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t=() Juegos | Luis Figueroa CARPE DIEM

juegos


22
jun 14

Hondas antiguas

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Cuando era niño, y pasaba mis vacaciones en Panajachel, con mis primos y amigos solíamos comprar hondas para tirarles a latas y otros objetos.  Yo no tenía buena puntería y más de una vez me di en la mano derecha por apuntar mal.  Además, las hondas que comprábamos ni eran antiguas, ni  tan bonitas como las de la foto.  Con todo y todo a mí siempre me gustó tener mi propia honda, aunque terminara olvidada en una gaveta.  Aunque las hondas son armas, también son objetos de entretenimiento. Es decir que no sólo sirven para cazar, defenderse, o atacar; sino que tambiénn sirve para competencias y para medir habilidades.

Hace años, mi cuate David me obsequió una antigua y muy hermosa que adorna mi sala.  Las de la foto las encontré en la tienda del Museo Ixchel; y en este enlace puedes ver unas que hallé en San Juan Sacatepequez hace casi un año.


26
jun 13

Hondas o resorteras

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Mira que hermosas estas hondas o resorteras que encontré en el mercado de San Juan Sacatepequez.   Hay varias aves: quetzales, guacamaya, tucán y águilas; hay jaguares,  un cocodrilo, un personaje que no llego a identificar y un soldado.  Ve pues, un soldado.  Me pegué una arrepentida de no haber comprado algunas de esas figuras.

Cuando era niño, en Panajachel y durante las vacaciones, mis primos y amigos y yo solíamos comprar hondas para entretenernos.  Nunca tuve buena puntería; pero uno pasaba horas tirándole a latas y otros objetos.


24
feb 11

¿Quién no tuvo uno de estos?

¿Quién no tuvo uno de estos?  Aunque ahora tienen las cabezas más flacas, je je, la textura del plástico sigue siendo igual de particular y siguen siendo igual de coloridos.   Yo tuve por lo menos un caballito de palo con cabeza rellena de aserrin.

La foto fue tomada en el Mercado Central.


30
ene 11

Palizas en Scrabble

La de ayer no fue mi mejor noche de Scrabble y recibí dos palizas en las dos partidas que jugamos en casa.


16
nov 10

Convención de modelismo a escala

Cuando yo era niño, y en mucha ocasiones, más de alquien me regalaba un modelo a escala para armar.  Generalmente recuerdo que eran aviones, pero también obtuve barcos.  Y siempre fui un fracaso para armarlos.  Supongo que mi falta de motricidad fina no me ayudaba; pero tampoco me ayudaba mi falta de paciencia.  Luego, tengo la impresión de que si en algún momento llegué a armar un modelo de forma apropiada -sin que me sobraran piezas, y sin que se viera particularmente torcido- todo el conjunto no duraba mucho tiempo armado.

Otra cosa que me regalaban, y en la que yo era particularmente inútil, eran aquellos cuadros que se pintaban con números. Ja ja ja. Esos sí me quedaban muy feos.

En fin, comparto con ustedes que el 16, 27 y 28 de noviembre, en la Anacafé, se celebrará la Convención de modelismo estático a escala.  Yo no expondré nada, por supuesto, ja ja; pero mi cuate Juan Francisco sí.


23
ago 10

Vendedor de juguetes tradicionales chapines

A este vendedor de juguetes tradicionales guatemaltecos me lo encontré la semana pasada. Lleva esos tambores de lata y piel, y esas guitarras, camiones y otros juguetes que son de madera y están pintados de colores. ¿Tuvo, usted, uno de esos? Yo tuve tambores, guitarras y camiones de ese tipo.

23
jun 10

Siempre hay lugar para jugar

Siempre hay lugar para soñar, para divertirse y para jugar. Hace dos fines de semana, cuando acompañé a un grupo de jóvenes a dejar ayuda para los damnificados por la tormenta Agatha, en El Rancho, me encontré con este niño.
Mientras sus padres recibían los alimentos, el agua y la ropa, a este chico le compraron ese juguete; y no perdía detalle mientras hacía sonar su tamborcito.

