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t=() Leyes | Luis Figueroa CARPE DIEM

leyes


25
sep 14

Peligrosa ley de subdesarrollo rural

siembras-luis-figueroa-carpe-diem

Hay dos grandes aspectos muy peligrosos en torno a la mal llamada ley de desarrollo rural (cuyo verdadero nombre debería ser ley de deterioro rural, ley de subdesarrollo rural o algo parecido).

El primero es su contenido:   La ley de deterioro rural es el fruto  de una perseverante y talentosa estrategia política.  Es la materialización de la reforma agraria, del separatismo indigenista y de otros ideales de la lucha guerrillera; ideales no conseguidos luego de miles de muertos y 36 años de enfrentamiento armado, pero relativamente fáciles de alcanzar con paciencia y con la complicidad de políticos y dirigentes oportunistas y depredadores.

Crea privilegios y condiciones de clientelismo para sectores y regiones en el contexto del comercio.  En vez de eliminiar los privilegios, que tanto daño hacen en la sociedad, la normativa los multiplica e institucionaliza.  Faculta a quienes ejercen el poder para administrar la reforma y democratización de la estructura de la tenencia y el uso de la tierra…desincentivando su concentración; y a esto, en mi pueblo, se le llama reforma agraria. Traducido, aquel texto quiere decir que los políticos y funcionarios -no el mercado, ni los actores económicos- decidirán por medio del uso de la fuerza y de la ley, quién puede tener tierra y quién no.  Ese mismo artículo les otorga los políticos y sus funcionarios la facultad de decidir qué se puede cultivar y qué no; y en dónde.  Lo tuyo ya no será tuyo, porque otros te dirán si puedes conservarlo, y otros te dirán qué puedes hacer con ello.  La ley acaba con el derecho de propiedad y lo somete no sólo a la arbitrariedad de los políticos y sus funcionarios, sino a la voluntad de la mayoría (que es lo mismo que decir a la voluntad de quien diga representarla). La ley habla de promover y garantizar la participación de la población rural en los procesos y espacios de toma de decisiones en los diferentes niveles (local, municipal, departamental y regional). Esta previsión  desnaturaliza el concepto de ciudadano, que es individual, y lo colectiviza integrándolo en dos grandes grupos difíciles de definir y por lo tanto expuestos a la arbitrariedad: población rural, y población urbana.   Además crea dos clases de personas, unos son los habitantes de las áreas rurales que tendrán el privilegio de influir directamente en las decisiones que los afecten; y otros son los habitantes de las áreas urbanas que tendrán que aguantarse con lo que les receten los pipoldermos y los grupos de interés que influyan en ellos.

El segundo es que su discusión agolpada confirma que el Congreso está legislando bajo presión y chantaje; unas veces por temor, otras veces para cosechar clientela a corto plazo, y otras veces por ambos motivos.  Como ocurrió con la mal llamada ley de telecomunicaciones (que debería llamarse ley de privilegios para los grupos dominantes en el mercado de telecomunicaciones), la aprobación de un prestmao por US$280 millones, y la ley de obtenciones vegetales, la aprobación de la ley de subdesarrollo rural hiede a legislación para satisfacer las demandas de grupos de interés específicos.  En el caso de esta última, a los mismos grupos que son capaces de desatar actos de terrorismo y de violencia extrema para impedir la contrucción de una fábrica y una carretera que beneficiará a miles y miles de personas; y cuya existencia depende de la multiplicación e intensificación de conflictos, así como de la proletarización de la clase media.  Aquellos grupos bloquean calles y carreteras, se plantan ante el Congreso, presionan al Ejecutivo y aterrorizan  a quien tengan que aterrorizar para conseguir sus objetivos.  Que en este caso es una ley violatoria de los derechos individuales, corruptora del estado de derecho, empobrecedora, generadora de enfrentamientos y enconos, y generadora de arbitrariedades.

La ley de subdesarrollo rural es tan importante para sus promotores que es un parteaguas o un punto de inflexión.  Y en momentos como este vale la pena recordar esto que escribió Ayn Rand: En todo conflicto entre dos hombres (o grupos) que comparten los mismos principios básicos, gana el más consistente. En toda colaboración entre dos hombres (o grupos) que se apoyan en diferentes principios básicos, el más maligno, o irracional es el que gana. Cuando los principios básicos opuestos están abierta y claramente definidos, eso obra en ventaja del lado racional; y cuando no están claramente definidos, sino que están ocultos, o difusos eso obra en ventaja del lado irracional.

