vísceras

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vísceras

viscera

vísceras

viscere

vísceras

SFPL (Anat) → viscera pl, entrails (fig) → guts, bowels
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Ay, qué gran crimen es en las vísceras vísceras esconder y con un cuerpo ingerido engordar un ávido cuerpo, y que un ser animado viva de la muerte de un ser animado.
Hubo aquel día en el que, simientes solo y esperanza de hombres, de nuestra primera madre habitábamos en el vientre: la naturaleza sus artesanas manos nos allegó y que estuvieran angustiados esos cuerpos en las vísceras escondidos de nuestra distendida madre no quiso y de esa casa nos emitió, vacías, a las auras.
¿Es esto aquello que el poblado cielo, vísceras y diseños en la tierra, sueños y hechizos que con tanto celo estudié siempre y que mi ciencia encierra, cuando aún gateabas por el suelo, decían de tus hechos en la guerra: que serían tus obras de armas tales que a ellas nunca otras habría iguales?
Detenido, idiotizado, mirando caer la misma lluvia, como siempre, de siempre, destructora, bienhechora, desmayándose en su manto tierno sobre arenas sobre asfaltos, sobre esteros; derramándose en abrazos húmedos sobre escombros, sobre ruinas, sobre cueros; agitándose en torrentes turbios sobre cráneos, sobre muecas, sobre vísceras.
Y no solo sembrados y sus alimentos debidos se demandaba al rico suelo, sino que se entró hasta las vísceras de la tierra, y las que ella había escondido y apartado hacia las estigias sombras, se excavan esas riquezas, aguijadas de desgracias.
“Aunque la propia Latonia a él con sus armas lo proteja, contra la voluntad, aun así, de Diana lo destruirá mi diestra.” 395 Tales cosas con grandilocuente boca, henchido, había remembrado y su bicéfala segur levantando con ambas manos se había erguido en sus dedos, suspendido sobre el principio de sus articulaciones: se apodera del que tal osaba y por donde es la ruta vecina a la muerte, a lo alto de las ingles el fiero le enderezó sus gemelos dientes. 400 Cae Anceo y hacinadas con mucha sangre sus vísceras resbalándose fluyen.
“Llega a los pobres colonos con daño más grave la peste y en las murallas señorea de la gran ciudad. Las vísceras se queman a lo primero, y de la llama escondida indicio el rubor es y el producido anhélito.
Ella, con el dado carro sostenida por el aire, deviene a Escitia, y de un rígido monte en la cima –Cáucaso lo llaman– de las serpientes los cuellos alivió, y a la buscada Hambre vio en un pedregoso campo: con sus uñas, y arrancando con los dientes unas escasas hierbas, 800 basto era su pelo, hundidos sus ojos, palor en la cara, labios canos de saburra, ásperas de asiento sus fauces, dura la piel, a través de la que contemplarse sus vísceras podían, sus huesos emergían áridos bajo sus encorvados lomos.
¡Qué olor! Ha saturado mis membranas, se ha infiltrado en mi carne, en mis vísceras... Me ha envenenado después de haberme emborrachado afrentosamente.
Hombre un día de brillantísimo cartel, tanto en lo de jugarse las vísceras al daca y toma por menos de un estornudo, como en lo de no dejar incólume tórtola alguna de las muchísimas que cometieron la torpeza de ponérsele a tiro de escopeta en el distrito, campo de sus hazañas, había conseguido, al echar el ancla en el puerto tristísimo de la vejez, ser mirado y remirado por todos los que le conocían, que eran todos o casi todos los que por aquel entonces, sin distinción de sexos, valían y podían darse pisto en el barrio, como un a modo de venerable patriarca y árbitro supremo, al cual acudían en todas sus diferencias a consultarle sus litigios y en demanda de sus siempre acertadísimos consejos.
No, no podrán, ante esta circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que fueren- la respuesta de todos y de todas los patriotas, los revolucionarios, los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras como diría Augusto Mijares, es unidad, lucha, batalla y victoria.
Añade los incendios, las ruinas, los naufragios, las laceraciones de los médicos que buscan los huesos bajo las carnes palpitantes, meten las manos en nuestras vísceras y aumentan el dolor para curarnos enfermedades vergonzosas.