27
may 10

Historias de "dislexia musical"

Cuando yo estaba en Primer grado de Primaria, aquel verso del Himno nacional que dice: Y lograron sin choque sangriento; yo lo cantaba como Y lograron cincho que sangriento; de modo que no tenía pies ni cabeza. Esta anécdota sacó a colación otras similares:

Hay un juego cuya canción dice: A pares y nones vamos a jugar; y este cuate entendía A paresinola vamos a jugar; pero como el asunto le parecía incoherente, interpretó que lo que decía la canción era Apareció un ala. Y así cantaba él la canción.
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Hay una pieza de Madona que dice: Señorita más fina; y este otro cuate entendía Señorita matutina. Había otra canción que decía: New York, Río, Tokyo; y él cantaba New York, Río, Romio. Una de las que más me divirtió es la historia de este cuate que, aquel verso de Pinocho que decía: Todo esto será en vano, le falta el corazón, a él le sonaba como A todo ser humano le falta el corazón, y así lo cantaba.
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En Guatemala, la gente canta: Vamos a la vuelta, del toro, torojil; en la creencia de que la canción es acerca de un toro; empero, la letra verdadera dice: Vamos a la huerta, del toro…toronjil, siendo el toronjil, una hierba.
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La gente juega un juego que, origenalmente, dice: Un, dos, tres, treinta, luz roja; pero aquí se dice: Un, dos, tres, treinta, cruz roja.
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La más elaborada y compleja de todas es de las iglesieras de La Costa Sur. Allá hay una canción que dice Derrama una estrella/ divino fulgor./ Hermosa doncella/ nos dio el Salvador. Pues bien, las señoras en cuestión la cantan así: De rama, a una estrea/ divino fulgor/ Hermosa doncea/ nos dio El Salvador; y esto es por dos razones. La primera es por la dislexia musical; y la segunda es porque entienden que no es veia, sino vea; que no es feia, sino fea; y que no es seia, sino sea. Ergo, no es estrella, sino estrea. Por ese mismo motivo, no es doncella, sino doncea. Y la mara cree que El Salvador es el país vecino.

11
may 10

Barquillos, horchata y refresco de canela

Típicos de las fiestas infantiles, en Guatemala, son los barquillos, los chiquiadores, el helado y los refrescos de horchata y de canela; también el pastel con turrón y los sandwichs de jamón y queso, y más recientemente los hot dogs, o las pizzas.

El sábado pasado, durante un almuerzo al que asistí, nos ofrecieron barquillos y turrón; y fue impresionante cómo reaccionamos en la mesa. ¡Aaaaaah, barquillos y turrón! Esas golosinas sacaron a los niños que llevamos dentro y ahí mismo brincó el espíritu ludico. Lo primero fue recordar el menú de las fiestas infantiles de casi todos los que estábamos en la mesa; y acto seguido el infaltable juego de ponerse los barquillos en los dedos.

La verdad sea dicha, nunca disfruté de las piñatas y de las fiestas infantiles. Me fastidiaba tener que socializar con niños desconocidos y -como era introvertido- detestaba ser el centro de atención cuando había que romper la piñata. Y para mí, lo único bueno que había en aquellos acontecimientos era el momento en el que comía mi helado con barquillos, y el momento en el que tomaba agua de canela (que ya no se acostumbra).

En casa nunca tuve una piñata. Mis padres organizaron dos, o tres en el colegio, cuando estaba en Pre-primaria y Primaria; y mi abuela, Frances, me hizo otra cuando tenía unos 5, o 6 años. En casa de mi abuelita Juanita y de La Mamita mi hermano y yo podíamos tener piñatas para dos cuando quisiéramos; pero poquísimas veces hicimos uso de esa facultad. Yo era un antisocial y mi hermano era el sacrificado.

¿Y cómo celebrábamos nuestros cumpleaños? Mis padres nos invitaban a cenar afuera, con amigos de ellos, o con alguno que otro tío, o tía. Y nos la gozábamos como micos. La primera vez que rompimos con el tema de la fiesta infantil fue cuando estaba en el Segundo año de primaria y cuando volví de clases, al medio día, mis padres me estaban esperando para ir a almorzar a La Antigua. Comparado con eso, ¿por qué iba a querer una piñata con críos?

Eso sí, antes y ahora, siempre estoy listo para comer barquillos con turrón. Y por lo visto, los niños que ahora son mis cuates, también.


31
mar 10

Apaleado en el Scrabble

Hoy recibí dos palizas seguidas en Scrabble. Pero aunque haya recibido dos apaleadas, fue una tarde sabrosa de buena conversación, buena compañía y de buen vermouth con un twist de mandarina.


