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t=() Banca | Luis Figueroa CARPE DIEM

banca


9
may 13

Expuesto el mayor robo bancario en el mundo

Puede que sea el mayor robo bancario del mundo, efectuado no por los típicos ladrones armados con pistolas  y encapuchados que uno mira en las películas, sino por hackers armados con computadoras, que robaron $45 millones alrededor del globo.

John Miller, ex asistente del director del FBI dij que la forma en la que ocurrió este robo es algo nunca antes visto.  Se llama operación ilimitada y en ella cientos de asociados actúan alrededor del mundo -en por lo menos 26 países-.  Primero atacaron en diciembre cuando hackearon un banco indio y retiraron un total de $5 millones en todo el mundo.  El segundo golpe  ocurrió en febrero, en Nueva York, y en esa ocasión robaron $40 millones por medio de tarjetas de crédito.

Miller explicó que los hackers actúan con precisión quirúrgica y atraviesan las firewalls de los bancos, consiguen los derechos administrativos de los sistemas, y elevan los límites.  Tienen una red global de asociados confiables que pueden hacer eso de forma rápida y coordinada.  Cuando los bancos se dan cuenta ya todo ha terminado.

Siete miembros de una célula de Nueva York que es parte de la red global ya fueron arrestados.  Preparémonos para más regulación de la Internet y para quién sabe qué otras formas de limitar la libertad.  El miedo y la inseguridad son las excusas perfectas para el estatismo.


2
abr 13

Confiscación o robo de depósitos bancarios

Cuando una banda de ladrones entra armada con fusiles a una agencia bancaria y se lleva el dinero de los depositantes es robo.  Robo, sin duda.  Y cuando un grupo de asaltantes se lleva el dinero de los depositantes, armado con una ley, también es robo. Robo, sin duda.

Ayer, sin que más de un puñado de ciudadanos le pusiéramos atención al asunto, entró en vigencia la confiscación de los depósitos de las cuentas de depósitos monetarios y de ahorro, en moneda nacional, con saldos menores a Q1,000.00 y las cuentas de depósitos monetarios y de ahorro en moneda extranjera, con saldos menores a US$125.00, que durante un período de 10 años permanezcan inactivas, con algunas excepciones.  El instrumento utilizado para esta confiscación es  el Decreto 26-2012 del Congreso, que reformó la Ley de Bancos y Grupos Financieros (Decreto # 19-202 del Congreso) y la Ley Orgánica del Banco de Guatemala (Decreto # 16-2002 del Congreso).

Este acto de expoliación legal es una afrenta contra el derecho de propiedad -que es impresctiptible por naturaleza- y se suma a la ominosa ley de extinción de dominio.  Ambos Caballos de Troya minan el derecho de propiedad con la complicidad de grupos de interés empresariales.

La excusa es que el manejo de las cuentas inactivas tiene un costo; pero en estos tiempos de computadoras y bases de datos, ¿cuántos centavos al año puede costar una cuenta inactiva?  Sin embargo, sospecho que hubo quienes se dieron cuenta de que el el Fondo de Protección del Ahorro no alcanza; y encontraron que unos millones más serían de utilidad.  De esa cuenta tomaron la decisión de acudir a la influencia y al poder político para conseguir, de los pipoldermos, una ley que los facultara a echar mano del dinero de otros.

El punto importante, sin embargo, no es el monto de lo que será confiscado (Q15.2 millones); sino la perversa idea de que se puede tomar propiedad ajena por medio de un decreto legislativo, sin indemnizar y sin respetar no sólo el derecho de propiedad, sino los procedimientos sucesorios del Código Civil, o los contratos, además de la Constitución, según la cual la propiedad privada solo puede ser expropiada por razones de utilidad colectiva, beneficio social, o interés público, debidamente comprobados, de acuerdo con los procedimientos legales.  El bien afectado debe ser justipreciado por expertos tomando como base su valor actual; y la indemnización debe ser previa y en moneda efectiva de curso legal, a menos que, con el interesado se convenga en otra forma de compensación. La Constitución prohíbe expresamente la confiscación de bienes y obliga al Estado a proteger el ahorro.

