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t=() Reforma Electoral | Luis Figueroa CARPE DIEM

reforma electoral


16
jul 14

La reforma electoral y el transfuguismo

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Una reforma electoral es buena, o mala, no porque sea reforma, sino por su contenido.  Digamos que una reforma es buena si contribuye a consolidar, o por lo menos a fundar un sistema republicano, si acaba con los privilegios, si amplía y fortalezca la facultad de elegir que tienen las personas, si opera en favor de los mandantes y de los tributarios, si aprovecha la energía y el entusiasmo que la gente vuelca en las elecciones. Si apunta a disminuir el nivel de decontento que hay -entre los mandantes y los tributarios- contra una clase política privilegiada, abusadora, corrupta e inepta.  El régimen de Chávez/Maduro/Cabello no es casualidad…es la consecuencia de décadas de política privilegiada, abusadora, currupta e inepta.  Y de élites que la consintieron y se beneficiaron de ella.

Una reforma electoral que apaña las malas prácticas dentro de los partidos, que financia esas organizaciones independientemente de su valor frente a los electores, que reparte cuotas de candidaturas entre clientelas y grupos de interés.  Una que eleva el populismo a niveles sudamericanos, una que protege a la clase política e impide que esta sea responsable frente a los ciudadanos.  Una como la que parece que se está discutiendo actualmente en el Congreso es una mala reforma.

Bueno, diría Aristóteles, es lo que es bueno para alcanzar un objetivo particular.

Ahora, con eso de que el partido de Manuel Baldizón llegó a 52 diputados y tiene la bancada dominante en el Congreso, muchos están clamando contra el transfuguismo.  Empero…eso no me inquieta tanto.

El transfuguismo pone las cartas sobre la mesa y abre ventanas donde -de otra forma- habría oscuridad.  Hoy, en los diarios, están los nombres y las fotos de los diputados tránfugas.  Nadie debería invocar ignorancia cuando los vea en las papeletas en las próximas elecciones.  Nadie con dos dedos de frente debería apoyarlos, y votar por ellos.  Si el tranfuguismo estuviera prohibido…¿cómo sabríamos dónde están las lealtates? ¿Cómo sabríamos quien está con quien?  ¿Cómo sabríamos quien es de un color, y quien de otro?

Por otro si has sido electo diputado por un partido, y esa organización se corrompe…¿por qué no cabría la posibilidad de que abandones esa organización y te pases a una mejor?  O al revés.  Si has sido electo por un partido, pero te sientes incomodo porque prefieres algo más corrupto, ¿no es mejor que abandones la organización decente y que te vayas a echar pulgas a otra parte?  En ambos casos, si el llamado transfuguismo ocurre sobre la mesa tus electores pueden verlo y tratar de entenderlo, pueden echar pan en su matate y tu te enterarás en las próximas elecciones.

Bueno, diría Aristóteles, es lo que es bueno para alcanzar un objetivo particular.

Por otro lado…¿qué es peor que un grupo como el de Baldizón tenga una bancada mayoritaria?  Pues peor sería que hubiera concentración del poder.  Peor sería que los pipoldermos -cualquiera que sea su color- tuvieran el control del Ejecutivo y del Legislativo.  La distribución de poderes y funciones es una característica fundamental de una república sana.  Claro que la responsabilidad de los electores, a la hora de votar, tiene mucho que ver con entre quienes se distribuye el poder.  No tiene la culpa el loro, sino quien le enseña a hablar.

Bueno, diría Aristóteles, es lo que es bueno para alcanzar un objetivo particular.


4
abr 14

Pon la cantidad que quieras

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En Guatemala se vota por las personas, no por los partidos, dijo Arnoldo Medrano, alcalde de Chinautla, luego del procedimiento judicial en el que tuvo que pagar una fianza para no ir a prisión.  Para este período Medrano fue electo con la ficha del Partido Patriota, pero en otras ocasiones ha sido electo por otros 5 partidos.

La suya es una historia que confirma lo dicho, pero hay otras: El PAN  era el partido de Arzú y es nada sin él.  El FRG era el de Ríos Montt y es nada sin él.  La Gana fue el partido de Berger y es nada sin él.  Y ahí están los partidos de Alejos, de Colom/Torres y de Baldizón, para mencionar otras organizaciones personales, cuando no caudillistas.

La verdad es que lo que aquí llamamos partidos políticos no son más que maquinarias electoreras a las que la ley les da derecho de picaporte para colocar candidatos en las papeletas electorales.  Son roscas de amigos, compadres, clientes y patrocinadores que sirven para llegar al poder y medrar desde él.

La mayoría de chapines –a nivel municipal y a nivel nacional– vota por personas e intereses, y no por ideales.  Posiblemente la mayoría de votantes de Chinautla vote por Medrano, otra vez, sólo porque es Medrano.  Sospecho que la mayoría de electores –a todo nivel– quiere un dirigente, un pastor o un padre.  Quiere alguien que mande, alguien que chasquee el cincho y alguien a quien irle a pedir.  La democracia es eso: la libre elección del saqueador y mandamás de turno.