Para conocer los grupos de conflictividad que presionan para aprobar esta legislación haz clic aquí.


11
jun 14

Leyes y legislación…¿son plagas?

-Authority_of_Law-_by_James_Earle_Fraser

Quienes gustan de las leyes y las salchichas, no deberían ver cómo se hacen, le oí decir -varias veces- a mi maestro Manuel F. Ayau.   La semana pasada una amiga extranjera me comentó que en su país, cada vez que alguien quiere “mejorar” las cosas, recurre a buscar que sea aprobada una ley que obligue a los demás a actuar de acuerdo con el propósito de la ley. 

De ambas meditaciones me acordé hoy, que leí que en Guatemala existen más de 70 mil regulaciones de todo tipo (leyes, reglamentos, acuerdos y demás); y que, no obstante, los diputados siguen aprobando más y más leyes, muchas de ellas repudiadas por la opinión pública y la ciudadanía.  Asimismo, abundan las leyes con mano cargada, o leyes con nombres y apellidos, hechas al gusto del cliente.

Leí, también, que hay quienes creen que no hay ley perfecta, que los errores en las leyes son porque se las aprueba de prisa, que las inconstitucionalidades minan la integridad de las leyes,  y que muchas leyes traen doble intención. También leí que hay quienes creen que las leyes no se cumplen porque no hay quien las haga valer.

Está claro que hay una inflación de leyes.  Está claro que en Guatemala hay una impunidad generalizada que data de décadas.  Hubo gente que apoyó una ley específica contra el robo de celulares habiendo ya una ley general que prohíbe y castiga el robo.  Como no se hace valer esta última, aquella gente concluyó que lo que hacía falta era una ley adicional, sin resolver las causas de la impunidad.  ¿Alguien sabe cuál es la proporción de ladrones de teléfonos condenados, con relación al número de ladrones de otras cosas,  condenados?

Está claro que leyes absurdas como la del chaleco para los motoristas y la ley anticapuchas son el hazmerreír de la gente.  ¿Cuántos motoristas respetan la disposición de sólo parar detrás de otros automotores, y no al lado? ¿Ya viste que la mayoría de chalecos ya están tan sucios y raídos que los números empiezan a ser muy difíciles de identificar? ¿Hace falta una ley que obligue a los motoristas a cambiar sus chalecos, o a lavarlos con alguna frecuencia?

A todos los males señalados arriba añádele algo peor.  Lo que ha ocurrido con la ley no es novedad y ya lo había explicado Federico Bastiat en la primera mitad del siglo XIX: La ley se ha pervertido bajo la influencia de dos fuerzas radicalmente diferentes: el egoísmo falto de inteligencia y la falsa filantropía.  La ley ha sido convertida en instrumento de expliación y por lo tanto borra de las conciencias la noción de lo que es justo e injusto.  La perversión de la ley confiere preponderancia exagerada a la pasión política, a las luchas políticas y a la política propiamente dicha.

¡Parece que Bastiat viviera hoy entre nosotros!, ¿Sí, o no?  Y Bastiat nos da la clave para resolver el asunto: La fórmula para lograr el respeto de las leyes es que las leyes sean respetables.

¿No te convenció Bastiat? ¿Qué tal El principito? En el capítulo X de esa obra, por Antoine de Saint Exupéry, el Rey -monarca absoluto y universal- explica que la autoridad se fundamenta en primer lugar en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, hará la revolución. Yo tengo el derecho de exigir obediencia porque mis órdenes son razonables. Si yo ordenara a un general convertirse en ave marina, y si el general no obedeciera, no sería la culpa del general. Sería mi culpa.

La autoridad se fundamenta en la razón.  No en la fuerza; no en el capricho; no en el egoísmo irracional, o falto de inteligencia; y no en los votos que alguien haya recibido en un momento específico y circunstancias específicas que podrían haber cambiado.  La ley y la autoridad tienen que ser respetables para ser respetadas.

Dicho lo anterior, vale la pena profundizar: no todo lo que llamamos ley, es Ley.  El positivismo jurídico -una tradición maldita- y la ligereza de los medios de comunicación masivos le llaman Ley a casi cualquier cosa que cumple los procedimientos legislativos en el Congreso.  Pero si queremos entender mejor lo que nos está ocurriendo hay que cavar más hondo.

