Muy pobre diablo era el que salía del apuro con un gasto de mil duretes. Así, cuentan que un Rector de la Universidad solía decir i—Accipiamus pecunia et mitamua asintis in patria sua.
-Pero no pagado -argüía el fraile,- y la prenda es del primero que da por ella
pecunia numerata; pues como dice el proverbio, «no sirve faré, faré, que más vale un toina que dos te daré».
Ricardo Palma
Como façie grant gasto, espensa sin mesura, Falleçió la
pecunia, parose en ardura, Non trovaba mudado, nin fallaba usura, Nin entre los estrannos, nin entre su natura.
Gonzalo de Berceo
Mas tuvo padrino poderoso en el claustro univerhilario y, por aquello de accipiamus
pecunia et mitamus assinuti in patria sua le dieron el diploma de licenciado en leyes.
Ricardo Palma
No los seguía por imitarlos, sino por sacarlos de apuros, cuando carecían de pecunia, cuando perdían al juego, cuando tenían que restituir el dinero cogido a la familia o las prendas empeñadas.
Sennora gloriosa, mienna Sancta Maria, Tu bien en medio iaçes en esta pleitesia: Quando bie la catares, tuia es mas que mia: A ti do la
pecunia, sennora, tu la guia.
Gonzalo de Berceo
La villa do façie el iudio morada, El que al burgés ove la
pecunia prestada, Iaçia, commo leemos, çerca la mar poblada, Las ondas ennos muros bathien a la vegada.
Gonzalo de Berceo
Y las revolucionarias..... porque si bien su paternidad conservaba privilegios teóricos, perdía el manejo práctico de la
pecunia.
Ricardo Palma
Y si mereció ser ennoblecida cabalmente por ser más apetecida, pues es indudable que aman muchos más a Venus que a la Virtud, ¿por qué se elogió a la diosa Minerva y se dejó en la penumbra a la diosa Pecunia, siendo así que entre los mortales halaga mucho más la avaricia que la pericia?
Si esta selección ha sido obra del juicio de la insensata chusma, ¿por qué no se ha preferido la diosa Pecunia a Minerva, pues que hay muchos artífices por el dinero?
Y desto hemos de hacer luego la experiencia los dos: armemos la red, y veamos si cae algún pájaro destos arrieros que aquí hay; quiero decir que jugaremos los dos a la veintiuna, como si fuese de veras; que si alguno quisiere ser tercero, él será el primero que deje la
pecunia.
Miguel de Cervantes Saavedra
Antes aquel cuyas son todas las cosas es envilecido e injuriado siempre que se le llama pecunia o dinero; porque, respecto de todo cuanto hay en el Cielo y en la tierra, ¿qué es el dinero, en general, con respecto a cuanto posee el hombre con nombre de dinero?