Todo esto es peligroso porque es personal y no es institucional.  Es peligroso porque –como no sea para conseguir privilegios en el mercado de privilegios que es el estado– no existe una relación sana entre mandantes y mandatarios.  Sin un sistema republicano que modere aquellas prácticas, cualquiera que alcance el poder con los votos de la mayoría del momento recibe un cheque en blanco.  Para el sistema político chapín –al que le urgen reformas de fondo– es apropiada la canción de Lucha Villa, que dice: Ay, me decepcionaste tanto/ que ahí te dejo un cheque en blanco/a tu nombre y para ti / Ay, pon la cantidad que quieras/…ese debe ser tu precio / y va firmado por mí

Columna publicada en El periódico.


11
mar 14

Peligros en el ambiente electoral

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Por un lado los diputados -representantes de partídos políticos y por tanto de intereses particulares y de facciones, en vez de ser representantes del pueblo y dignatarios de la nación- están politizando la elección de magistrados del Tribunal Supremo Electoral.  Sospecho que la idea es que el Tribunal deje de ser un árbitro y se convierta en un instrumento.  Y eso es muy peligroso, sobre todo en el contexto latinoamericano en el que hay una ola evidente de uso de las instituciones para abusar del poder por medios legales.  Tal es el caso de Venezuela, Nicaragua, Argentina, Bolivia y Ecuador para mencionar los más notorios.  No dejes de observar los casos de Honduras, Costa Rica y El Salvador, para valorar la importancia de una autoridad electoral sana, neutral, independiente, fortalecida y comprometida con la construcción de un sistema republicano.

A aquel peligro súmale otro: Los partidos políticos -representantes de intereses particulares y de facciones- están tratando de pasar una reforma electoral a su medida.  No una que fortalezca los partidos como intermediarios entre mandantes y mandatarios; no una que facilite que los ciudadanos puedan fiscalizar a las organizaciones políticas; no una que las obligue a demostrar que tienen capacidad para elaborar plataformas programáticas y atraer miembros que compartan sus valores. No. Nada de eso.  Están tratando de pasar una reforma que les garantice la oscuridad en la que operan y les mantenta aislados de toda fiscalización.

Grupos que defienden la libertad de expresión expresaron su preocupación por las posibles violaciones a la Constitución que podría contener el paquete de reformas a Ley Electoral y de Partidos Políticos, aprobado hace más de cuatro meses por el Congreso y que se encuentra en la Corte de Constitucionalidad  para su consulta.

Por ejemplo, el reformado artículo 220 le pone límite a la cantidad de espacios que pueden ser contratados en los medios de comunicación, pero el principal problema no es tanto el límite, sino que también limita a ciertos medios de comunicación y no permite que se pueda colocar pauta en el medio que lo desee el partido político, declaró el Presidente de la Cámara de Medios de Comunicación.  Si todos los partidos políticos tienen derecho a media página diaria en los periódicos o 10 spots diarios en televisión o radio, la pregunta es ¿a quién pone primero? No es lo mismo un espacio en una sección premium de mayor lectoría de un periódico o un espacio después de terminar un noticiero. Eso es diferente, cómo se va a seleccionar eso, simplemente es impráctico, indicó.

Haz clic aquí para ver detalles de los artículos peligrosos en el proyecto de ley electoral.

De paso…¿algún lector sabe si ha avanzado la absurda y abusadora idea de que sean prohibidas las encuestas?

Lo cierto es que los políticos están empeorando su relación con los electores y con los tributarios.  Es peligroso que esto ocurra porque una clase política inepta, corrupta, aislada del electorado y que medra en la oscuridad es caldo de cultivo para las dictaduras.  La gente se cansa de los abusos y pide dictadura.  Es peligroso lo que están haciendo los políticos y es más peligroso que nosotros se los permitamos.

La ilustración -que tomé de Facebook- lo pone claro.  La gente no distingue entre políticos honestos, y políticos deshonestos.  No distingue entre políticos colectivistas y políticos individualistas.  Decimos los políticos y todos se van en la misma canasta.


5
dic 13

En peligro el Tribunal Supremo Electoral

A lo largo de los últimos 15 años, poco más, o menos, los chapines hemos vivido una pronunciada degeneración de las instituciones del estado.  Hay muchos factores que explican ese fenómeno; pero el que nos ocupa hoy es uno de los principales: la avidez de facultades arbitrarias por parte de quienes ejercen la función pública.  La avidez de poder, podría decir alguien, o el desprecio absoluto por el artículo 152 de la Constitución, que dice que el poder proviene del pueblo.  Su ejercicio está sujeto a las limitaciones señaladas por esta Constitución y la ley.  Ninguna persona, sector del pueblo, fuerza armada o política, puede arrogarse su ejercicio.