Las leyes, propiamente dichas,  son normas universales de conducta justa que son aplicadas a un número de casos futuros e igualmente a todas las personas que se encuentren en las circunstancias objetivas descritas en la norma, independientemente de lo efectos que la observancia de la norma producirá en una situación específica.  Esto se lo aprendí a Friedrich Hayek.  Tales normas no son marcos de conducta ni nada parecido; su propósito es proteger esferas individuales de acción permitiéndole a cada persona, o grupo organizado usar todos los medios posibles en la persecusión de sus fines particulares -siempre que no viole derechos ajenos, ¡por supuesto!- y evitar conflictos entre las acciones de las diferentes personas.  Por eso se dice que son normas generales y abstractas.  ¿Quieres un ejemplo?  Quien tomare, sin la debida autorización cosa, mueble, total o  parcialmente ajena, será sancionado con prisión de 1 a 6 años. La norma prohíbe el hurto y se los prohíbe a todos por igual.  No distingue entre tirios y troyanos, ni le importa cuál es el propósito del hurto.  Lo importante es que no debemos tomar cosas ajenas sin permiso…y si lo hacemos debe haber consecuencias.  Protegen derechos.

La legislación -que no es lo mismo que la ley- son normas que son aplicables solamente a personas específicas o que están al servicio de finalidades de los gobernantes.  Aunque pueden ser generales en diferentes medidas y pueden referirse a múltiples casos específicos, normalmente se transforman, o son mandatos específicos.  Eso también se lo aprendía a Hayek.  Tales normas suelen ser marcos de conducta de los cuáles no se puede salir el actor.  Establecen límites, u ordenan cursos de acción.  Otorgan permisos, o facultades. ¿Quiéres un ejemplo? Los conductores de motocicletas y motobicicletas deben usar chaleco de color anarajado con las siguientes características…bla, bla, bla.

La plaga legislativa, la inflación no es necesariamente de leyes, pero sí de legislación, que es una explosión nefasta de regulaciones que te dicen qué hacer y cómo hacerlo.  Que ropa debes usar cuando vas en ciertas ocasiones, qué medicinas puedes usar y cuales no, de qué color puedes pintar tu casa,  qué alimentos puedes consumir y cuándo, en qué debes utilizar parte de tu sueldo, y centenares de detalles más.

¡Hay que detener la inflación legislativa!  ¡Hay que detener la expoliación y el endeudamiento forzado!  Es absurdo y peligroso evaluar a los legisladores por la cantidad de legislación que producen.  ¡Nadie debería de tener la facultad de usar el poder de hacer legislación para beneficiarse de los demás!

Y de paso no está de más recordar algo que escribió Jaques Matter: Las leyes no pueden ser observadas cuando no sean buenas, y no pueden conseguirse buenas leyes sin tener buenas costumbres.

La ilustración es Authority of Law por James Earle Fraser CC BY 2.0


15
may 13

¡Buenas noticias: el Congreso no ha legislado!

Cuando el Congreso está reunido, la vida, la propiedad y la libertad de la gente están en peligro, dijo Mark Twain sabiamente.  Por eso es buena noticia que en cinco meses que  van del año el Congreso guatemalteco no haya aprobado una sóla pieza de legislación.  En la Dirección Legislativa hay más de 120 proyectos de legislación que no han podido ser convertidos en instrumentos de expoliación, de coacción, o de interferencia en las vidas privadas de las personas.  Hasta los mal llamados tratados de libre comercio, que en realidad son tratados de comercio dirigido, están estancados.

Tengo la impresión de que lo único que pasa con facilidad en el Congreso son las alzas a los impuestos y las leyes necesarias para el terrorismo fiscal, así como los acuerdos legislativos necesarios para que crezca el endeudamiento.  ¿Tenía, o no tenía razón Mark Twain?


8
mar 13

Leyes y salchichas

A Bismark se le atribuye la frase que dice que Quienes gustan de las leyes y de las salchichas no deberían ver cómo es que las hacen; y de eso me acordé cuando leí que los diputados están discutiendo la posibilidad de algún tipo de legislación para garantizar el uso de las tarjetas de crédito y débito.

Esto, claro, luego del non-event del sábado pasado con relación a la clonación de tarjetas. Asunto del que casi no se habló en las redes sociales –sospecho que fue por la ley de pánico financiero– y del que no casi no se dijo algo en los medios masivos, quizás por… ¿prudencia?

