Que Ningún Niño Se Quede Atrás

La ley Que ningún niño se quede atrás (en inglés: No Child Left Behind, NCLB) fue aprobada por el Congreso de los Estados Unidos con la finalidad de ayudar a los estudiantes a obtener mejores resultados. La ley entró en vigor durante la presidencia de George W. Bush, el 8 de enero de 2002. Con esta ley, las escuelas estadounidenses se han visto forzadas a obligar a sus respectivos alumnos a mejorar progresivamente las notas de los exámenes si no quieren perder la financiación que reciben del gobierno federal.

El Presidente George W. Bush firmando la ley en 2002.

Desde que la ley entrara en vigor, el Congreso ha dado a las escuelas desde 42,2 mil millones de dólares en 2001 hasta 54,4 mil millones en 2007. No Child Left Behind obtuvo un incremento desde 2001 a 2007, de 17,4 mil millones hasta 24,4.[1]

Historia legislativa

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La legislación fue propuesta por el entonces presidente George W. Bush el 23 de enero de 2001. Sus coautores son los representantes John Boehner, George Miller y los senadores Edward Kennedy y Judd Gregg. La legislación fue aprobada por la cámara de representantes el 23 de mayo de 2001.

Referencias

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Enlaces externos

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