Hemos tomado de YouTube este video que muestra a Cúcuta, como ciudad verde de Colombia.
Cúcuta, es una de las principales ciudades que cuenta con una variada arborización, brindando a los espacios urbanos la sombra que los hace confortables y atractivos, no solo para los cucuteños, sino para los extranjeros y colombianos que visitan el portón de la frontera como nos bautizó el maestro Jorge Villamil.
“El árbol es una escultura viviente que se puede tocar y da sombra mientras desafía la gravedad” explica Home en su documental sobre la tierra.
En Cúcuta, cada vez que un niño nace, se apropia del lugar porque sus padres plantan en el patio de la casa, o en el andén, un mango o cualquier otro árbol. Según la Consulesa de España, Rosa Somavilla, “apropiarse de un lugar no es, únicamente hacer de él una utilización reconocida, es establecer con él una relación, integrarlo a las vivencias propias, enraizarse, dejar huella y convertirse en actor de su propia transformación y adquirir sentido de pertenencia”.
Según el investigador de la UFPS, Evaristo Carvajal Valderrama, “entre la flora y la fauna existe una dependencia muy estrecha, basada en leyes naturales que rigen la estructura y funciones de las asociaciones de seres vivos”.
Esa fauna y esa flora conviven en Cúcuta en una amorosa comunicación que quiere romperse con tanto abuso de quienes tumban los árboles o dañan sus raíces para que estos caigan como sucedió esta tarde (miércoles 29 de agosto) en la avenida Cero. Hace una semana, tumbaron el de la esquina y los mismos taladores, levantaron el pavimento y debilitaron las raíces de los que quedaron frente al edificio Yanet. Los vecinos les advirtieron de lo que podía pasar y la respuesta fue que le dijeran eso a los dueños de edificio.
Este era un árbol muy joven. Cada anillo de su tronco representa un año de vida. Si observamos la imagen, podemos ver que, a lo sumo, tenía entre 10 y 15 años de vida.
Lo cierto es que el piso fue levantado sin ninguna orden de Planeación. Tampoco se colocaron señales de peligro. Como si fuera poco, los peatones tienen que caminar por la calle, exponiéndose a ser atropellados por el flujo vehicular que por la avenida cero (0) transita sin que exista una señal que indique, están trabajando. Lo peor, es que contribuyen a la pérdida de todo un ecosistema que alberga pájaros y nidos, insectos y toda una especie que ayuda a preservar el medio ambiente. El viento y el peso de las ramas, hizo el resto… Claro, el tronco se quedó sin pies y no resistió la fuerza de gravedad.
La arborización de Cúcuta la podemos considerar que puede ser, más que tricentenaria en la ciudad, si nos remitimos a las crónicas y relatos que se conocen luego de terremoto de 18 de mayo de 1875, que los cucuteños hemos tenido la cultura y querencia por la siembra de árboles.
Partiendo de un estudio realizado por expertos botánicos, quienes encontraron que en la población arbórea existente en Cúcuta, había 71 especies tanto de nativos como introducidos desde el exterior.
El cují es un árbol símbolo de Cúcuta que tiene una característica especial y que se extiende al ritmo del viento formando una sombrilla. De él, dicen los expertos, es el último recurso que le queda a las zonas erosionadas como son los cerros circundantes de tierra roja de Cúcuta.
Siguiendo con las especies nativas, contamos con las siguientes: el matarratón, chiminango, urapo y el guayacán amarillo. También, el samán, la ceiba, el mamón, el níspero y el totumo.
Los no nativos son entre otros, el almendrón, la acacios amarillo, rosado y rojo; el nim, ficus y pata de vaca, oriundos de Asia. El oití del Brasil, de mayor población en los andenes y parques de la ciudad.
El mango, único que produce fruto dulce tanto para el consumo humano como para las aves y otras especies.
Especies menores, el mirto que en primavera llena de perfume a los cucuteños.
Ceibo dominico, oriundo del pacífico sur; tulipán africano, pala santo de las Antillas, carbonero blanco de Brasil y candelabros de Grecia.
Las palmeras también hacen fiesta. Palma real de Cuba, paraíso de Filipinas, palma areca, y cola de pescado de Asia, así como el abanico, y la cocotero del pacífico sur.