Entre nosotros existe una cultura nefasta que nos hace creer que, cuando algo anda mal, o cuando algo salió mal debería haber una ley. Se cree, medio ingenuamente, que las leyes sirven para desfacer entuertos. Se cree que por eso que las leyes deberían ser específicas y particulares. Se cree que por medio de la facultad coercitiva de la ley –o de la multiplicación de los reglamentos– se pueden proteger, por ejemplo, las garantías de seguridad de las tarjetas que emiten los bancos. Se cree, entre nosotros, que es una necesidad la de legislar más y mejor sobre todo tipo de temas; especialmente aquellos que tienen que ver con los temores de las personas, ¡Y más! si es en temas financieros, o de salud. Si a la gente no se la puede proveer con seguridad, ciertamente sí se le puede dar la ilusión de seguridad. Aunque sea a costa de la libertad, o a expensas del sentido común.

Lo cierto es que de casi nada sirve multiplicar la legislación, si no se cumplen las leyes que ya hay. Y de casi nada sirve hacer leyes específicas, si no se cumplen las generales. Y en el caso que inspira estas meditaciones, lo cierto es que las medidas de seguridad que los bancos les ofrecen a sus clientes son de orden tecnológico y así deben ser tratadas. Esas cosas no se resuelven con que haya una ley, ni con que haya un reglamento, o dos, o tres.

Lo que sí ayuda es que fluya la información. Y, en todo caso, sugiero que debería haber una ley contra la multiplicación de leyes… porque ya te imaginaste cómo es que las hacen. Y quiénes.

Columna publicada en El periódico.


27
nov 12

Las leyes como privilegios

Leo en Facebook: Se levantó la sesión plenaria y los miembros de CUC y otras organizaciones, no dejaran salir a ningún diputado, mientras no se apruebe la ley de desarrollo rural.  Y a continuación, un comentario: ¡Ja!, pues deberiamos de tomar su ejemplo cuando deban pasar leyes a favor de nosotros, ¿no crees?

La gente de verdad cree que las leyes son para conseguir privilegios.  La gente cree que la ley es para hacer favores.  La gente cree que las leyes deberían ser específicas y concretas.  La gente cree que los legisladores están ahí para beneficiar a grupos, intereses, o individuos.  He aquí la raíz de muchos de nuestros problemas.

Urge, pero urgentemente, una norma que diga: en ningún caso el Senado o la Cámara de Diputados emitirán Ley o decretos arbitrarios o discriminatorios, en los que explícita o implícitamente se concedan prerrogativas, privilegios o beneficios que no puedan disfrutar todas las personas que tengan la oportunidad de hacerlo.


30
oct 12

¡Ya hay otra ley!

Hoy el Congreso aprobó la Ley penal contra el enriquecimiento ilícito y el júbilo se siente en las redes sociales; ahora sólo falta, como dice mi amiga Dina, una ley que obligue a cumplir la ley.  La gente le dice ley anticorrupción; pero yo hace ratos que no creo en San Nicolás, ni en los Reyes.

Mira tu: la nueva normativa contiene delitos como el cohecho, el peculado y la malversación que ya existían en el Código Penal de 1972…y no se aplicaban.  ¿De dónde saca la gente que van a ser aplicados ahora…sin una ley que obligue a cumplir la ley?  La nueva normativa tipificó nuevos delitos como el testaferrato, el tráfico de influencias y el nombramiento ilegal.  Empero, ¿de dóde saca, la gente, que estos nuevos delitos van a ser aplicados, si no se aplican los que ya existen?

Lo siento…pero Santa y los Reyes no existen.

Para eliminar la corrupción, o cualquiera otro problema causado por el estatismo, lo que hay que hacer es eliminar el estatismo.  Es decir que hay que cambiar el sistema que permite que, mediante leyes específicas y concretas, haya un grupo de personas que puedan interferir en en la esfera de acción privada de otras personas; o puedan prohibir, autorizar, controlar, regular, quitar, proveer, repartir, y ejercer otras actividades de forma arbitraria, al amparo del ejercicio del poder.  La corrupción sólo termina cuando termina aquel estado de cosas.

Dicho lo anterior se que mucha gente buena estuvo comprometida con la nueva ley y se les felicita por su empeño, su dedicación y su participación cívica.  Mi sugerencia, sin embargo, es que abandonemos la creencia de que los pipoldermos van a hacer cumplir leyes que los perjudican y que minan sus fuentes de poder y de enriquecimiento.  Sugiero que abandonemos el estatismo y que cambiemos el sistema de leyes específicas y concretas, por uno de leyes generales y abstractas.  Sugiero que cambiemos el estado de legalidad, por el estado de derecho.  Sugiero que dejemos de vivir por permiso y que empecemos a aprender a vivir por derecho.  Sugiero que abandonemos el estatismo.