Más recientemente aquella avidez y desprecio han medrado en un ambiente local en el que quienes ejercen el poder público han encontrado poca resistencia de parte de los electores y tributarios -que siguen confiando en ellos- y en un ambiente internacional en el que gobernantes como Maduro, Ortega, Kirchner, Morales y Correa han extendido la amplitud y la profundidad de sus mandatos casi a su antojo -contra la ley, o usando la ley- y con éxito.

En medio de aquel estado de cosas, aquí en Guatemala hay una institución que se ha resistido a la degeneración; y esta institución es el Tribunal Supremo Electoral.  El TSE y sus integrantes han resistido los embates de políticos ambiciosos e inescrupulosos.  Personajes que saben que el Tribunal es uno de los últimos bastiones de decencia dentro de la administración pública. Y, como se vió recientemente en Honduras, un tribunal electoral independiente, moralmente solvente y fortalecido, es un pilar imprescindible para la conservación de la república.

Por eso es muy alarmante la advertencia que acaba de hacer María Eugenia Villagrán, presidenta del TSE: Me preocupa que esta reforma, lejos de fortalecer, esté debilitando la autonomía y la supremacía del Tribunal. Con estas palabras se expresó con respecto a las modificaciones a la Ley Electoral y de Partidos Políticos  que el Congreso ya aprobó en tercera lectura.

Al parecer los políticos han diseñado una reforma a su medida, destinada neutralizar al Tribunal y a fortalecerse ellos mismos. Y eso debería ponernos los pelos de punta.


22
dic 12

En defensa del “transfuguismo”

No nos engañemos.  Para comenzar, los partidos políticos guatemaltecos no son las organizaciones que median entre mandatarios y mandantes; ni son las plataformas filosóficas y programáticas que describen los textos de ciencias políticas.  Aquí son maquinarias electoreras y roscas que sirven para llegar al poder.

Cuando fuiste a sufragar, ¿conocías a todos, o a la mayoría de los candidatos a los que les diste tu  voto?  ¿Sabes, ahorita y sin tener que pensarlo mucho, a quiénes les diste tu voto en cada una de las planillas de diputados?  Si conocías a dos, o tres de aquellos candidatos…¿tenías idea de qué piensan de asuntos tan importantes como las reformas constitucionales, la reforma política, la eliminación de privilegios, o  la ley de telecomunicaciones?

Dicho lo anterior, la prohibición del llamado transfuguismo sólo sirve para conservar aquel estado de cosas en beneficio de una clase política inepta y corrupta que requiere del uso de la fuerza para mantener su poder e influencia.  Sólo sirve para blindar un sistema podrido.  Y además…¿qué tal si hay un buen candidato, o un buen diputado que ya no soporta la corrupción y la farsa que hay en la organización a la que está vinculado?  Yo digo que esa persona debería tener la facultad de decir Hasta aquí e irse sin pena.

En mi opinión, los ciudadanos deberían tener la posibilidad de ver -con claridad- que el actual sistema es insostenible.  Deberían poder ver -con claridad- a qué clase de gente eligen.  Y el transfuguismo facilita estos dos procesos.  Si la libertad de conciencia para los diputados fuera bien vista, los electores podríamos ver que uso hacen de ella los que dicen representarnos.  Yo opino que para la educación cívica de mandatarios y mandantes es más provechoso que haya libertad de conciencia y de movilidad, que que se fuerce una permanencia artificiosa y engañosa disfrazada de lealtad.  Es mejor que los desleales y los camaleones sean fácilmente identificables, que amarrarlos por la fuerza y crear un espejismo de solidez y confiabilidad del sistema político.

Si entendemos que los partidos chapines son lo que son, es difícil y es moralmente inexplicable que tratemos de pedirles lealtad y coherencia a los candidatos y funcionarios vinculados a esas organizaciones.  Más bien, como en el jiu-jitsu, habría que utilizar el sistema contra sí mismo y exponer la realidad.  La responsabilidad, entonces, sería de los electores, a quienes les correspondería separar la paja del grano y no darle su voto a los que no lo merecen.  Así es en el mercado.   Tu no compras donde te dan libras de 14 onzas, ni regresas a donde te metieron tomates podridos entre los tomates buenos.  ¿Por qué es que sí haces eso en el terreno del poder?


11
sep 12

Reformas a la Constitución: primero en tiempo, primero en derecho

La Asociación de Constituyentes publicó un manifiesto en el que recomienda que, en la discusión de reformas a la Constitución se siga el principio de Primero en tiempo, primero en derecho; y que habiendo propuestas de reforma pendientes de discutir y resolver en el pleno del Congreso, estas deben ser analizadas y aprobadas, o rechazadas antes de que aquel órgano entre a conocer las propuestas que hizo el presidente Otto Pérez Molina.