Hoy lo que se confisca son las propiedades de supuestos narcotraficantes y los ahorros inactivos de unas pocas personas.  Es la típica situación en la que los principios no le importan a casi nadie porque las acciones violatorias de los principios no afectan los intereses de muchos…ni afectan los intereses propios.  Y si los afectan, son de tan poco monto que no vale la pena molestarse.  Empero…una vez haya suficientes precedentes de confiscación de la propiedad, o de invalidación de la misma (como en el caso de la suspensión de inscripciones registrales en Izabal) ¿qué impedirá que se generalicen las confiscaciones, expropiaciones, expoliaciones y demás formas de despojo?

Lo que acaba de ocurrir con el decreto que permite la confiscación de los ahorros inactivos -en connivencia con grupos de interés empresariales- es una prueba mas de que cuando el Congreso está reunido, la vida, la propiedad y la libertad de la gente están en peligro, como dijo Mark Twain.


8
mar 13

Leyes y salchichas

A Bismark se le atribuye la frase que dice que Quienes gustan de las leyes y de las salchichas no deberían ver cómo es que las hacen; y de eso me acordé cuando leí que los diputados están discutiendo la posibilidad de algún tipo de legislación para garantizar el uso de las tarjetas de crédito y débito.

Esto, claro, luego del non-event del sábado pasado con relación a la clonación de tarjetas. Asunto del que casi no se habló en las redes sociales –sospecho que fue por la ley de pánico financiero– y del que no casi no se dijo algo en los medios masivos, quizás por… ¿prudencia?

Entre nosotros existe una cultura nefasta que nos hace creer que, cuando algo anda mal, o cuando algo salió mal debería haber una ley. Se cree, medio ingenuamente, que las leyes sirven para desfacer entuertos. Se cree que por eso que las leyes deberían ser específicas y particulares. Se cree que por medio de la facultad coercitiva de la ley –o de la multiplicación de los reglamentos– se pueden proteger, por ejemplo, las garantías de seguridad de las tarjetas que emiten los bancos. Se cree, entre nosotros, que es una necesidad la de legislar más y mejor sobre todo tipo de temas; especialmente aquellos que tienen que ver con los temores de las personas, ¡Y más! si es en temas financieros, o de salud. Si a la gente no se la puede proveer con seguridad, ciertamente sí se le puede dar la ilusión de seguridad. Aunque sea a costa de la libertad, o a expensas del sentido común.

Lo cierto es que de casi nada sirve multiplicar la legislación, si no se cumplen las leyes que ya hay. Y de casi nada sirve hacer leyes específicas, si no se cumplen las generales. Y en el caso que inspira estas meditaciones, lo cierto es que las medidas de seguridad que los bancos les ofrecen a sus clientes son de orden tecnológico y así deben ser tratadas. Esas cosas no se resuelven con que haya una ley, ni con que haya un reglamento, o dos, o tres.

Lo que sí ayuda es que fluya la información. Y, en todo caso, sugiero que debería haber una ley contra la multiplicación de leyes… porque ya te imaginaste cómo es que las hacen. Y quiénes.

Columna publicada en El periódico.


17
ago 12

Transferencia de riqueza para banco estatal

El Ministerio de Finanzas Públicas trasladó Q100 millones al Crédito Hipotecario Nacional  y prevé erogar otros Q50 millones más para mejorar la posición patrimonial de ese banco estatal.  El CHN ha sido arca abierta para pipoldermos desde hace añales.  Políticos y funcionarios -así como particulares- se han beneficiado de esa piñata a costa de los tributarios.  Como siempre.

A modo de ejemplo: En 2003 la administración de Alfonso Portillo impulso la absorción del Banco del Ejército y del Banco de Nororiente, peraciones que se estima que les costaron a los tributarios más de Q400 millones.

Ese dinero, que le es quitado a los tributarios, no se usa para los fines que quiseran sus legítimos propietarios; y una vez en manos de los pipoldermos es maladministrado, desperdiciado, o desaparecido.


31
jul 12

Karma para mi banco

Si yo fuera hindú le desearía mal, mal  karma a mi banco; y si fuera gitano le echaría una maldición horrible.  Si fuera místico le desearía los sufrimientos propios de la caldera de Pedro Botero.

Hace un mes mi banco me dió unos dólares y como no tenía billetes de $100, el cajero me entregó un fajo de billetes de $20 y me tuve que aguantar porque no había de otra.  El dinero era para un viaje y como no lo usé, hoy regresé a la agencia con ese dinero para pagar mi tarjeta de crédito.

