¿Por qué a esta mala persona alentáis, o qué éste sabe sino ungidos patrimonios devorar? ¿Con este nombre, de la ciudad el más opulento suegro, y tú, yerno, lo perdisteis todo?
Eustaquio intentó algunas alusiones epigramáticas acerca de algunas gentes, que tomaban una tienda por una hospedería, otras que no eran bien acogidas y que parecían débiles; por otra parte, no se atrevía a hablar abiertamente a su mujer y a su suegro para no dar la impresión de ser un hombre interesado desde los primeros días de su matrimonio, cuando realmente les debía a ellos todo cuanto era.
Le preguntó por la salud de su mujer y de su suegro y le gastó todo tipo de bromas banales, aludiendo a su estado de recién casado.
Murió su suegro y dejó poca cosa; el yerno se indignó y se metió a fabricante, perdió algún dinero, y luego se retiró al campo donde quiso explotar sus tierras.
A Méjico se trasladaron, pues, la Mariposa y el elocuente autor de sus días. El viaje fue un duelo continuado para el presunto suegro.
Aquél y no como en el pasado los relatos simples y a todas luces tendenciosos de su suegro Don Nicolás de Vedia y de su Padrino D.
En fin, mal que bien, estuvo ya la casa adornada; pero ¡oh desgracia!, mi amigo tiene un
suegro sumamente gordo; verdad es que es monstruoso, y es hombre que ha menester dos billetes en la diligencia para viajar; como a éste no se le podía romper pata como al sofá, no hubo forma de meterlo en casa.
Mariano José de Larra
Mudó mi criado el baúl de la posada a casa de mi mujer; encerré en él delante della mi magnífica cadena; mostréle otras tres o cuatro si no tan grandes de mejor hechura, con otros tr es o cuatro cintillos de diversas suertes; hícele patentes mis galas y mis plumas y entreguéle para el gasto de casa hasta cuatrocientos reales que tenía. Seis días gocé del pan de la boda, espaciándome en casa co mo el yerno ruin en la del
suegro rico.
Miguel de Cervantes Saavedra
Don Juan Teodoro Jaramillo, Juez de Bienes de Difuntos, noveno testigo, dice: "Que sabe, ha oído y entendido que el Capitán Don Agustín de Carrión Merodío y el Gobernador Don Pedro de Alarcón, su suegro, fueron de los primeros pobladores del Cerro de Oro y Villa de Zaruma, y luego el primero pasó a serlo de esta ciudad, y que los mencionados hacen el tronco del interesado, igualmente que el Capitán Salvador Román, que, habiendo servido en las conquistas de México y el Perú, fue Cabo Principal del descubrimiento y población de dicha Villa".
Era el suegro del marqués, el viejo duque de Laverdière, el antiguo favorito del conde de Artón, en tiempos de las partidas de caza en Vaudreuil, en casa del marqués de Conflans, y que había sido, decían, el amante de la reina María Antonieta, entre los señores de Coigny y de Lauzun.
Como la familia del
suegro no cabía toda en el carruaje, había determinado no usarlo para conducirla a casa, sino que, en cuanto terminase la comida, entre cinco y media y seis, darían Pepito, Blanca y él una vuelta por la Quebrada-arriba, pasarían por el Parque de Bolívar, y, siguiendo por la Carretera del Norte y por la Plaza de Berrío, tornarían a casa donde ya estarían en escena las cantoras.
Tomás Carrasquilla
- Bien; estuve,cinco años empleado en la aduana del Rosario, tres en la policía, y como mi
suegro, con quien vivo, se vino a Buenos Aires, busqué aquí un empleo y en él me encuentro desde que llegamos.
Miguel Cané