En su comunicado, los Constituyentes también recomiendan que para la realización de reformas constitucionales legítimas -y legítimas es la palabra clave- es necesario un clima político maduro y de amplio consenso, lo cual se logrará sólo con la reforma política previa.  En las actuales condiciones no se garantiza el debate de altura requerido.  Por lo que antes del debate de las reformas propuestas por el Presidente se debe entrar, de lleno, a la reforma del sistema pol+itico actual mediante la actualización de la ley electoral y de organizaciones políticas.

Y yo estoy en total acuerdo con el manifiesto:

El Presidente debe hacer cola.

¿Qué clase de reforma política?


7
ago 12

Reforma electoral, otra oportunidad que se va por el caño

La versión final de la iniciativa de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos propone que el financiamiento de los partidos por parte de los tributarios se dividiría en dos para los partidos nacionales: $5 serían entregadso para la vida partidaria  en actividades permanentes y, $5 para la época de campaña. Supuestamente es porque parte de ese dinero debería servir para capacitacion…y yo sospecho que va a servir para que los dirigentes de los partidos se lleven de vacaciones a sus familas a Disney, para que cambien de automóvil, o para que amplíen sus casas.

La propuesta incluye la participación en la lista de postulación de candidatos a puestos de elección popular, en forma intercalada a mujeres y hombres. Las listas que no cumplan con ese requisito no serían inscritas; y lo que eso implica es que las personas ya no serán seleccionadas por sus capacidades como individuos, sino sólo por su sexo y para cumplir con las cuotas.  Ya tu sospecharás que esto no contribuirá a la mejor calidad de los candidatos en los puestos de elección popular.

Además, se sugiere que el Tribunal Supremo Electoral contrate los tiempos publicitarios en radio, televisión y prensa. Ello implica que organizaciones políticas insignificantes, que no cuentan con apoyo electoral serían mantenidas vivas de forma artificial en los medios de comunicación.

Y, finalmente, la iniciativa prohibe las encuestas y estudios de opinón ocho días antes de los comisios.  Con ello priva de información a los electores.

Nada de esto contribuye a una reforma que consolide el sistema republicano, que acabe con los privilegios, que fortalezca la facultad de elegir que tienen las personas, que opere en favor de los mandantes, y que aproveche el entusiasmo que la gente vuelca en las elecciones. No es una reforma para antes de que el descontento sea violencia.


3
ago 12

A las puertas de una reforma electoral

El sistema político se está deteriorando al ritmo en que se están deteriorando otras instituciones. Esto es peligroso, porque ese es el ambiente en el que se cultivan la violencia y la dictadura; y por eso urge una reforma electoral que fortalezca el sistema republicano.

Se dice que en chino, la palabra crisis es la misma para oportunidad; pero a sabiendas de que es cliché y de que no es cierto, deberíamos aprovechar que los chapines hemos madurado bastante en algunos aspectos cívicos (después del serranazo, después de las jornadas de mayo de 2010 y luego de las amenazas que sufrió la Constitución antes de los comicios recién pasados).

Urge una reforma que consolide el sistema republicano, que acabe con los privilegios, que fortalezca la facultad de elegir que tienen las personas, que opere en favor de los mandantes, y que aproveche el entusiasmo que la gente vuelca en las elecciones. Una para antes de que el descontento sea violencia.

Digo que los partidos deben ser financiados por sus simpatizantes y adeptos; y no por tributarios. Si los partidos solo pueden vivir de la teta del presupuesto del Estado, esas organizaciones no tendrán incentivos para ponerse serios y atraer verdaderos patrocinadores que se sientan comprometidos –hasta con sus billeteras– con los valores de las organizaciones a las que apoyan.

El número de diputados debe ser reducido y no es cierto que un Congreso de 150 diputados vaya a ser menos comparsa que uno de 200. Hay que trabajar en la calidad de los diputados y en la de las organizaciones políticas que los llevan al Congreso, antes de cualquier otra cosa.

No hay que temerle al bipartidismo, o al multipartidismo si son consecuencias de las preferencias de los electores y de la maduración del sistema político; en cambio, hay que sospechar de cualquiera de los dos si son consecuencias de incentivos artificiosos.

Las campañas deben durar lo que deban durar. Los electores, con sus votos, serán los que premien, o castiguen a los políticos; y parte de lo que entusiasma, o decepciona a los que votan es la calidad y la cantidad de información que reciben de aquellos que quieren sus votos. No es sano establecer límites arbitrarios a la cantidad de tiempo y espacio que deben ocupar las campañas.

Esta columna fue publicada en El Periódico.


17
jul 12

Algo sobre la reforma electoral

El sistema político chapín se está deteriorando rápidamente -al mismo ritmo que se están deteriorando otras instituciones-.  Eso es peligroso porque ese es el ambiente en el que se cultivan la violencia y las dictaduras.  Prueba de que la situación es precaria es que las elecciones pasadas fueron más violentas y más precarias que en otras ocasiones.  Por eso urge una reforma electoral.  Pero no una reforma cualquiera, debe ser una que fortalezca el sistema republicano.