En muchos sectores se pueden observar amplios espacios como andenes y calles que se caracterizan por sus grandes árboles de frondosas ramas que inundan las rutas de los transeúntes con ramas, hojas verdes o amarillas y en algunos casos con sus frutos que sirven para el consumo según el tipo de árbol.
Se dice que las cosas se parecen a su dueño, como le sucede al cucuteño con su arborización. Se puede observar que los árboles están siendo talados sin consideración, la selva de cemento invade la selva natural, los árboles están cayendo uno a uno. Es claro que el cucuteño en esta época prefiere la modernidad que lo clásico, pero los árboles están un poco apartados del término modernidad.
En una tarde de caminantes, se siente el sol fuerte, y se observan los pasos rápidos o lentos de los cucuteños, las calles y los arboles danzando a la melodía del viento, los ciudadanos siguiendo los rastros de su baile en busca de sombra, sin duda es un buen paisaje, tomando un jugo de naranja frio, que seguro compraron a una simpática vendedora ambulante. Los enamorados, ven el árbol como eternidad, por su larga vida y sabiduría, prefieren tallar allí sus iníciales, los niños juguetones y sonrientes escalan el árbol alto de su casa, y cando juegan al escondite cuenta hasta diez sobre su corteza.
En las noches, se escuchan las hojas, y el enamorado triste toma una ramita y desprende una a una sus hojas.
Sin los arboles Cúcuta pierde un poco su brillo, el sol es más fuerte y la piel se dora.
Los centros comerciales grises y sofisticados dejan con poca oportunidad a los arboles; por cada cucuteño hay un árbol, a su gusto. En Cúcuta hay un árbol sembrado gusto de alguien.
Se debe escribir un libro y sembrar un árbol como buenos propósitos en la vida; Cúcuta está llena de buenos propósitos, solo hay que saber sembrar el árbol indicado en el lugar indicado midiendo las condiciones del terreno. A los cucuteños les gusta sembrar y tener colores vivos en su ciudad, eso refleja que su alma tiene muchos colores, en especial el verde, así como unos puntos que tiritan si se observa un poco de lejos la ciudad.
A través de las redes sociales publicamos algunas fotos de árboles de Cúcuta. Las respuestas no se hicieron esperar:
Arbeniis Petit desde Tuluá, dice: Cuantas ciudades no envidiarán a nuestra Cúcuta por ese hermoso túnel natural de la Quinta Oriental… Cómo me enorgullece ser Cucuteño Arbenis.
Nada que envidiarle a los paisajes de Europa, responde Freddy Antonio Calderón.
“Mirémoslo ahora. La belleza, la frescura. Pero no hace falta el inconsciente que empiece a tumbar los árboles”… señala Marino Vargas Gelvis.
Todos tenemos que tener sentido de pertenencia por nuestra ciudad y cuidar ese regalo maravilloso de la naturaleza: su arborización que la engalana.
“Estos túneles son la linda imagen desde la entrada a Cúcuta … Preciosa ciudad”, dijo Édgar Osorio Luna.
“Lo triste es que no lo sabemos apreciar ni cuidar, ni respetar. .. Se me parece mucho a las calles de mi querida Valledupar…pero que linda mi Cúcuta…gracias a Dios este es el mejor vividero del mundo” evidencia Leonardo Senior Cardona.
Desde algún lugar del mundo, Gloria Eugenia Valero quien compartió nuestra foto deja en claro que esta es una bella calle de Cúcuta.
De acuerdo, le responde Álvaro Urquijo Castro la naturaleza impone su belleza, y llena de tranquilidad.
“Bella mi Cúcuta”, Jorge Báez desde Armenia.
Los asistentes al IV Encuentro nacional de periodismo de Hoy, realizaron un trabajo de curso sobre narrativa transmedia que puede ver completo desde aquí bajo el título de Cúcuta en blanco y negro.

Naranjas bajo los árboles del parque de la fundadora de Cúcuta, doña Juana Rangel de Cuéllar, Foto somoslarevista.com

El amor se refleja en esta mezcla de veraneras en flor, abrazadas a un oití. Foto somoslarevista.com
Trabajo realizado por:
Víctor Hernández
Isbelia Gamboa
Katherin Bernal
Johana Pérez
Anny Sánchez
Mary Stapper –editora.
Tallerista: Andrés Julián Flórez Aristizábal.
@somoslarevista
8 comentarios para "Cúcuta, ciudad verde"