Y resulta que ahora no me aceptaron varios de aquellos billetes que ellos me dieron porque están manchados (algunos tienen pequeñas manchas) y porque están rotos (algunos tienen lastimaduras de unos milímetros).  Pero ustedes mismos me lo dieron, le dije a la señorita de la ventanilla.  Y ella me contestó: Sí, pero por eso les pedimos que los revisen cuando se los damos.

Como no soy hindú, ni gitano, ni místico recibí de vuelta los billetes y me fui callado.  Y con esta entrada hago mi terapia.


17
dic 11

Banqueros chuchones

Con el perdón de mis cuates banqueros, ahora sí me sacaron de onda porque tuve que hacer unas operaciones en los dos bancos que uso y aquí les va cómo es que me fue.

En uno me cobraron 12% de comisión por cambiarme unos dólares.  Digo, yo no critico que compren dólares a 7.71 y los vendan a 7.83.  ¡Pero que encima de eso cobren 12% de comisión por cambiar de dólares a quetzales!, eso sí me pareció muy fuera de lugar.  Abuso que sólo es posible en un ambiente mercantilista y protegido como el de los bancos.

En ninguno de los dos bancos me cambiaron tres chequecitos de viajero.  Tampoco me los aceptaron para pagar mi tarjeta de crédito.  En uno me los aceptaron para depositarlos en mi cuenta corriente; pero estarán en reserva ¡durante 21 días!  O sea que alguien jineteará mi dinero durante 21 días.  Cosas así sólo son posibles gracias al mercantilismo y a la protección de la que gozan los bancos.

Aaaaaaaaah, como sería diferente el mundo si hubiera una banca libre.


16
jun 11

Dos quejas contra mi banco

Nunca tengo quejas contra mi banco, y de hecho, me gusta mi banco; pero supongo que con el banco ocurre lo mismo que con la lavandería: tarde o temprano te estropean algo.

El miércoles, un cuate me pagó 20 euros, porque yo le había prestado unos quetzales para hacer una compra de dulces típicos en el Mercado Central.  Para recuprerar mis quetzales acudí a la agencia bancaria que uso con regularidad a cambiar el billete.  Y, ¿sábes qué le dijeron a mi enviada? Que para cambiarlo tenía que ir a la Central.  Y yo digo…no es que llevara a cambiar un maletín lleno de euros.  ¿Por qué no pueden cambiar pinches 20 euros sin complicar las cosas?

Yo no iba a decir nada, y resignado iba a ir a hacer el trámite a donde tuviera que ir a hacerlo; empero, hace un rato recibí una llamada de mi banco.  Que si por favor respondía a una encuesta de cinco preguntas, me dijo la chica que llamó.  Y yo dije que sí y que de paso les iba a contar lo que me había pasado el miércoles.  ¿Cuál era la primera pregunta?  Que si yo consideraba que el banco trataba mi información con confidencialidad.

Entonces le contesté a la chica del call center que no sabía, que no tenía información suficiente para saber si el banco trataba mi información con confidencialidad.  Entonces, me dijo, en una escala de 0 a 10, ¿le pongo 0? Y le respondí que no, porque 0 correspondía a que yo consideraba que el banco no trataba mi información con confidencialidad, y que ese no era el caso.   El asunto era que yo no sabía, y que no tenía suficiente información para responder qué clase de tratamiento le daba el banco a mi información.

Para no hacer la historia larga le dije a la chica que la pregunta estaba mal planteada, porque los clientes no podemos tener información suficiente para contestarla y ella me ofreció hacer un reporte y abrir un caso.  Y bueno, ahí quedó la cosa.  A ver en qué termina.  Porque fueron dos en menos de 24 horas.


15
jun 10

Amenaza directa contra la "bancarización"

La “bancarización” debería ser una exigencia de todos los sectores, dijo hace poco el expresidente del Banco de Guatemala, Federico Linares; y yo argumenté que una bancarización extendida, sin estado de derecho -y específicamente sin mecanismos para defender a los tributarios- es un instrumento para el servicio de los buscadores de rentas parasitarias.


Políticas como el corralito, en la Argentina de De La Rua, son una muestra de lo que es posible gracias a una bancarización extendida, sin estado de derecho. Y, pues bien, si se hace realidad la pretensión de la administración de Los Colom, Guatemala aportará un nuevo ejemplo ya que la administración socialdemócrata pretende gravar con entre 0.3 y 0.5% todos los débitos de más de Q1000. Y cuando leí esta noticia me acordé de algo que dijo P.J. O´Rourke: Darle dinero y poder el gobierno es como darle whisky y las llaves del carro a un adolescente.