En los comicios recién pasados fue evidente que los partidos ningunearon al Tribunal Supremo Electoral, al Registro de Ciudadanos y a la Ley Electoral. La absurda prohibición de hacer campaña antes de la convocatoria oficial fue ignorada. ¿Quién cumplió en 100 por ciento la obligación de hacer transparente su financiamiento? ¿Qué pasó con los límites fijados para los gastos de campaña?  Hubo candidatos inscritos sin finiquitos.  Los partidos siguen siendo roscas electoreras, y no intermediarios entre mandantes y mandatarios.  En el interior, las pasiones agarran fuego.

En cuanto a los candidatos, abundaron las nominaciones de carácter familiar y clientelar. El populismo adquirió dimensiones sudamericanas. Muchos tienen la impresión de que para la segunda vuelta se presenta un dilema entre dos males. Con todo y  todo, la magia de las elecciones se hizo presente en el entusiasmo de las multitudes que se entregan en las Juntas Receptoras de Votos, en el Centro de Cómputo y entre los miles de voluntarios.  La magia estuvo entre los votantes que acudieron a darles sus votos a los candidatos, o a expresar su rechazo legítimo a un sistema que se está agotando. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que la mayoría ponga, en todas las papeletas, las groserías que pone en las del Parlacen? ¿Llegaremos a ese momento antes de que el descontento se vuelva violento?

Es un cliché recordar aquello de que, en chino, la palabra crisis es la misma que oportunidad, pero a sabiendas de que es cliché y de que no es cierto, mi opinión es que deberíamos aprovechar que los chapines han madurado bastante en algunos aspectos cívicos (después del serranazo, después de las jornadas de mayo de 2010 y luego de las amenazas que sufrió la Constitución en estos comicios) y empezar a trabajar en una reforma electoral y de partidos.

Una que consolide el sistema republicano, que acabe con los privilegios, que amplíe y fortalezca la facultad de elegir que tienen las personas, que opere en favor de los mandantes, y que aproveche la energía y el entusiasmo que la gente vuelca en las elecciones. Una para antes de que el descontento se vuelva violencia.

Yo digo que los partidos políticos deben ser financiados por sus simpatizantes y adeptos; y no con el dinero de los tributarios.  Si no es así y si puden vivir de la teta el presupuesto del estado, los partidos no tendrán incentivos para ponerse serios y atraer verdaderos patrocinadores que se sientan comprometidos -hasta con sus billeteras- con los valores de las organizaciones a las que apoyan.

La ley electoral -y los políticos- deben respetar el derecho de propiedad en los medios de comunciación; y aquellos no deben tener la facultad de utilizar espacio y tiempo ajenos para difundir su propaganda.  Este es un caso típico en el que los derechos individuales deben prevalecer sobre los intereses particulares.

El número de diputados debe ser reducido y no es cierto que un Congreso de 100, o 150 diputados vaya a ser menos comparsa que uno de 200, o 250.  Hay que trabajar en al calidad de los diputados y en la de las organizaciones políticas que los llevan al Congreso, antes de pensar -siquiera- en elevar su número.

Las campañas políticas deben durar lo que deban durar.  Al final los electores, con sus votos, serán los que premien, o castiguen a los políticos y parte de lo que entusiasma, o decepciona a los que votan es la calidad y la cantidad de información que reciben de aquellos que quieren sus votos.  No es sano establecer límites arbitrarios a la cantidad de tiempo y espacio que deben ocupar las campañas.

Las encuestas no deben ser prohibidas.  Prohibirlas equivale a privar a los electores de información.  Es como ejercer censura.  Mantener a los electores desinformados y en la ignorancia no contribuye a formar mejores electores.

Las cuotas de poder favorecen a grupos de interés; pero perjudican a los electores.  Las cuotas reparten puestos por criterios de sexo, étnia, y otros en vez de depender de los logros individuales de los aspirantes a los cargos públicos.  Obligan a los electores a elegir entre los designados de los grupos de interés, en vez de facilitar que elijan a los mejores por sus características individuales.  Las cuotas pervierten el proceso de selección de canditados.

La votación uninominal es buenísima idea.  Los electores deben poder seleccionar a sus candidatos no como parte de un colectivo, sino como personas individuales.

Los diputados deben poder cambiar de partido porque deben responder no sólo a sus electores, sino a sus conciencias electorales.  Los partidos no deben ser propietarios de las conciencias de sus diputados.  Los partidos deben mejorar sus métodos para elegir candidatos, y los candidatos deben mejorar sus métodos para elegir quién les da el boleto para estar en una casilla electoral   El transfuguismo prostituto es una plaga; pero los partidos no deben tener la facultad de obligar a alguien a quedarse, si esa persona no está de acuerdo con el rumbo que ha tomado la organización que lo llevó al Congreso.

Al final hay que recordar que los objetivos de la reforma política debe ser el de fortalecer el sistema republicano, limitar el poder de los que ejercen el poder y contribuir a la maduración cívica de los electores y elegidos.


