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t=() Hogar Rafael Ayau | Luis Figueroa CARPE DIEM

Hogar Rafael Ayau


18
sep 12

Inés Ayau y a su obra

En una de sus recientes visitas a Guatemala, el cuate  John Blundell le dedicó el talento de su pluma al trabajo de la madre Inés Ayau, la líder de un pequeño grupo de monjas ortodoxas rusas libertarias que tiene a su cargo el manejo del Hogar Rafael Ayau.  Las otras monjas son las madres Ivonne y María.  Yo tuve la dicha de ayudar a John con algunas de las entrevistas para este reportaje; y tengo la dicha de conocer la obra a la que se refiere el reportaje y a las tres damas que la hacen posible.

Con el título The Road to Villa Nueva, el autor de Ladies of Liberty  narra cómo la madre Inés ha dedicado su vida por los menos favorecidos, impulsada siempre por un espíritu emprendedor que heredó de su padre Manuel F. Ayau, fundador de la Universidad Francisco Marroquín.

El Hogar Rafael Ayau se fundó en 1856 por el tátara-tátara abuelo de la madre Inés y fue manejado de forma privada con buenos resultados hasta que el gobierno lo nacionalizó un siglo después. Para la década de 1990  los jóvenes que entraban al orfanato no recibían ni atención, ni educación apropiadas.

Cuando el entonces presidente Álvaro Arzú le preguntó si se haría cargo del Hogar, la Madre Inés dio una respuesta categórica: sí lo haría; pero sólo si le permitían tomar el control de toda la operación y se privatizaba el Hogar. Arzú aceptó.

Mientras un equipo dirigido por una compañía privada empezó a renovar el Hogar, la madre Inés se dirigió al norte de los Estados Unidos. Allí solicitó donaciones para su recién formada American Friends of the Hogar Rafael Ayau. Rápidamente recaudó un millón de dólares, ayudada por su familia –que era conocida y respetada en los círculos políticos, de negocios y filantrópicos–y por un banco local, relata Blundell.

La madre Inés, una monja de 60 años, entró a un convento de la iglesia católica romana hace cuatro décadas, cuando la teología de la liberación estaba en la cumbre de su popularidad. Viajó por todo el mundo enseñando religión mientras obtenía su título en teología, pero para su desánimo, en todos lados se encontraba con la teología de la liberación.

Siempre luché tan fuerte como pude. La teología de la liberación es una relectura de la Biblia con anteojos comunistas, buscando palabras fuera de contexto para justificar una agenda política comunista […] Estaba harta con la teología, así que mientras estaba en las Filipinas empecé a buscar algo más tradicional y descubrí la Iglesia ortodoxa rusa explicó.

A su regreso a Guatemala en los ochenta, la Madre Inés inició un gran proyecto, la construcción del primer monasterio e iglesia de la ortodoxia rusa en el país, situado en Villa Nueva. Pero luego vendría la propuesta del ex presidente Arzú por lo que se dedicó por completo al Hogar Rafael Ayau.

El orfanato prosperó a lo largo de los años. Unos 240 niños fueron adoptados y 900 se graduaron del programa escolar. Pero el Hogar se enfrentaría a nuevos problemas en 2007, cuando, impulsado por presiones internacionales, el presidente saliente Óscar Berger promovió pesadas regulaciones a los orfanatos y prohibió las adopciones privadas.

Las medidas asestaron un duro golpe al Hogar y a Inés. Sin embargo el orfanato continúa funcionando y sirviendo a una causa importante hoy día, como el propio Blundell pudo confirmar en una visita en marzo. A pesar de todos los obstáculos, la madre Inés sigue su marcha para adelante:

Veinte años después de empezar el trabajo en Villa Nueva, la construcción está por terminar. Las instalaciones se encuentran en un acantilado con vista al Lago de Amatitlán, donde la Madre ha construido una iglesia ortodoxa rusa de tal belleza y esplendor que tuve que sentarme por media hora para apreciarla toda. Cada centímetro cuadrado, incluyendo el techo, está pintado con iconografía exquisitamente coloreada. La Madre también ha creado una granja que produce pescado, carne de conejo, frutas y vegetales. Ella es una verdadera empresaria.


