MEDIO AMBIENTE
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El círculo laboral del reciclaje: una segunda oportunidad que también sirve para cambiar vidas

Más de 6.100 personas de colectivos en riesgo de exclusión social han sido formadas en gestión de residuos y reciclaje a través de 460 programas formativos

Francisco Javier García-Tristán Quesada, responsable de Producción, Calidad y Medio Ambiente de Condaplast.
Francisco Javier García-Tristán Quesada, responsable de Producción, Calidad y Medio Ambiente de Condaplast.Ecoembes
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En España más de 40.000 empleos están vinculados al reciclaje, un sector que no solo proporciona una segunda vida a los residuos, sino que también puede brindar una oportunidad laboral a personas en riesgo de exclusión. Muchos de los empleos necesarios para hacer funcionar las empresas que contribuyen a reducir el impacto ambiental del consumo requieren una especialización. Así que para lograr el doble objetivo de crear la fuerza de trabajo que permita impulsar la economía circular y, a la vez, dar una segunda oportunidad a personas que lo necesitan, nació en 2014 el programa Reciclar para cambiar vidas.

Se trata de un proyecto de Ecoembes, la organización sin ánimo de lucro que se dedica a la coordinación del reciclaje de los envases en España, que proporciona una oportunidad laboral a personas que pertenecen a colectivos sociales en riesgo de exclusión del mercado laboral, como por ejemplo víctimas de violencia machista, parados de larga duración o personas que han estado en prisión.

«El propósito de Ecoembes es un futuro sin residuos, un objetivo que queremos conseguir generando un impacto positivo, además de en el medio ambiente, en las personas y en la sociedad», explica Beatriz Aylagas, coordinadora ESG de Ecoembes. «Estamos comprometidos con un reciclaje y una transición hacia una economía circular que no deje fuera a nadie, por eso Reciclar para cambiar vidas se centra en colectivos en riesgo de exclusión».

Para saber más

El proyecto se lleva a cabo gracias al trabajo con los centros penitenciarios — a través de una colaboración con Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo— , con entidades sociales y también con una alianza con Fundación la Caixa bajo el marco de su programa Incorpora, que sirve de nexo de las necesidades de contratación de empresas del sector con las búsquedas de empleo. «En el aspecto social tenemos la suerte de contar con la alianza con Fundación la Caixa que tiene una red extensa que nos permite llegar a las personas sobre el terreno; además podemos utilizar el portal Incorpora, que es perfecto para conectar oferta y demanda en el mundo del empleo», señala Aylagas.

Asimismo, la experiencia de Ecoembes en el mundo del reciclaje se aplica a los programas formativos que sirven de impulso a personas que buscan formarse e iniciar una nueva carrera laboral. Más de 6.100 personas procedentes de colectivos en riesgo de exclusión social han sido formadas en gestión de residuos y reciclaje, en más 460 programas formativos. Esa labor se ha traducido en más de 2.700 inserciones laborales de personas en empresas del sector.

Francisco Maisanaba, que lleva trabajando en Condaplast desde 2018.Ecoembes

Una de las que ha participado en la iniciativa es Condaplast, empresa especializada en la fabricación de bolsas de basura a partir de plástico 100% reciclado que recuperan de uso post-industrial. Fundada hace más de cuatro décadas, encontrar personal cualificado a menudo ha sido un reto. «Al ser pioneros en un proceso que hasta hace poco era poco conocido y valorado, hemos tenido que formar desde cero a la plantilla y promover internamente», explica Francisco Javier García-Tristán Quesada, responsable de Producción, Calidad y Medio Ambiente de Condaplast.

En 2018 se sumaron a Reciclar para cambiar vidas y, desde entonces, reciben alumnos en prácticas procedentes de los programas formativos. «En más de 10 años, más de 50 personas han completado los cursos y muchas de ellas han logrado integrarse en nuestra plantilla; actualmente representan el 10% de nuestros trabajadores», relata. «Es un proyecto que me ha permitido conocer la realidad de parte de la sociedad, me ha concienciado y me ha permitido desarrollar un método propio y obtener las habilidades sociales necesarias para seleccionar a potenciales trabajadores procedentes de colectivos desfavorecidos». Desde la empresa destacan el trabajo en los centros penitenciarios, asociaciones, trabajadores sociales, y la actitud de la plantilla, fundamental para una acogida «sin prejuicios» del nuevo personal.

Es el caso de Francisco Maisanaba, que lleva trabajando en Condaplast desde 2018. Antes de eso, durante el tercer grado penitenciario hizo el curso de operario de reciclaje bajo el marco del programa Incorpora. «Es un sector que siempre me ha interesado. En la cárcel un día vi un cartel con un anuncio de cursos de formación para reciclaje de Ecoembes, así que pedí información», recuerda. «En ese momento ya había pasado el plazo pero, cuando volvieron a salir cursos para formación y reinserción laboral, me ofrecí. Yo era el último de los posibles candidatos, había plazas limitadas en los cursos y eran muchos los interesados, pero algunos declinaron y, gracias a Dios, pude entrar».

La formación tenía dos partes, una teórica y las prácticas en la empresa concertada, en este caso Condaplast. El proyecto le proporcionó una oportunidad laboral que cambió su vida. Dentro de la empresa no ha dejado de formarse en varias áreas, ha podido evolucionar y ejercer diferentes puestos. Ahora Francisco quiere servir de ejemplo a otras personas que, como él, quieren cambiar. «Este trabajo ha sido muy importante para poder reconducir mi vida. Me ha aportado estabilidad, todos somos conscientes de lo difícil que está el mercado laboral y, si a eso le añades el condicionante de salir de la cárcel, pues ya puedes hacerte una idea», explica. «Estos proyectos son herramientas importantes, necesarias para poder ayudar a muchas personas que por diversos motivos han perdido el rumbo a retomar el camino, a poder reinsertarse y llevar una vida normalizada».