11
mar 10

Hay que resistir la presión para "bancarizar"

Una de las condiciones que permiten que las personas puedan producir, consumir, intercambiar y servir sin caer víctimas de aquellos que usan el poder de la ley y del estado para desviar hacia sus intereses particulares el producto de aquellas actividades pacíficas y voluntarias, es que muchas de aquellas operaciones se hacen al margen del sistema bancario.

En un sistema en el que la ley no protege a las personas y a su propiedad -sino que sirve a aquellos que pueden usar el presupuesto del estado y el sistema impositivo en su propio beneficio- las operaciones fuera del sistema bancario son una forma de protección. Claro que esto tiene sus desventajas y en algunos casos genera costos de transacción innecesarios; pero, para muchas personas, esa es la única forma de protegerse contra la codicia de los buscadores de rentas parasitarias.
Por eso es que, cuando el banquero Federico Linares dice que la “bancarización” debería ser una exigencia de todos los sectores, esa opinión debe ser tomada con un grano de sal.
Sin mecanismos legales y judiciales de defensa para los tributarios; a lo mejor lo que corresponde es resistir la presión para bancarizar. De otra forma, a quienes se sirve es a aquellos buscadores de rentas parasitarias y a la voracidad controladora y totalitaria de la burocracia internacional. Usted, ¿qué piensa? ¿Es válido defender el producto del trabajo de uno, contra los saqueadores?
La noticia está en la página 22 de Prensa Libre de hoy; pero no puse el enlace porque no la encontré en su sitio Web.

4
dic 09

El estado, o el lobo a cargo de las ovejas

Tener el dinero “bajo el colchón” implica más riesgo que tenerlo en el sistema bancario, porque allí está protegido, incluso por el Estado, dijo el superintendente de bancos, Manuel Barquín al comentar que el nivel de bancarización, en Guatemala, se ubica en 40%.


Pero a usted, a quien no le dan atol con el dedo, puede hacer algunas observaciones sobre eso de que el estado (o los políticos y burócratas) protege la propiedad de los chapines.

Los fondos del banco estatal Crédito Hipotecario Nacional, que han ido a parar a quién sabe dónde…¿no estaban protegidos por el estado o los políticos y burócratas que lo han administrado?

Los fondos del estatal Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, que han enriquecido a docenas de sinvergüenzas, ¿no estaban protegidos por el estado o los políticos y burócratas que lo han administrado?

Los Q82 millones que se perdieron en el Congreso, ¿no estaban protegidos por el estado o los políticos y burócratas que los tenían a su cargo?

Uno puede hacer listas y listas de casos en los que el estado (o sus políticos y burócratas) ha protegido el dinero de los tributarios; y luego, luego se explica por qué es que el argumento de Barquín da entre rabia y risa.

Cuando los políticos y burócratas (o pipoldermos) protegen algo….delo usted por perdido.

27
ene 07

¿Banco, o colchón?

La gente cree que un banco y un colchón son intercambiables. A lo largo de la crisis bancaria que se vive en Guatemala, no son pocos los comentaristas que –en diarios y en bitácoras– dicen que es mejor tener el dinero en el colchón, que en una organización bancaria.

Pero yo digo que si usted tuviera su dinero en el colchón, hay alguna posibilidad de que se lo lleve su primo, el calavera; y que se fugue con plata, colchón y todo.

La gente también cree que la función principal de un banco es tener el dinero ahí, guardadito, bajo siete llaves. Por eso es que los de entendimiento más modesto se sienten cómodos con el concepto del colchón como forma aceptable para guardar el dinero; y de ahí que la dirigencia popular atice con entusiasmo toda esta mitología sencilla, que supone que los bancos son, cuanto menos, un mal necesario, si no un engendro del mismísimo Chamuco. O del capitalismo rapaz, que para ellos viene a ser lo mismo.

Pero, ¿qué pasaría si todos guardáramos nuestro dinero bajo el colchón? En primer lugar, como el emisor monopolista es incapaz de mantener el valor de la moneda, nuestro capital disminuiría más rápido que si está en el banco, porque nadie nos pagaría intereses. En el colchón, la inflación devoraría nuestros ahorros.

