damas

damas

('damas)
sustantivo femenino plural
juegos juego de mesa que se ejecuta en un tablero con 24 piezas En las damas hay que comer todas las piezas del contrario.
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Traducciones

damas

dames

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dáma

damas

damspil

damas

tammipeli

damas

igra dame

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チェッカー

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체커

damas

damspel

damas

warcaby

damas

damspel

damas

หมากรุก

damas

cờ đam
Ejemplos ?
El amarillo suele ser su color, aunque más aproximado, sería el lila. Por eso un hombre chismoso tiene algo de femenino, sin desprestigiar a las damas que sí son discretas.
Juan besó la mano al bondadoso Monarca, y le dijo que sin duda las cosas marcharían bien, pues estaba apasionadamente prendado de la princesa. En esto llegó ella a palacio, junto con sus damas.
Después que a todos instruyó en la maña, y fue de hombres y damas conocida; matamos suma de carneros viejos; pues tienen más hediondos los pellejos.
e sus palcos las damas a la arena étalos rojos y amarillos lanzan, ientras al son con que la trompa suena obre el corcel los caballeros danzan.
Con sus nobles el rey allí se halla, con damas y con otra ilustre gente juntos celebrando en logia amena una animada y suntuosa cena.
Cuán venturosos fueron los guerreros de aquella antigua edad, pues en rincones remotos, foscas cuevas, bosques fieros, cubiles de serpientes y leones hallaban lo que apenas en señeros palacios hallan hoy sabios varones: damas, que aún en su edad más fresca y pura merezcan firme loor por su hermosura!
No era una cena donde los dichos agudos y las alegres historietas hiciesen volar las horas, y en que la presencia de las damas, incitando a la galantería, contuviese a la brutalidad.
Si el tiempo lo permitía, zarparíamos el 15 de aquel mes (junio); el día anterior, o sea el 14, subí a bordo para disponer algunas cosas en mi camarote. Descubrí así que tendríamos a bordo gran número de pasajeros, incluyendo una cantidad de damas superior a la habitual.
Los caballeros reservaban sus opiniones, pero las damas no tardaron en declararla «una excelente mujer, nada bonita, sin la menor educación y decididamente vulgar».
- A Don Casto, por su omnipotente voluntad, le atribuimos el más alto concepto de la moralidad las damas caritativas de la urbe, de las cuales soy representante.
Resuenan por las bóvedas y techos los gritos de las damas asistentes que corren, golpeándose los pechos, pálidas, descompuestas y dolientes, y abrazan puertas y nupciales lechos que pronto cederán a extrañas gentes.
Yo creía que, detrás de aquella aparente inocencia, me aguardaba algo peor, pero no, reparé que viraban hacia unas rosas y ahí pronunciaron unas palabras que sonaban a viejos encantos y tras una centella que me deslumbró, quedaron convertidas en bellas y pelirrojas damas medievales.