No voy a emitir juicio alguno sobre si Dwight Pezzarossi tiene las credenciales necesarias para ser ministro de Cultura y Deportes. ¿Las tenía Batzín y las tenían quienes los han precedido? El caso es que el Ministerio se llama de Cultura y Deportes; así que ¿por qué no iba a ocupar la cartera alquien que ha estado involucrado en el deporte más popular del país?
Mi padre decía que era absurdo que el Ministerio de Salud (por decir algo) estuviera a cargo de un médico. La titularidad de un ministerio es política y en el peor caso es administrativa. El ministro no va a salir a vacunar, ni ha hacer curaciones, decía; y explicaba que la labor del ministro era la de administrar el dinero de los tributarios que le era asignado a su cartera y manejar las relaciones de poder relacionadas con su ministerio. En ese sentido, es tan bueno, o tan malo que el Ministro de Cultura sea un jugador de fútbol, como si fuera un pintor, una antropóloga, o un valido. El reto para el funcionario es político y administrativo; y no es que vaya a salir a patear pelotas, o a declamar poemas.
Por otro lado…¿qué es el Ministerio de Cultura y Deportes? Con el perdón de los culturistas y los deportistas, esa cartera es la oficina del poder que se encarga de redistribuir -entre su clientela- el dinero que los pipoldermos toman del resto de la gente que paga impuestos. Esta clientela suelen ser personas cuyos hobbies, aficiones, talentos y habilidades gozan del patrocinio del poder. Pero también lo son los compadres, las queridas, los socios, los parientes y los amigos de quienes controlan aquel dinero en esa oficina. Si el control de aquella fuente de poder y de dinero ha estado siempre en manos de los culturistas con influencias, ¿por qué no habrían de estar un rato en manos de los deportistas?
El problema de fondo, sin embargo, no es si la jefatura de la cartera la ocupa un futbolista, o un cantante. El problema es la existencia de una oficina más que privilegia intereses específicos con dinero ajeno tomado por la fuerza.
La foto es de El periódico.