26
mar 12

¿Qué clase de reforma política?

Ahora que leo que fue instalada una forma de convergencia para la reforma política, pienso que es importante pensar que clase de reforma política deberíamos buscar los chapines.

Aprovech la ocasión para reproducir algo que escribí en septiembre pasado, luego de la primera ronda electora, para sugerir que la reforma política no sea diseñada para favorecer a intereses particulares; sino que sea diseñada basándose en normas generales y abstractas.

He aquí lo que escribí entonces:

En esta elección fue evidente que los partidos ningunearon al TSE, al Registro de Ciudadanos y a la Ley Electoral.   La absurda prohibición de hacer campaña antes de la convocatoria oficial fue ignorada.  ¿Quién cumplió en 100 por ciento la obligación de hacer transparente su financiamiento? ¿Qué pasó con los límites fijados para los gastos de campaña?  Hubo candidatos inscritos sin finiquitos.  Los partidos siguen siendo roscas electoreras, y no intermediarios entre mandantes y mandatarios.  En el interior, las pasiones agarran fuego.

En cuanto a los candidatos, abundaron las nominaciones de carácter familiar y clientelar. El populismo adquirió dimensiones sudamericanas. Muchos tienen la impresión de que para la segunda vuelta se presenta un dilema entre dos males.

Con todo y todo la “magia” de los comicios se hizo presente en el entusiasmo de las multitudes que se entregan en las Juntas Receptoras de Votos, en el Centro de Cómputo, y entre los miles de voluntarios.  La “magia” estuvo entre los votantes que acudieron a darles sus votos a los candidatos, o a expresar su rechazo legítimo a un sistema que se está agotando.

¿Cuánto tiempo pasará antes de que la mayoría ponga, en todas las papeletas, las groserías que pone en las del Parlacen? ¿Llegaremos a ese momento antes de que el descontento se vuelva violento?

Es un cliché recordar aquello de que en chino, la palabra crisis es la misma que oportunidad; pero a sabiendas, mi opinión es que deberíamos aprovechar que los chapines han madurado bastante en algunos aspectos cívicos (tras el serranazo, tras las jornadas de mayo de 2010 y luego de las amenazas que sufrió la Constitución en estos comicios) y empezar a trabajar en una reforma electoral y de partidos.

Una que consolide el sistema republicano, que acabe con los privilegios, que amplíe y fortalezca la facultad de elegir que tienen las personas, que opere en favor de los mandantes, y que aproveche la energía y el entusiasmo que la gente vuelca en las elecciones. Una para antes de que el descontento se vuelva violencia.


30
sep 11

Los futuros posibles

En una conversación que tuve con Peter Thiel –el fundador de PayPal– él dijo que no pierde la esperanza porque ya no cree que la política abarque todos los futuros posibles.  Añadió que vivimos en un mundo en el que hay una carrera entre la tecnología y la política; y que cree que algunas de aquellas les facilitarán, a las personas, tener esferas de acción fuera de la esfera de los estados. Dijo aquello en el contexto de que si bien el futuro se ve peligroso, ni es cierto que la Historia determine el futuro de los individuos, ni es cierto que estos no puedan cambiar el curso de los acontecimientos. La mejor actitud, dijo, es ser valiente, recordar que los individuos son lo más importante y que a cada uno de nosotros nos corresponde decidir si vamos a hacer el futuro mejor, o no. Me acordé de aquella conversación al ver, en elPeriódico, a Alessio Rastani sobre un letrero que dice: Los gobiernos no dirigen el mundo.

Rastani indignó a muchos porque advirtió que los esfuerzos de los gobiernos europeos y de su clientela van a fracasar, y que aquellos que falseen la realidad y confíen en la política en vez de en el buen juicio van a perder muchísimo. Podemos ignorar la realidad, pero no podemos evitar las consecuencias de ignorarla, es lo que parece que dice este personaje controversial. Mira, tú, a dónde nos han traído los gobiernos gastones y su clientela acostumbrada a vivir como bamboccioni en los bancos, en los sindicatos, y en todas partes, digo yo.

Tal vez sí es tiempo de que los gobiernos dejen de dirigir el mundo y de que los individuos ampliemos nuestras esferas de acción más allá de las esferas de los estados.

En Guatemala, las nuevas tecnologías les han abierto a los votantes y a los tributarios experiencias disruptivas de participación cívica. En las elecciones pasadas, 11.85 por ciento de los votantes rechazaron, expresamente, el amplio abanico político que se le ofrecía. Si votos nulos y en blanco hubieran sido un candidato presidencial, este hubiera ocupado el cuarto lugar, arriba de otros siete aspirantes de todos los colores y sabores.

Y si el futuro se pinta nebuloso, como individuos podemos elegir ignorar la realidad, o no. Eso sí, lo que no podremos evitar será las consecuencias de haber ignorado la realidad, o no. Yo digo que es tiempo de una reforma que amplíe las esferas individuales de las personas y nos permita no perder la esperanza, conscientes de que la política no abarca todos los futuros posibles.