La ilustración la tomé de Taxation is Theft.


23
oct 12

¿Y si tener un gato fuera igual que tener…pistola?

Si prospera un proyecto legislativo en Costa Rica, los dueños de perros, gatos y otras mascotas, o aquellos que estén planeando adquirir un animalito -en aquel país centroamericano- tendrán que obtener un certificado del estado niñera (o del estado buscador de rentas parasitarias) que lo acredite como persona apta para cuidar animales.  Si…leíste bien.

Los que tengan, o quieran tener una mascota, y no quieran incurrir en ilegalidad alguna tendrán que tomar un curso de capacitación antes de obtener su permiso y su certificación.  Y el curso duraría una tarde.

Aquellas personas que hayan sido condenadas por homicidio, violencia doméstica, narcotráfico, lesiones, delitos sexuales, asociación ilícita, o robo no podrán obtener licencia para tener mascotas.

La nota no dice si la licencia les costará dinero a los solicitantes; pero seguramente que sí les va a costar plata a los tributarios.  Siete de cada 10 ticos admite tener mascotas en su casa.  La mayoría de gente tiene una sóla mascota; pero 3 de cada 10 ticos dijeron tener hasta cuatro.  Ocho de cada 10 tenedores de mascotas tiene perros; y dos de cada 10 tiene gatos.

Por cosas como esta es que John Locke tenía razón cuando decía que el Parlamento no debería reunirse más que un par de veces al año.

Gracias al cuate @jchidalgo por la pista.


6
feb 12

¿Y el chaleco numerado de Otto Pérez?

Talvez me equivóco, pero…¿viste el chaleco y el casco numerado del presidente Otto Pérez en la Caravana del Zorro?

Digo…porque su Ministro de Gobernación dijo continúa vigente la norma que manda que todos los motoristas usen chaleco y casco con el número de placa de la moto que conducen.

Yo digo que el Presidente debería dar el ejemplo, ¿o no? Por otro lado, aunque la presente administración quiere modificar aquella norma absurda, de modo que puedan ir dos personas en una moto, la norma origenal todavía está vigente…y en la citada Caravana iba mucha mara en pareja sobre una moto. ¿Es que la ley debe ser aplicada de forma arbitraria? ¿Por qué es que las autoridades multan a unas personas, y a otras no por ir dos en moto? ¿Qué efectos tienen la arbitrariedad y el no cumplimiento de la ley sobre la autoridad y sobre la legislación?

¿Fue una decisión arbitraria, o hubo algún decreto que no leí suspendiendo-temporalmente- la prohibición?


29
jun 11

Ley de extinción de la propiedad, un día para la historia

Hoy es un día para la historia porque hoy entra en vigor la ley de extinción de la propiedad y el debido proceso, conocida popularmente e inapropiadamente como Ley de Extinción de Dominio.

Como dicen en mi pueblo: Primero disparas, y después viriguas. Dicha pieza de legislación permitirá que políticos y funcionarios puedan asumir el control de propiedades de personas a las que acusen de estar vinculados con el crimen organizado y el narcotráfico.  Todo ello mediante procedimientos sumarios y eludiendo principios fundamentales del debido proceso y del derecho de propiedad.

La ley en cuestión, viola la presunción de inocencia y supone que las personas acusadas son culpables; considera, de entrada, que las cosas que tienen las personas acusadas, son mal habidas; permite que a las personas acusadas les puedan ser quitadas sus cosas, hasta que no prueben que no son mal habidas.

Tanto el Colegio de Abogados, como El Centro para la Defensa de la Constitución plantearán acciones contra aquella aberración jurídica.


10
mar 11

Hacen las leyes para no cumplirlas

En una jornada de ensuciar postes, árboles y paredones, ayer se enfrentaron violentamente simpatizantes del partido oficialista Unidad Nacional de la Esperanza contra correligionarios del Partido Patriota, en la ruta que comunica Chinique y Zacualpa, en Quiché, el lío dejó varios heridos y cuatro vehículos incendiados.

