Lengua / Etimologías
Por Fernando A. Navarro
Una de las diferencias más llamativas entre el español de España y el de allende el Atlántico —incluidas las islas Canarias— consiste en que las patatas peninsulares se llaman papas en los demás territorios de habla hispana. ¿Cuál de las dos formas es más propia? Desde el punto de vista etimológico, al menos, la cosa está bien clara: los incas, que al parecer fueron quienes primero cultivaron este sabroso tubérculo de la familia de las solanáceas, lo llamaron papa en quechua. En la zona del Caribe, no obstante, los taínos cultivaban otro tubérculo de aspecto muy similar, pero de la familia de las convolvuláceas, que llamaban batata (la actual batata, también conocida como boniato o camote). Y por confusión entre ambos americanismos, surgió en España, allá por el siglo xvii, el híbrido «patata».
Lo más curioso del caso es que el nombre quechua original tampoco se ha impuesto en ningún otro idioma que yo conozca. Generalizando, podemos dividir a los idiomas extranjeros en tres grupos según el nombre que dan a la patata. Pero quizás será mejor que dejemos esta historia para mañana, no vayamos a indigestarnos con tanta patata de una sentada.