Esta columna fue publicada por El Periódico.

Actualización: recién me entero de que Rastani es una especie de fraude; pero, ¿cómo es que dice el dicho? Los niños, los bolos y los locos siempre dicen la verdad.


21
ene 10

A Guatemala la puede dejar el tren…otra vez

A Guatemala la dejó el tren en 1821 cuando los miembros del establishment fundaron una república para trasladarse a sí mismos los privilegios que tenía la corona española. La dejó el tren cuando en 1871 los liberales constructivistas hicieron una revolución en buena parte para repartirse lo que le quitaron a los conservadores. La dejó el tren cuando en 1944 la revolución fue asaltada por un nuevo establishment cargado de ideologías. La dejó en 1954 cuando en vez de un viraje de 180 grados el país sólo cambió de manos.

Así puede seguir la lista pasando por 1963, 1982, y otras fechas clave. Y ahora…a Guatemala la va a volver a dejar el tren si es cierto que lo que dicen los diputados Aníbal García (independiente) y Rosa María de Frade (de la Bancada Guatemala) en el sentido de que la Comisión de Legislación y Puntos Constitucionales del Congreso dictaminará desfavorablemente a la propuesta de reforma a la Constitución del grupo Pro Reforma.

Los guatemaltecos tenemos la oportunidad de acabar de una vez por todas con los privilegios; y tenemos la oportunidad de fundar un sistema que garantice el respeto a los derechos individuales. Tenemos la oportunidad de fundar un sistema basado en leyes, pero se nos puede ir ese tren.

Es antidemocrático que 17 diputados de una comisión dictaminen negativamente contra una iniciativa que viene de más de 70,000 ciudadanos. Un grupito de diputados no puede, ni debe, interponerse entre ProReforma que es una propuesta e iniciativa cuya aprobación confía -como debe ser en una democracia- en el juicio de los ciudadanos.

La propuesta de ProReforma salió de la gente; y es a la gente a la que le corresponde decidir si quiere aceptarla, o no.

El establishment -acostumbrado a vivir entre la corrupción y la impunidad- se burlaría de los 70,000 firmantes y establecería un antecedente nefasto, si le niega a la gente la oportunidad de decidir sobre este asunto. Eso significaría que de nada sirve que la Constitución reconozca la posibilidad de que los ciudadanos presenten iniciativas constitucionales; si al final de cuentas un grupo de cancerberos cerrará la puerta de acuerdo con sus conveniencias políticas del momento.

Es un absurdo constitucional y un absurdo de justicia que la comisión se constituya contra los ciudadanos; y sólo se explica como producto de un criterio ideológico que le teme a la expresión popular…y una maniobra política para perpetuar el estado de cosas del que se benefician los políticos y su clientela.

Esta entrada fue publicada, también, por El Periódico y por Siglo Veintiuno.


27
jul 09

Irmalicia y Acisclo sobre ProReforma

Hoy, los columnistas Irmalicia Velásquez y Acisclo Valladares se aproximan a ProReforma desde dos ángulos que vale la pena comentar porque su discusión arroja luces sobre la naturaleza de aquella propuesta de reforma constitucional.