16
may 11

¿”Verdá” que vos eras mi amigo?

¿Verdá que vos eras mi amigo? ¿Verdá que vos eras mi hermano?  Así me preguntó y de sopetón, Armando, en el Hogar Rafael Ayau.  El chiquillo ese, de 5 años de edad, me sacó las de cocodrilo.  Se me hizo un nudo en la garganta y por ahí, a duras penas, pude decirle Si vos, somos amigos y hermanos.

¡Ala gran diabla!, ¿cómo pude dejar de ir durante más de un año al Hogar?  A Armando lo conocí cuando parecía un Teddy Bear notablemente más grande que los demás niños de su edad.  Notablemente más grande y taciturno, pero con una estupenda sonrisa que, cuando se dejaba ver, le brillaba en los ojos y se tornaba, rápido, en carcajada.

Pero Armando no hablaba y generalmente daba la impresión de que no quería ser molestado.  Así que yo tenía la idea de que no le daba mayor importancia al hecho de que le prestara atención.   Por eso me sorprendió mucho -y me conmovió mucho- ahora que no sólo me recordaba, sino que me recordaba como su amigo y hermano.  Y me dio mucho gusto oír su voz y ver que puede hablar como cualquier otro niño de su edad.

Samaris era una chiquilla pequeñita que daba la impresión de siempre estarse tropezando con algo, o con sus propios pies.   Y el sábado, cuando se me acercó y me dio un abrazo apretado, apretado, vi que había crecido bastante; y no se cayó ni una vez durante todo el tiempo en que anduvo por ahí corriendo y brincando con sus compañeras.  Lo que si se cayó fue su esperanza de ser adoptada.

Después de dos años de no verlos, los niños y niñas que -luego de la Ley Antiadopciones- quedan en el Hogar Rafael Ayau han crecido como crece cualquier niño saludable y criado en un ambiente sano.  Sara ya está en la universidad, la mayoría de las niñas grandes están aprendiendo en una carpintería profesional de primera, Samuel se pegó un estirón impresionante y Kevin -a quien apodamos Ratatouille- tiene brackets para salvar sus dientecitos.  Miniedgar no ha crecido ni un geme; pero juega y sigue instrucciones como si no tuviera un problema de sordera.

El más impresionante, sin embargo, es René.   El pequeño René vivía recluido en su mundo interior, se daba golpes en la cabeza, no hablaba, y aunque andaba erguido, tenía dificultades extremas para moverse.   Era muy delgado y la última vez que lo vi estaba acurrucado en un rincón, cual gato asustado, lejos, lejos, lejos de todo.  ¡Ese no es el René que vi el sábado!  Todavía no habla, y es posible que nunca lo haga; pero aunque se mueva con alguna dificultad, juega y participa en las actividades con los demás niños.   Es evidente, por su mirada y por sus actitudes, que entiende bien lo que se le dice y lo que está ocurriendo a su alrededor.  René ya no vive en sí mismo, sino que vive en el mundo que todos disfrutamos.  Me cuentan las niñeras que René se baña y se viste sólo.  René no está gordito, pero ya no se ve flaco.

René fue sacado de un mundo oscuro y de soledad, y ahora -aún con sus limitaciones- ese chico te da unos abrazos que no puedes sino apreciar como algo lleno de vida, de luz y de alegría.

Mientras tanto, Emanuel y sus dos hermanos, que ya tenían familia siguen esperando a que la ley antiadopciones termine de ser una pesadilla.  Y los demás…están al buen cuidado de las madres Inés, Ivonne y María.

El sábado, con un grupo de amigos, asamos salchichas y marshmellows con los niños.  Y la pasamos re bien.  Yo salí muy agradecido y lleno de abrazos y sonrisas.


6
nov 10

Exito de las chicas del Hogar Rafael Ayau

El coro de chicas del Hogar Rafael Ayau se presentó en Moscú, Rusia, donde el público las ovacionó fuertemente.  Las integrantes del grupo, de entre 13 y 19 años de edad, se presentaron en el Salón de Oro del Palacio Presidencial, en el Kremlin y entonaron canciones folclóricas rusas, así como guatematlecas.

