En el tango la pareja debe realizar figuras, pausas y movimientos improvisados, llamados «cortes, quebradas y firuletes», diferentes para cada uno de ellos, sin soltarse.
Sus primeros firuletes con la pelota los realizó en los aledaños al Pantano de Ohaco, donde años después se alzaría el estadio de Independiente.
En la coreografía milonguera tradicional del tango, el corte y los firuletes corresponden a los momentos melódicos del tema, en los que el compás se encuentra menos marcado, debiendo finalizar y caminarse cuando el tema vuelve al compás marcado.
Un poema de Evaristo Carriego de 1913, titulado "El casamiento" refleja tanto la difusión familiar que había tomado el tango como el carácter excesivamente osado con que era visto el corte a comienzos de siglo: Técnicamente, la quebrada ser realiza inmediatamente después de un corte, quebrando la posición vertical que se mantiene durante la caminata, aproximando las cuerpos y generando un momento de alta sensualidad. La quebrada integra el grupo de los "firuletes", es decir adornos coreográficos para el lucimiento de la danza.
"Yo me fui despojando cada vez más del manejo del lenguaje porque le tenía mucho miedo a los adornos, a los firuletes y a las metáforas forzadas; en los últimos tiempos se ha venido dando en mi poesía una mayor simplicidad.
Además, representaba muy bien el aspecto de dureza del mundo del camión y resaltaba a la vista, dándole un aspecto tridimensional y adornándola con firuletes.
Como a veces la demora por la inclusión de esas letras era grande, el dueño del taller de Paseo Colón le encargó a Brunetti y Pascarella, que habían visto como hacían la tarea los franceses, que realizaran ellos las letras, destacándose Pascarella en la tarea de hacer los denominados firuletes que ornamentaban los carteles y que se convertirían en característicos del fileteado.
Estas figuras también suelen recibir la denominación genérica de "corte" y más propiamente de "firuletes", es decir adornos coreográficos de la danza.
Entre ellas: "Trotamundos en Discordia Murga de Monte Chingolo", " Los Piantados, de Paso del Rey", "Firuletes de Pompeya" (Merlo), Espíritu Cascabelero de Lanús; Los Juglares, de Wilde; Cachengue y Sudor, de Caballito; Los Guardianes de Mugica, de la Villa 31; Los Pegotes, de Florida; Mala Yunta, de Floresta; Despilfarrados, de Colegiales; Los Que Nunca Callarán, De Colegiales; "Los Reventados del Ritmo" de Necochea; "Dementes Libres" de Mar del Plata; Alquimia de Carnaval; Resakados del Trueno de San Miguel, y muchas otras.
El tango ha cambiado, tanto la música como el baile. Se ha hecho más lento, más cadencioso, con menos firuletes, más caminado, más liso.