Irmalicia dice que aunque ProReforma sostiene que los grandes problemas de Guatemala son la violencia y la pobreza, el proyecto no explica las causas que la provocan (sic). Luego habla de problemas estructurales, de la supuestamente necesaria redistribución de la tierra cultivable y del conflicto armado que protagonizó la guerrilla durante 36 años.
La aportación de Irmalicia se halla en que explicar las causas de la pobreza no tiene sentido porque la pobreza no tiene causas. La pobreza es…y ya. Todos nacemos desnuditos y en realidad la condición natural y primigenia de todo individuo, así como la de la humanidad es la de pobreza, escasez y precariedad. En cambio, lo que sí tiene causas es la riqueza. Esa, la riqueza, sí hay que explicarla y entenderla porque para acabar con la pobreza, es necesario saber cómo se crea la riqueza, y en qué condiciones es posible su creación.
La riqueza se crea cuando hay un ambiente en el que todas as personas pueden vivir, producir, e intercambiar pacífica y libremente sin coerción, ni privilegios, independientemente de sus relaciones políticas, raciales, sociales y sexuales. La paz (no violencia) es una condición necesaria para la creación de riqueza. La riqueza es una condición necesaria para acabar con la pobreza; y la paz se consigue si se protegen la vida, la libertad y la propiedad de todos y si aquellos que violan la vida, la libertad y la propiedad de otros enfrentan las consecuencias jurídicas de sus actos delictivos.
Irmalicia tiene razón al decir que el estado de derecho se construye y que este sólo es posible cuando los derechos de todos (sin privilegios para nadie y sin exclusiones para nadie), se resepeten para todos, no sólo para la mayoría, y menos para alguna minoría, sino para todos. ¡Y por eso es necesario ProReforma! Por eso es necesario separar la ley y la legislación. Por eso es necesario que de la ley no se ocupen representantes sectoriales, sin. Por eso es que los senadores no deben representar departamentos, étnias, sexos, clases sociales, estamentos, ni nada parecido. Por eso es que la edad es un buen parámetro neutro;porque lo importante es que el senador tenga 50 años. Sin que importe de qué departamento venga, de qué étnia se; ni si es hombre, o mujer; ni si es rico, o pobre.
ProReforma es una propuesta de reforma constitucional y por ello se concentra en el marco abstracto y general constitucional necesario para vivir en paz y para salir de la pobreza. Quienes busquen en ella políticas y normativas específicas y particulares para seguridad y para crear riqueza, están buscando en el lugar equivocado.
Acisclo, por su parte llama la atención sobre la naturaleza unitaria y coherente que tiene ProReforma. Este no es una serie de artículos que, a modo de parches, se hayan añadido unos a otros para satisfacer exigencias sectoriales. No es un una colección de normativas diseñadas para quedar bien con empresarios y trabajadores, ecologistas y feministas, indigenistas y exguerrilleros, o militares y civiles. Es un corpus coherente cuyas partes están en armonía entre ellas y con el todo para empezar la fundación del estado de derecho que desea Irmalicia.
Como ProReforma es una unidad de naturaleza indivisible, sometida al Congreso por más de 70 mil ciudadanos, lo que corresponde discutir es si esa unidad o ese corpus debe ser sometido a Consulta Popular, o no.
Eso no desvirtua la normativa constitucional al respecto porque si alguien quisiera presentar una reforma distinta a ProReforma, está libre de hacerlo. Y si alguien quisiera añadirle, o quitarle algo a ProReforma estaría en la libertad de hacerlo; pero, entonces, tendría que llevar otro nombre y no podría ampararse en las 70 mil firmas de apoyo porque sería otra cosa. Supongo que estamos claros en que ProReforma es lo que es y no lo que no es; y en que algo que es distinto a ProReforma, sería otra cosa, y no ProReforma.
El comentario de Acisclo también ayuda a explicar que ProReforma no acude al jacobinismo en el sentido de que sea el propio pueblo el que la apruebe; y como la ley es la ley, aunque cueste entenderlo, se respeta el procedimiento constitucional. Cualquiera que lea ProReforma -sin prejuicios- verá que su proceso de aprobación pasa por tres grandes fases: La recoleccion de firmas, que ya ocurrió y hay por lo menos 70 mil; la discusión en el Congreso, que ya está ocurriendo; y la Consulta Popular, como consecuencia de aquella discusión.
Yo creo que Acisclo cree que ProReforma debe ser discutido por partes y no como un todo; pero lo malo de eso es que si se discute por partes ProReforma dejaría de ser ProReforma y sería otra cosa. Y ahí está la clave. De acuerdo con la Constitución, más de 70 mil ciudadanos han sometido un proyecto de reforma constitucional al Congreso y este ha iniciado el proceso de de discusión. Cuando este concluya, y si los diputados aprueban el proyecto (que es uno), de acuerdo con la Constitución este debe ser sometido a consulta y aprobado, o rechazado. ¿Qué puedes ser más democrático que eso? ¿Qué puede ser más democrático que reconocer que el soberano es quien tiene derecho a aprobar, o no ProReforma?

22
mar 07

A lo mejor es de otra forma

Leo que “Los partidos políticos no podrán gastar más de Q44.7 millones en la campaña electoral, según disposición del Tribunal Supremo Electoral (TSE). El límite máximo para la campaña se basa en el número de empadronados hasta el 31 de diciembre del 2006, de acuerdo con el Reglamento de Fiscalización del Financiamiento Público y Privado de las Organizaciones Políticas”; y leo que “Los partidos políticos deberán abrir una cuenta específica para registrar sus gastos de campaña electoral, un mes antes de la convocatoria a comicios generales (2 de mayo)”.

Cayó en mi escritorio The Falacy of Campaign Finance Reform, por John Samples. El autor pone a pensar acerca de cuestiones que “la sabiduría popular” da por incuestionables. Si se les prohibe a los partidos políticos recibir contribuciones de corporaciones, sindicatos e individuos, ¿eso beneficia a la democracia? ¿Qué tal si hay poca, o ninguna evidencia de que las conttibuciones realmente influyen en las decisiones de los miembros del Congreso de los Estados Unidos de América? ¿Qué tal si la publicidad política negativa realmente mejore el proceso democrático al informar mejor al votante? ¿Y qué tal si los limites a las donaciones para las campañas electorales benefician a los candidatos oficiales porque hacen más difícil que pierdan sus lugares en el poder?

Samples explora muchas falacias alrededor del tema de las campañas electorales y da qué pensar porque ¿cuántas de aquellas falacias están presentes en la reforma electoral chapina? ¿Cómo influirán en los próximos comicios?










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