Estoy seguro de que ellas y las madres Inés, Ivonne y María deben estar muy orgullosas y contentas por esta oportunidad que las chicas se tenían muy merecido.  El lunes pasado tuve la dicha de ser invitado al ensayo con vestuario, en el Hogar, y francamente daba mucho escucharlas cantar y verlas con sus hermosos huipiles.

¡Felicitaciones patojas!


28
abr 10

Dicha, tristeza y esperanza, al mismo tiempo

Caldo de verduras, conejo, pasta con crema, rábanos rallados y tortillas, fueron el delicioso almuerzo que compartieron conmigo, ayer, los chicos y chicas del Hogar Rafael Ayau.
Siempre es una dicha pasar buenos ratos en compañía de los niños y niñas del Hogar. Da gusto ver cómo van creciendo y remontando las dificultades con las que han empezado sus jóvenes vidas. Llena de alegría ver su alegría.
Esto claro, a pesar de que la ley antiadopciones condenó a muchos de ellos a no conseguir familias; a pesar de que todos los recursos y potencial del Hogar no pueden ser aprovechados en su plenitud; y a pesar de que las aulas, los dormitorios y el comedor están muy vacíos.
Con todo y todo, las visitas al Hogar siempre me llenan de ánimo; porque la obra de las madres Inés, Ivonne y María ha dejado una huella valiosa en las vidas de estas criaturas. Niños y niñas para los que la idea de que la libertad y la responsabilidad están inseparablemente ligadas, no les es ajena. Niños y niñas que conocen los efectos malignos de la coaccion arbitraria. Niños y niñas que saben que un pueblo de súbditos, no es un pueblo de ciudadanos.

1
jun 09

Una mañana diferente en la carpintería

Después de semanas y semanas de no ir, hoy que tenía parte de la mañana libre aproveché para ir al Hogar Rafael Ayau donde siempre paso momentos muy agradables en compañía de los chicos y chicas de allá.

Me encontré con la sorpresa de que Alan Russell está enseñándoles carpintería a los chicos y chicas el Hogar.  Ahora tienen una carpintería con equipo nuevo y de primera con el que están haciendo joyeros, rompecabezas y unos ingeniosos atriles para leer, o para usar la compu en el auto cuando uno está esperando a alguien.  Con el equipo viejo que había en la carpitería del Hogar yo ya había visto unos bancos muy hermosos; pero con el equipo nuevo -que además es más seguro- lo que pueden hacer no tiene límites.
Con las nuevas sierras de precisión, hasta yo y mi motricidad fina casi inexistente podríamos hacer algo medianamente bonito.
Los chicos y chicas del Hogar no sólo cuentan con el cariño y los cuidados de las Madres Inés, Ivonne y María; así como con los del personal que opera el lugar.  También cuentan con instalaciones cómodas y apropiadas, y con equipo para su desarrollo personal.  Mi favorita siempre había sido la panadería, pero la nueva carpintería es extraordinaria.
A principios del año fui invitado a dar una charla sobre los ismos políticos a los chicos y chicas mayores; y me agradó mucho la calidad de preguntas que los asistentes hicieron al concluir mi paticipación.  Los chicos y chicas del Hogar se mantienen al día en las noticias y su conversación suele ser fuera de lo común.  Aunque la mayoría no se anima a hablar el idioma inglés, todos los que participan en el curso de carpintería del doctor Russell pueden seguir perfectamente sus instrucciones en el idioma de Shakespeare; y más de uno puede sostener con él una conversación.  
Cuando voy al Hogar siempre me pasa algo…;yo creo que voy a dar…,pero siempre soy el que recibe.

3
ene 09

Iconografía ortodoxa, en Guatemala

Imagine, usted, siglos enteros de tradiciones artísticas y técnicas plasmadas, magistralmente, en el interior de una estructura monumental que a sus pies tiene un lago hermoso y un volcán activo. Hoy, me dió mucho gusto ver el reportaje, sobre los íconos que están siendo pintados en la iglesia ortodoxa en Amatitlán.

