fregona


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fregona

1. s. f. despectivo Mujer que se dedica a fregar y hacer la limpieza su madre trabajó como fregona en un hotel. criada
2. Utensilio doméstico compuesto por un mango largo y tiras de material absorbente en su extremo inferior, que sirve para fregar los suelos sin necesidad de arrodillarse o agacharse. mocho
3. despectivo Mujer desarreglada, desaliñada o mal vestida.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

fregona

 
f. desp.Criada que sirve en la cocina y friega.
Utensilio doméstico para fregar los suelos sin necesidad de arrodillarse.
La ilustre fregona. Personaje que da título a una de las Novelas ejemplares de Cervantes.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

fregona

(fɾe'γona)
sustantivo femenino
1. utensilio para limpiar los pisos compuesto por un palo largo y material absorbente La madre buscó la fregona para limpiar las manchas del suelo.
2. mujer que se dedica a la limpieza No me he casado para ser una fregona.
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos

fregona

nombre femenino
(desp.) criada sirvienta
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

fregona

Wischmopp, Mopp

fregona

mop, maid

fregona

moppi

fregona

dweil, zwabber

fregona

mop

fregona

mop

fregona

moppe

fregona

mekana metla za pranje poda

fregona

モップ

fregona

대걸레

fregona

mopp

fregona

mopp

fregona

ไม้ถูพื้น

fregona

paspas

fregona

cây lau nhà

fregona

拖把

fregona

拖把

fregona

SF
1. (= utensilio) → mop
2. (= persona) → kitchen maid, dishwasher (fig) (pey) → slave, skivvy (Caribe) (= sinvergüenza) → shameless hussy
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Y ¿quién diablos te enseñó a cantar a una fregona cosas de esferas y de cielos, llamándola lunes y martes, y de ruedas de fortuna?
Al contemplarla así, enguantada, calzada de fino, oscilando el plumaje clorón sobre el cuello velado de tul, ¡quién creyera que al volver a casa, depuesto el disfraz, cayese sobre ella todo el peso del menaje, porque no tenía criada, y la madre sufría violentos ataques de un asma que la impedía acercarse al fogón! La rubia hacía de fregona, guisaba..., ¡a bien que allí había que guisar tan poco!
Merced a esta pasión de publicidad que las embriaga, las chicas de doña Calixta son conocidas hasta de la última fregona de Santander, y no hay un ser que respire en este pueblo de quien ellas no puedan dar más pormenores que un agente de policía.
-Primero quiero ver a la fregona que saber otra cosa; llamadla acá -dijó el Corregidor. Asomóse el huésped a la puerta de la sala y dijo: -¡Oíslo, señora: haced que entre aquí Costancica!
Cervantes publicó doce novelas: La Gitanilla, La fuerza de la sangre, Rinconete y Cortadillo, La española inglesa, El amante liberal, El Licenciado Vidriera, El celoso extremeño, Las dos doncellas, La ilustre fregona, La señora Cornelia, El casamiento engañado y el Coloquio de los perros, jactándose en su prólogo de haber sido el primero en novelar en lengua castellana.
Introducida la fregona a presencia de la corte, sacó de debajo de la asquerosa piel una manecita de marfil ligeramente sonrosada; hicieron la prueba, y el anillo se ajustó a su dedo de tal manera que los cortesanos no acertaban a volver de su asombro.
Dijérasla, noramala para ti y para quien le hubiere parecido bien tu trova, que es tiesa como un espárrago, entonada como un plumaje, blanca como una leche, honesta como un fraile novicio, melindrosa y zahareña como una mula de alquiler, y más dura que un pedazo de argamasa; que, como esto le dijeras, ella lo entendiera y se holgara; pero llamarla embajador, y red, y moble, y alteza y bajeza, más es para decirlo a un niño de la dotrina que a una fregona.
-Pues decidme, huésped -dijo el Corregidor-, ¿dónde está una muchacha que dicen que sirve en esta casa, tan hermosa que por toda la ciudad la llaman la ilustre fregona; y aun me han llegado a decir que mi hijo don Periquito es su enamorado, y que no hay noche que no le da músicas?
Con esto se despidieron los dos mozos de mulas, cuya plática y conversación dejó mudos a los dos amigos que escuchado la habían, especialmente Avendaño, en quien la simple relación que el mozo de mulas había hecho de la hermosura de la fregona despertó en él un intenso deseo de verla.
He aquí, lisa, llana y prosaicamente, lo que sucedió: Oído el recado, que fue transmitido por una modestísima fregona, abrí desde la cama la desnuda vidriera del balcón; vestíme con lo primero que hallé a mano, como hago todos los días; encendí un pitillo de Astrea, y salí al encuentro del personaje anunciado, al cual conocí en cuanto le eché la vista encima.
SACRISTÁN: A eso te respondo, por la fuerza de mi dicha, que soy Lorenzo Pasillas, sotasacristán desta parroquia, y busco en esta calle lo que hallo, y tú buscas y no hallas. SOLDADO: ¿Buscas por ventura a Cristinica, la fregona desta casa?
Canta la fregona al ir a la fuente y en el fregadero, y canta el peón cuando trabaja y cuando deja de trabajar, y el aprendiz de zapatero cuando va de «entrega», y el vago que se cansa de serlo, y el motil o grumetillo que vuelve a bordo, y el oficial de sastre y todos los jornaleros de todos los géneros y categorías en cuanto se echan a la calle...