las renovables es imparable. Los países que velan por su propio interés se quedan en el Acuerdo de París porque el peligro está en no seguir avanzando".

En un severo comunicado el Gurpo de Negociadores Africanos calificó la decisión de Trump como "una amenaza a los esfuerzos globales para limitar el aumento de las temperaturas" y recordó "la responsabilidad histórica" de Estados Unidos como uno de los países con más emisiones.

El ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, replicó al anuncio de Trump anunciando que su compromiso de financiar personalmente la Convención Marco de Naciones Unidas ante el Cambio Climático (UNFCCC) ante el temor que Estados Unidos retire también sus ayudas económicas. Bloomberg hizo un llamamiento a los gobenadores y alcaldes norteamericanos para que planten cara a Trump con la acción local ante el cambio climático, como ocurrió en el 2017 cuando anunció la primera retirada del Acuerdo de París.

La salida oficial no se producirá hasta dentro de un año, por lo que Estados Unidos podrá aún participar en la COP30 de Belem, donde 195 países deberán poner al día sus contribuciones a nivel nacional. Trump podría incluso boicotearla desde dentro con la complicidad de otros líderes de la derecha dura como el presidente argentino Javier Milei, que retiró a su delegación de la COP29 de Bakú en un gesto de pleitesía hacia presidente estadounidense.

Según la ONG Carbon Brief, las medidas que puede poner en marcha Trump (con el renovado impulso a los combustibles fósiles bajo el lema de "drill, baby, drill") podrían traducirse en una emisión extra de 4.000 millones de toneladas métricas de CO2 de aquí al 2030, una cantidad equivalente a las emisiones combinadas de la UE y Japón durante un año. El "thik tank" Energy Transitions Comission estima que las acciones del presidente republicano podrían añadir 0,3 grados a la subida global de las temperaturas y servir de estímulo a otros países para rebajar sus compromisos climáticos.