En octubre de 2007, tuve la dicha de visitar el lugar y de admirar lo que ahí se está haciendo; y hace unas semanas tuve la oportunidad de saludar a la jefa del equipo de especialistas y artistas que se ocupan de esta obra monumental. Tatiana Berestova dirige un grupo de cuatro artistas más, formados en Rusia y en los Estados Unidos de América, que aplican técnicas antiquísimas propias de la iconografía ortodoxa. En la iglesia de Amatitlán, trabajan de sol a sol para la creación de esta estupenda obra. Con Berestova, por cierto, tuvimos una simpática conversación sobre la diferencia entre los cocos guatemaltecos y los cocos rusos.

Las madres Inés, Ivonne y María, no sólo están construyendo el hermoso complejo de monasterio, iglesia y hogar que tiene a sus pies el lago de Amatitlán. Ellas dirigen el Hogar Rafael Ayau, en donde docenas de niños crecen y se desarrollan en un ambiente sano, cariñoso y educativo.

En las fotos puede verse a uno de los artistas mientras trabaja en la parte más alta de la escena más alta del ícono.


9
dic 08

No son sólo galletas

Las galletas que generosamente me enviaron los chicos del Hogar Rafael Ayau, han sido las primeras de la temporada. No sólo son muy sabrosas, de gengibre; sino que en ellas aprecio mucho la alegria, la esperanza, y el cariño que esos chicos saben dar.

A ellos; a las madres Inés, Ivonne y María; al personal del Hogar y a todos los que lo hacen posible, les deseo que reciban muchas bendiciones, y que en 2009 se hagan realidad sus sueños.


29
sep 08

¡Feliz día a los niños!

Este 1 de octubre que viene, ¡Feliz día a todos los niños!; y especialmente a mis amigos del Hogar Rafael Ayau. Chicos y chicas extraordinarios cuyas curiosidad y alegría nunca dejan de asombrarme. Cuyas amistad y cariño nunca deja de animarme. Cuyas esperanzas y anhelos nunca dejan de inspirarme.

También a mis sobrinos, a quienes les deseo que su buena estrella nunca deje de brillarles.


11
ago 07

Me robaron el corazón

“¿Por qué tiene un casquito puesto?”, pregunté cuando vi a aquel niñito metido en un área para juegos muy bien equipada. “Porque le pegaban y lo maltrataban tanto, que le da por golpearse a sí mismo en la cabeza”, fue la respuesta que yo no esperaba.

En ese momento, el Universo adquiere otras tonalidades, otra velocidad y otras dimensiones. Uno ya no es el mismo cuando está rodeado de pequeñas criaturas que no llevan más de un año en este mundo, ¡y casi todo les ha salido mal!

Con casquito y todo, golpeado y todo, ese niño sabe abrazar. Y no es el único. Aquí al lado hay otro. Este pequeño tiene la expresión más taciturna que uno pudiera imaginarse. Pero no es adusto, para nada. Sonríe con gusto tímido cuando uno se agacha a señalarle el osito que tiene en su pijama.

Allá hay otro. Este tiene días de nacido. No se mueve. Solito, boca abajo, quién sabe cuánta tristeza y cuánta angustia tiene en su pequeño corazón. Esa no se nota; pero lo que sí es evidente es la erupción cutánea que le aqueja debido a la tensión que le ha causado ir de un hogar a otro en su cortísima vida.

De repente, casi sin que me dé cuenta de cómo, me encuentro con una chiquita en los brazos. Sus ojos grandes y oscuros me ven con curiosidad. Y sus pequeñas manos se mueven suavemente y sin parar. Y me acuerdo de mi abuela bailando Lovely hula hands, graceful as a bird in motion. Y lo peor de todo es que se la canto, y a ella le cae en gracia.

A ella le cayó en gracia, pero a la media docena de chicas que están del otro lado de una ventana les da risa. Estoy en un lugar extraño, porque a pesar de los golpes y de los desencantos del pasado, es un lugar de risas presentes y de esperanza futuras. Me encuentro en la Casa Hogar Rafael Ayau.