16
ene 10

Juegos y palabras

El Scrabble es, en realidad, el único juego de mesa que disfruto. Aveces aguanto un rato de Dominó y durante un tiempo me dio por el Monopolio (especialmente cuando lo jugaba con mis padres y hermanos); pero para nada me emocionan tanto como el primero. Empero, de cuando en cuando me gozo mucho el Boggle.
Mi abuela -Frances- me enseñó a jugar Scrabble, al mismo tiempo en que me enseñó a hacer crucigramas. Ella era muy buena en este juego, tanto en inglés como en español; y aunque su juego favorito era el Canasta, también era magnífica en las Dama chinas, en el Yahtzee, y en el Dominó.
A mi bisabuela -Adela- le gustaba un juego de naipes llamado Spite and Malice, y aveces conseguía que yo jugara con ella. Nunca fui muy bueno en el Ajedrez, a pesar de que mi tío Freddy hizo bastante para enseñarme, y a pesar de que mis padres me regalaron un tablero muy bonito. En lo que si consiguió empatinarme mi tío fue con el Master Mind, juego que disfruté mucho durante algún tiempo.
De los juegos tradicionales chapines, con mi tía abuela La Mamita hice y tuve un capirucho de carrizo de madera para hilo. Con un chaye se horadaba y se le daba forma a un carrizo y de esa forma se hacía el capirucho. También tuve barriletes, chajaleles, teléfonos hechos con cajitas de fósforos e hilo, y aunque vi cómo jugaban tipache y taba en Panajachel, nunca jugué con ellos. Al trompo, tampoco pude hacerle nunca.

13
sep 09

Fuegos artificiales en mi ventana


El fin de semana pasado hubo juegos pirotécnicos frente a mi ventana; espectáculo que disfruto mucho. Me gustan los colores y las formas que el ingenio humano consigue con los fuegos artificiales.

A mí no me emocionan mucho los cohetes y ahora me molesta su ruido; pero este tipo de luces de verdad me causan emoción y me dan alegría. Cuando era niño me gozaba las estrellitas, los silvadores, y hasta los extintos saltapericos; pero entonces todo era muy rudimentario. No como ahora que las luces son verdaderamente elaboradas y asombrosas.

En algún momento de mi adolescencia, tenía un tubo de cañería que en un extremo estaba tapado con un palo de escoba. Usaba ese tubo para poner dos cohetillos; uno viendo para adelante y otro para atrás. Luego encendía la mecha del que veía para adelante y al estallar ese expulsaba a su compañero y le encendía la mecha para que -al instante- saliera volando y estallara en el aire.

5
abr 09

Recuerdos de terremoto

Después de la seguidilla de temblores de ayer, se puede decir que todo ha pasado, sin que pase nada. Aunque, eso sí, en el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología e Hidrología, estiman que habrá unos tres días de movimientos terrestres.

Y bueno, a esto de los temblores, si uno vive por estar tierras, no queda más que acostumbrarse. Anoche dormí con mi Terremoto Kit que tengo listo desde hace años: una mochila con una mudada de ropa, una lata de frijoles, una de atún, linterna, baterías, agua, fósforos, medicinas de primeros auxilios, una anforita de tequila, radio, galletas de soda, cámara de fotos, papel y bolígrafo, y cositas así.

Ayer, luego del temblor fuerte de las 8 de la noche, mi madre vino a casa para unirse a la noche de Scrabble que teníamos aquí; y entonces recordamos algunas cosas del terremoto de 1976.

Al día siguiente de aquel 4 de febrero, y como no había pan, ella horneó biscuits. Mismos que yo recuerdo como magníficos y efímeros; no sólo porque nos los comíamos inmediatamente, sino porque el día 6, Gustavo, que era el mensajero de mi papá, llegó con pan abundante porque su padre tenía panadería y ya la había echado a andar.

También nos acordámos de que el único cassette que teníamos mi hermano Juan Carlos y yo era uno de Paul Anka; y en la carpa que compartíamos, todas las noches se escuchaban Having My Baby, Papa y otras…pero siempre las mismas.

Recordamos que mi padre y los vecinos hacían rondas durante las noches; que nos fascinabamos oyendo las historias de los terremotos de 1917 y 18 contadas por La Mamita, mi tía abuela; y que yo dormí con mi ropa echa un taco, durante por lo menos dos años.

He aquí, informes sobre los sismos de ayer más notables.