En segundo lugar, no habría dinero para que otras personas pusieran fábricas, comercios, fincas y demás. Y en consecuencia, habría desempleo y empobrecimiento general.

¿Qué hacen los bancos que no haga el colchón? Los bancos son organizaciones financieras cuya función más importante es tomar el dinero de las personas, de las empresas y de otras organizaciones para dárselo –por medio del crédito– a otras personas, otras empresas y otras organizaciones que lo necesitan. Captan plata y luego la colocan. Y por esas operaciones de crédito pagan y cobran intereses. Los intereses son el precio del crédito, no el precio del dinero. El precio del dinero es lo que usted compra con él.

Todas aquellas operaciones de intermediación, y la administración de dicha intermediación, implican riesgos. Y de esos riesgos debe estar conciente aquél que le da crédito a un banco, a cambio de los intereses que este está dispuesto a pagarle.

Como explica mi amigo Pedro, cuando usted compró su casita, ¿preguntó quién era el constructor? ¿Averiguó si este cumple con los proyectos y si no ha dejado a alguien bien clavado? ¿Indagó acerca del estudio de suelos? ¡Seguramente sí! No hizo falta que fuera ingeniero, ni experto en construcciones para informarse aceptablemente sobre la casa que iba a comprar. De igual forma no hace falta ser experto en dinero y banca para informarse si el banco en el que va a poner su plata es razonablemente seguro, o no.

Pero claro, en el caso de los bancos el estado niñera lo releva a usted de la responsabilidad y luego, cuando las cosas salen mal, la Super y el Super se hacen los suecos.

Es cierto que los bancos publican sus estados financieros a cada rato en los diarios; pero ¿quién entiende esa jerga y quién tiene la paciencia para descifrar tantos números? Allá por 1996, cuando yo dirigía una importante sección de economía en un diario guatemalteco, publicábamos una completa calificación de bancos con gráficas y todo. Entendibles para cualquiera porque, aunque uno no supiera de números, si veía que las gráficas de su banco iban para abajo, pues…al entendido, por señas.

No se analizaban tres, o cuatro aspectos de cada organización bancaria, sino varios. Y por eso es que a muchos no les gustaba, porque hacía transparente la información que, por razones políticas, ellos preferían manejar a su conveniencia.

Lo que hace falta para proteger a los ahorristas no son más leyes y más inspectores. Lo que hace falta es competencia, información y transparencia. Y muchísima menos irresponsabilidad de parte de la dirigencia popular que medra en el caos y en la confusión.

Publicada en Prensa Libre el sábado 27 de enero de 2007


26
ene 07

Comentario de un lector

De César Elí Rivera recibí el siguiente comentario:

Quienes aseguran que en Guatemala no hay justicia están equivocados. ¿No me cree? Vea estos ejemplos: ¿Ha perdido usted todo el dinero que tenía depositado en cualquiera de las instituciones intervenidas? No hay que darle vueltas, está claro que el culpable es usted por haber confiado en ellos. ¿No ha tenido dinero suficiente para fin de año? La culpa es suya por no disponer de tarjetas de crédito o débito.

¿Ha pensado comentarle a su vecino que va retirar su dinero? Piénselo dos veces, o usted será declarado culpable de fomentar la desconfianza en el sistema.

¿No le gusta la forma en que esa gente arguye? Sigamos: ¿Ha denunciado usted el robo de un celular? El responsable es usted por llevarlo a cualquier parte y a cualquier hora.

¿Es usted una dama y la violan? Está claro que la única responsable es usted porque ¿para qué sale de su casa?
Más todavía, ¿Ha muerto usted en una balacera? Bien sea que le hayan disparado intencionalmente o no, el único responsable es usted por no haber sido suficientemente rápido para evitarlo o por estar en el sitio equivocado a la hora equivocada.

En cualquier otro país, esto sería motivo de risa, pero en el nuestro es para tomárselo bien en serio. Porque de aquí en adelante, cada vez que usted presente una denuncia, usted será el primer y único sospechoso, procesado y posiblemente condenado. Justicia cumplida. ¿No le encanta nuestro sistema?

