Pues di: esta casa del sabio es angosta y sin adorno, es sin ruido y sin aparato: no está su entrada defendida con porteros, que con venal austeridad apartan la turba; pero por estos umbrales desocupados, y no guardados de porteros, no entra la fortuna, porque sabe no tiene lugar adonde conoce que no hay cosa que sea suya; y si aun Epicuro, que tanto trató del regalo del cuerpo, tuvo brío contra las injurias, ¿qué cosa ha de parecer entre nosotros increíble o puesta fuera de la posibilidad de la humana naturaleza?
Allí, sumido más que nunca en sus queridos libros que solamente dejaba para acercarse durante una hora a la heredad del Molino, aquella mezcla de sabiduría y de austeridad, tan rara a su edad, le había granjeado muy pronto el respeto y la admiración del claustro.
Aguascalientes, que hoy nos da un ejemplo de unidad revolucionaria dentro de nuestro partido, contribuyendo con muchos de sus hombres en la vanguardia de nuestra Revolución y que con austeridad republicana, con verdadero civismo, procura dar lo mejor de sí a nuestra causa.
L PADRE OROZ Allá por los no muy remotos años en que dominaba el Perú la usurpadora autoridad del general Santa-Cruz, existía, en el convento de franciscanos de la ciudad del Cuzco, un sacerdote, conocido con el nombre de padre Oroz y que gozaba de gran influencia en el pueblo. Debida era ésta á su reputación de austeridad y á su talento y dotes oratorias en el sagrado pulpito.
El HUEHUE les respondió: -Esas comidas y bebidas, hijitos míos, los tienen graves y pesados; no les dejan llegar a ver el lugar donde estuvieron sus padres y eso es lo que les ha acarreado la muerte. Todas las riquezas que traen no las usamos aquí puesto que vivimos en perpetua austeridad y sencillez.
Es altamente significativo para esta Representación Nacional manifestar a usted su convicción de que la actuación pública desarrollada ha sido consecuente con los ofrecimientos que hizo al pueblo desde antes de que asumieran el Poder Ejecutivo de la Nación, porque ha seguido una trayectoria recta que no ha podido torcerse ni por los obstáculos materiales ni por los sinsabores de la lucha continuada adelante por su austeridad inquebrantables y la firmeza de su carácter, en favor de la clases económicamente débiles que, al asumir el primer plazo de los componentes sociales, forman la fuerza necesaria para la seguridad y el éxito de su gobierno.
Después de escuchar la interesante relación de impulsos creadores y organizativos del régimen, que penetrando al panorama completo de la vida nacional, busca un nuevo encauzamiento de los factores productivos, bajo la orientación de un programa de austeridad que permita, el desarrollo progresivo del país con sus propios recursos, la Representación Nacional no puede menos que solidarizarse con la acción rectora del Ejecutivo que, en esa forma, deja en la conciencia nacional, la convicción de que el país vive y habrá de vivir durante su ejercicio, una etapa interesante de superación.
Este pueblo ha dado para todo; severidad para los viejos tiempos; austeridad para la República; depravación para los Emperadores; catacumbas para los cristianos; valor para conquistar el mundo entero; ambición para convertir todos los Estados de la tierra en arrabales tributarios; mujeres para hacer pasar las ruedas sacrílegas de su carruaje sobre el tronco destrozado de sus padres; oradores para conmover, como Cicerón; poetas para seducir con su canto, como Virgilio; satíricos, como Juvenal y Lucrecio; filósofos débiles, como Séneca; y ciudadanos enteros, como Catón.
Para el logro de los objetivos señalados, será necesario un propósito nacional de compartir equitativamente sacrificios y recompensas. Ello significa austeridad en los consumos, solidaridad y disciplina social.
La moral del esfuerzo y el premio al mérito realizarán tanto el trabajo individual, como la excelencia en la tarea de aquellos organismos de agrupación vecinal o gremial que sobresalgan por su eficiencia y espíritu cívico. D) La sobriedad y austeridad de quienes mandan, símbolo de nuestras mejores tradiciones nacionales.
Calixto manifestaba, D.ª Eufemia redobló su
austeridad y nunca quiso consentir en favores de más cuenta que los aquí mencionados hasta que al novio y a ella les echase el cura las bendiciones.
Juan Valera
Mi tía era alta; sus rasgos eran pronunciados, sin ser desagradables; su rostro, su voz, su aspecto y su modo de andar, todo indicaba una inflexibilidad de carácter que era suficiente para explicarse el efecto que había causado sobre una criatura tan dulce como mi madre. Pero debía de haber sido bastante guapa en su juventud a pesar de su expresión de altanería y austeridad.