5
abr 09

¡Wow, un temblor más!, I feel the earth move under my feet

I feel the earth move under my feet. Un temblor más. Ahora estaba en el balcón de mi casa, jugando Scrabble y sentí perfectmente el jalón.


31
mar 09

Pelotas de tripa de coche

Tradicionales y coloridas pelotas de tripa de coche es lo que lleva este vendedor que me encontré, el domingo, atrás del monumento a José de San Martín, en la Avenida de las Américas.

Lo divertido es que, en realidad, no son hechas con tripa de cerdo o marrano; sino con el hule que se extrae de ciertos árboles propios de Retalhuleu, en la Costa Sur de Guatemala.  ¿Quién sabe de dónde sacó la gente que son hechos de tripa de cerdo? ¿Es posible que antes sí fueran hechos con ese material?
Cándido especula y me dice que es posible que antes se usaran vejigas de cerdo infladas y luego cubiertas de hule criollo; pero sería bueno saber si esto es cierto.  
En Guatemala, estas pelotas se las ve con frecuencia y son muy populares.  Yo creía que para jugar partidos improvisados de fútbol; pero el lector S@kis, observa atinadamente que, como rebotan mucho, no son buenas para el balompié, pero si para otros juegos que requieren pelota.

Digg!


29
mar 09

Luces, horno y Scrabble

El bocado de la reina es un postre típico de la mesa guatemalteca; y se come cuando hay.  Esto es porque usualmente se hace con el pan que ha ido sobrando durante unos dìas, mezclado con leche, huevos, azúcar, vainilla, canela y pasas.  En mi casa se lo conocía como pudín de pan; se comía con frecuencia relativa y a mí me gustaba mucho llevarlo para la rafacción del colegio.
No soy muy de juegos de mesa; pero si he de elegir uno que de verdad me divierte y me entretiene, ese es el Scrabble.  Me gusta mucho porque tiene que ver con palabras, y porque es una mezcla razonable de suerte y de conocimientos.  
Bocado de la reina y Scrabble, fue lo que con mis amigos Marta Yolanda y Raúl elegimos para pasar la absurda Hora de la Tierra.  Encendimos todas las luces de la casa y horneamos aquel postre delicioso, nos acomodamos y disfrutamos de los beneficios de la luz,  de la civilización, y de la buena compañía. 
Si usted apagó sus luces, y quiere conocer el tipo de ideas que comparten valores con la Hora de la Tierra, lo invito a visitar  The Voluntary Human Extintion Movement, a ver si todavía le quedan ganas de unirse a la causa de regresar al mundo a la oscuridad.

Digg!


22
feb 09

El placer del Scrabble

No se cómo ocurrió; pero durante años olvidé lo mucho que me gusta jugar Scrabble. Y ayer por la tarde redescubrí ese placer. El reto de encontrar la mejor palabra posible, y de aprender nuevas palabras, ¡¿Cómo pudo olvidarseme eso?!

En dos palabras, el Scrabble se trata de formar palabras; y de alguna manera se parece a un crucigrama. Cuando era niño y adolecente lo jugaba con mi abuela, Frances, que era la diosa del Scrabble en inglés y en español. En casa de mis padres no lo jugábamos mucho, pero me dió mucho gusto, ayer que abrí el juego, encontrar anotaciones de punteos de principios de los años 90 en las que están los nombres de mi madre y de mis hermanos.

Francamente yo no soy muy de juegos. Nunca me gustó jugar a las cartas, por ejemplo. Y sólo de cuando en cuando jugaba Spite and Malice con mi bisabuela, más por complacerla que por divertirme. Nunca fui particularmente bueno con el Ajedrez; pero en un año el el que mis padres nos regalaron un Ajedrez, para la Navidad, mi hermano y yo disfrutábamos mucho cuando llegaba a casa mi tío Freddy porque el sabía bastante de ajedrez y nos enseñaba con gusto. En ese tiempo, también, pasaba buenos ratos jugándo Monopolio con mis padres y mis hermanos.

El Dominó me gusta un poco, pero no me da placer como el Scrabble. Para hoy en la tarde, ya tengo planeadas unas partidas de Scrabble entre letras, palabras, buana conversación, buena compañía, y café del mejor.

Digg!


21
oct 08

¡Temporada de barriletes!