Fundado en 1857 por Rafael Ayau, este es el primer orfanato fundado en Guatemala, y actualmente está a cargo de las extraordinarias madres Inés, Ivonne y María, miembros del Monasterio Ortodoxo Lavra Mambré. La Casa Hogar tuvo sus días de espanto, sobre todo cuando la administración pública tomó posesión de él.

Pero la pesadilla terminó cuando, en 1996, la responsabilidad del lugar y de los niños pasó a manos de la Iglesia Ortodoxa. Con amor, con energía y con espíritu empresarial, las monjas han convertido la casa en un hogar del cual la mayor parte de los niños sale lista para establecerse con éxito en la vida.

Si bien es cierto que muchos de los niños y niñas que viven allá han sufrido la crueldad y la bajeza en sus formas más espantosas, ¡a manos de sus propios padres!, o por falta de ellos, también lo es que en el Hogar reciben atenciones médicas y odontológicas que sanan sus pequeños cuerpos, y atenciones psicológicas y espirituales que sanan sus grandes almas.

Muchos niños han sido adoptados, pero otros han tenido que dejar el hogar sin que se les pudiera ubicar en familias que los amen. Y desgraciadamente esto ha ocurrido, más veces de las necesarias, a causa de trámites burocráticos, o de intereses mezquinos.

Rescatar a un niño que ha sufrido la miseria humana no es tarea fácil, pero tampoco es imposible, y eso se ve en las miradas y en las sonrisas de los más grandecitos. En el Hogar se producen unas champurradas que son lo puro utz, se estudian hongos medicinales, los chicos tienen sus cuentas de banco y aprenden sobre el valor de lo bueno. Los dormitorios y la piscina se encuentran nítidos. Grupos de misioneros y de voluntarios ayudan a las monjas… y se come rico.

La Casa Hogar Rafael Ayau es un rincón de Guatemala que alegra el corazón a pesar de que las pequeñas criaturas que lo habitan han pasado por tristezas y humillaciones que uno no le desearía a su peor enemigo. Alegra el corazón porque ahí hay amor, hay esperanza y hay unos cien niños que se lo roban con cien sonrisas. Y bueno… si es así, por las buenas, ¿quién no se deja robar el corazón?

Publicada en Prensa Libre el sábado 11 de agosto de 2007


25
jun 07

Funghi town

El domingo fui a San Juan Sacatepequez a comprar hongos. Al ritmo de Won´t you take me to funghi town, un grupo de amigos y compañeros de trabajo fuimos acompañados por la madre Ivonne Sommerkamp, micologa extraordinaire.

En el mercado encontramos delicias como los hongos de San Juan, las charas azules y rojas; y los magníficos pancitas, que son verdaderos bocatti di cardinali. También tuve el gusto de encontrarme con canastos de mamones, que son unas frutas deliciosas que tenía desde 1977 de no probar.

En el campo encontramos hongos medicinales, alucinógenos y venenosos. En la foto estoy con un grupo de recolectores que recién salían del bosque con su carga preciosa.

El paseo fue organizado por el equipo del Arboretum de la Universidad Francisco Marroquín en colaboración con el Hogar Rafael Ayau. La madre Ivonne nos explicó mucho acerca de los hongos y sobre su conservación.

Entre los objetivos del Arboretum de la UFM, en el que abundan los hongos, se cuentan conservar y exhibir plantas y árboles vivos, tanto nativos como exóticos; conformar un refugio ecológico para las especies animales y vegetales del área que se encuentren en peligro; recuperar el ecosistema del campus de la Universidad; y contar con un inventario de la biodiversidad del área.

El Arboretum UFM ofrece las lecciones perdurables para aquellos interesados en proteger el medio ambiente: 1. que son las personas en lo particular quienes deben preocuparse y responsabilizarse de su entorno, procesando la información específica de tiempo y lugar de sus localidades para descubrir nichos ecológicos; 2. que no existe incompatibilidad entre el crecimiento económico y la calidad del medio ambiente. y 3. que la efectiva protección del medio ambiente depende del establecimiento de instituciones que protejan los derechos individuales y que el reconocimiento de la propiedad privada constituye una condición esencial para mejorar la calidad del medio ambiente.










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