Noto algo de sarcasmo en los comentarios de don César; y por eso sólo voy a comentar dos cosas:

  1. Si abdicamos a la responsabilidad individual, seguramente podríamos gozar de la comodidad de “ser inocentes”; pero al ser inocentes (al no ser parte del problema) nos privamos de la posibilidad de ser parte de la solución. ¡El gobierno hace mal en relevar a las personas de su responsabilidad!
  2. Si para algo necesitamos gobierno es para que proteja nuestra vida, nuestra libertad y nuestra propiedad, y para que garantice el cumplimiento de los contratos. ¡Para eso, sí lo necesitamos!, no para que administre privilegios, ni para que controle nuestras vidas.

20
ene 07

Lo que no se ve

Los que se robaron el dinero del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, ¿eran funcionarios? Los diputados que se fueron a París, ¿son funcionarios? Los que saquearon el Crédito Hipotecario Nacional, ¿fueron funcionarios?

El gobierno hace mal cuando le hace creer a la gente que sus funcionarios les garantizan la seguridad y la certeza que la gente misma es supuestamente incapaz de buscar para sí y sus bienes. La pobre gente “descansa” en el IGSS y cree que este le va a garantizar una vejez digna, del mismo modo en que se engaña creyendo que la Superintendencia de Bancos va a sustituir su responsabilidad individual y va a velar por sus ahorros.

En el contexto de los problemas de algunos bancos guatemaltecos, los villanos han resultado ser los bancos fuera de plaza y los banqueros que los promueven. Por supuesto que cabe probar, en los tribunales de justicia, si algún banquero ha cometido fraude en el manejo de su negocio. Sin embargo, como se necesitan dos para bailar un tango, el depositante también es responsable de la elección que hace cuando le entrega su dinero a una organización bancaria, o a otra; a menos que el gobierno le quite esa responsabilidad

Los bancos offshore existen por razones que le convienen al depositante; y cuando alguien decide colocar su dinero en un banco que se asienta en el extranjero y someterlo a las regulaciones de otros países, lo hace porque quiere beneficiarse de las ventajas que eso ofrece.

Los primeros offshore de bancos chapines surgieron porque el gobierno les prohibía a las personas conservar sus dólares y depositarlos en bancos de aquí. Antes de la Ley de Desconcentración de Divisas, la gente era obligada a cambiar sus dólares valiosos por quetzales que se devaluaban y a depositarlos en bancos locales. Pues bien, los offshore les ofrecieron a los tenedores de dólares la posibilidad legítima de conservar el valor de su dinero. Por eso es que mucha gente tiene su plata en bancos de los EUA, en las Bahamas, o en otras plazas.

Muchos depositan sus dólares afuera, en busca de mejores rendimientos. Si un banco local ofrece un interés de 2% y un banco en el exterior ofrece 4%, u 8%, pues hay gente que se ve atraída por ello y deposita su dinero en la organización offshore. No hay nada mal en eso; pero el ahorrante debe saber, y es raro que no lo sepa después de Autocasa y otras malas experiencias, que las tasas muy altas son indicación de riesgos muy altos.

En cuanto a ganancias, ¿a quién no le gusta recibir rendimientos altos? Pero los rendimientos que verdaderamente cuentan son aquellos que quedan después de pagar impuestos; de modo que uno de los incentivos para depositar en bancos fuera de plaza es el de pagar menos tributos. Como el impuesto a los rendimientos del capital en Guatemala es de carácter nacional, el ahorrante tiene incentivos fuertes para guardar el fruto de su trabajo en donde los impuestos le afecten menos. Mucha gente deposita en bancos offshore para pagar menos impuestos y obtener mejores rendimientos.

Y hablando de rendimientos e incentivos, los altos costos de operar en Guatemala, para los banqueros, también les motivan para establecer operaciones fuera de plaza. ¿Por qué no? Si usted tuviera una tienda, ¿la pondría en el lugar que le ofreciera más ganancias?

Lo que no se ve, es que el gobierno y sus regulaciones están en la raíz del problema. El estado niñera le quita la responsabilidad a la gente, y la gente deposita en bancos fuera de plaza porque busca mejores rendimientos, porque quiere pagar menos impuestos, y porque quiere proteger el valor de su dinero; y todo eso tiene un precio en términos de riesgo.

El dinero local pierde valor porque el emisor monopólico, o sea el gobierno, es incapaz de garantizar dicho valor. Los impuestos altos y los costos elevados de operación, también los impone el gobierno. Y, encima de todo el gobierno asegura que se privaticen las ganancias mientras que se socializan las pérdidas de las operaciones bancarias. Entonces, ¿qué nos extraña?

Publicada en Prensa Libre el 20 de enero de 2007.










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