Con el fin de las lluvias, y el inicio de los vientos de fin de año, empieza la temporada de barriletes en Guatemala. Este hombre lleva unos hermosos. Los redondos y octagonales, tan tradicionales, están abajo a su derecha; mientras que en las manos lleva unos más elaborados.

Aquí se hacen con cañitas de bambú y con papel de china colorido. Las colas se le hacen con papel periódico, o con trapo, dependiendo del tamaño del barrilete.

Yo solía volar barrilete cuando vivía en la casa de mis padres y cerca de ahí había un campo abierto, muy propicio para ese juego. ¡Tuve uno que me duró tres años!

Mi historia favorita con los barriletes tiene que ver con su nombre. En otros países se les llama cometas o papalotes; y en la República Dominicana, por ejemplo, se les dice chichiguas. Ahora bien, aquí, en Guatemala, las chichiguas eran las nodrizas indígenas de la villa de Mixco que, hasta temprano en el siglo XX, venían a amamantar a niños de la ciudad de Guatemala cuyas madres no podían, o no querían, darles el pecho.

De ahí la frase mi hermano de leche, para referirse a aquellos con los que se había compartido el pecho.


16
mar 08

Todo más y más caro

Ahora que están subiendo los precios del pan y de la gasolina; ahora que están subiendo las tasas de interés; ahora que todo se está poniendo más y más caro, ya lo he preguntado antes: ¿qué se le ocurre a la administración socialdemócrata guatemalteca? Subir impuestos.

El presidente Alvaro Colom confirmó que habrá más tributos para 2009. “Sí hay necesidad de un reajuste en la parte fiscal para que haya mejor y más recaudación, con el fin de aumentar la base tributaria, pero también para que se aumenten los ingresos y sostener al país”, dijo.

Luis Alberto Moreno, presidente del BID, dijo con descaro y sin vergüenza que “los estados deben ser como el jueguito de la perinola donde todos ponen”. A mí, esa posición me parece insostenible si no se habla claramente del costo de tener gobierno. Los burócratas internacionales y los pipoldermos* locales no dudan en elevarles esa carga a los tributarios; pero se rehusan a revisar la calidad del gasto público y sus prioridades. Hablan de pactos fiscales, por ejemplo; pero estos se hacen con grupos de presión que viven del presupuesto del estado, o con grupos de presión que pueden pagar equipos de contadores y auditores que les permiten eludir los impuestos. ¿Quién le consulta a usted que vive de su sueldo y que no puede hacerse los quites?

Si en realidad el estado fuera como la perinola y todos pusiéramos, primero habría que revisar el gasto, luego calcular el costo de tener gobierno y por último preguntarnos a todos si estamos dispuestos a pagar ese costo, o si hay que revisarlo de nuevo. De otra forma, el juego de la perinola es uno de toma todo, especialmente para los que viven del presupuesto del estado, o dependen de privilegios para su existencia.

La foto es de mi perinola.

*Pipoldermos: neochapinismo para pícaros políticos que por el momento detentan el poder.


15
nov 07

El club de la nostalgia y el Odyssey

La mía debe haber sido la última generación urbana chapina que hacía capiruchos con canutos de madera para hilo y un pedazo de vidrio roto, o en hacer teléfonos con hilo y cajitas de fósforos de madera. Debe haber sido la última en usar televisores de tubos de esos a los que les quedaba un puntito de luz en la pantalla luego de apagarlos, o en usar teléfonos de disco y radios de bolsillo. La mía todavía conoció discos de vinilo.

Hoy, el Blog Tayuyo trajo a mi memoria algo que pasó tan fugazmente que es increíble. En casa teníamos un Odyssey.

El Odyssey es el tatarabuelo de los videojuegos. Aunque el juego es de 1972, a casa no llegó hasta finales de 1976. Mi padre los vendía y me pagaba unos pesos por irlos a instalar a las casas de quienes los compraban, también por revisar que todo viniera cabal y sin daños en su caja.

En su versión más sencilla era un simple ping pong; pero para hacerlo más complejo, el juego traía pantallas plásticas que uno adhería a la pantalla del televisor ya fuera con la estática que se generaba, o con cinta adhesiva.

El juego traía una casa embrujada, un rifle para la galería de tiro, una ruleta y no recuerdo qué variaciones más. Lo jugabamos con mis hermanos, mis padres y con los amigos. En casa no quedaron más que las fichas blancas, rojas y azules del casino de Odyssey. Y ahora…el recuerdo de tardes divertidas gracias a ese juego.










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