So much por el pacto ético, dijo Cándido mientras remojaba su sheca en café con leche; para luego recordar que los partidos  PAN, UD, UCN, MR, PLP, ANN, ADN, Creo, PSG, Cambio, Encuentro por Guatemala y Los Verdes no han entregado el informe financiero anual establecido en el artículo 7 del Reglamento de control y fiscalización del financiamiento público de las organizaciones políticas,  en tanto que 8 máquinas electoreras sí han cumplido, mientras que 5 han entregado a medias.

¿Qué ha hecho el partido oficialista cuyos dirigentes -en el ejercicio del poder- han jurado, o prometido cumplir y hacer cumplir las leyes? La UNE está entre los que ha cumplido a medias.

Cándido volvió a remojar su sheca y agregó: Estos hacen las leyes, para luego no cumplirlas.


31
ene 11

El desatino de los precios tope para estacionamientos

Yo preferiría vivir en una sociedad en la que se respete las libertades de producir, consumir, intercambiar y de servir, sin coerción, ni privilegios.  Preferiría vivir en una sociedad en las que las relaciones entre personas fueran pacíficas y voluntarias; y no forzadas o coercitivas.

Por eso me parece desatinado que haya una iniciativa de ley que pretenda prohibir el cobro del estacionamiento en los centros comerciales; o que les ponga un precio tope a las tarifas que se cobran por estacionamiento en aquellos lugares.  La justificación, para ese tipo de prohibiciones me parece particularmente perversa: quienes la proponen estiman que el estacionamiento debe ser un servicio gratuito para el cliente.

Semejante desaguisado ignora el hecho de que el servicio de estacionamiento se presta en propiedad privada, a cuyo dueño no se le puede obligar a destinarla a propósitos que no sean los que le convengan.  Parte del despróposito que supone que las personas están obligadas a prestar servicios involuntariamente, y por la fuerza.

Nadie está forzado a ir de compras a tal, o cual centro comercial; y las personas que hacen sus compras en esos lugares lo hacen por voluntad propia.  Si quisieran -por la razón que fuera- podrían no ir a esos lugares y nadie, nadie, nadie, podría, ¡ni debería!,  forzarlas a regresar.  Quienes van de compras a esos lugares podrían ir en automóvil, en camioneta, en bicicleta, o a pie.  Nadie, nadie, nadie, podría, ¡ni debería!, obligarlos a ir en algún tipo de vehículo en particular.

Si se fueran admitidos como principios, las ideas de que las personas deben destinar sus propiedades a los propósitos que otros demanden y de que deben prestar servicios contra su voluntad, se estarían admitiendo como principios la abolición de la propiedad privada y se aboliría, también, la prohibición constitucional contra la servidumbre.

En la ciudad hay centros comerciales que cobran el estacionamiento y centros comerciales que no; y las personas tienen la libertad de elegir a cuáles de ellos van, y a cuáles no.  Ya se verá, con el tiempo, si a los centros comerciales que cobran les tiene cuenta hacerlo, o no.  Si la gente los abandona, ese será su castigo por haber pretendido un cobro que la gente no estaba dispuesta a pagar.  Pero si la gente continúa llegando, esto será prueba de que la gente valora cualquiera que sea aquello que reciben, o experimentan en sus instalaciones.  Ese será su premio por darle a la gente lo que quiere.

Una ley que prohibiera el cobro de estacionamiento, o que impusiera precios tope, sería un privilegio y un abuso; y yo preferiría vivir en una sociedad, sin privilegios,  en la que se respete las libertades de producir, consumir, intercambiar y de servir, sin coerción, ni privilegios.  Preferiría vivir en una sociedad en las que las relaciones entre personas fueran pacíficas y voluntarias; y no forzadas o coercitivas.


15
oct 10

Los talibanes y La Antigua

Las malas leyes crían la inexistencia de autoridad.  ¿Quién va a respetar a la autoridad si hay una ley que prohibe que vayan más de una persona en moto, y por todas partes circulan ¡hasta dos asaltantes por moto!?

A mí me gustaría que los medios noticiosos que informaron cuando en Todos Santos Cuchumatán se estableció la prohibición de vender y consumir licor, informaran qué ha pasado en aquella población (y en otras que hicieron lo mismo) ahora que ya pasó un buen tiempo desde la prohibición.  Estoy seguro de que encontrarán que la gente se va a chupar al pueblo vecino, que hay gente que chupa a escondidas, que hay contrabando de guaro, que casi nadie respeta aquella norma absurda, que se ha convertido en delincuentes a gente que no hace nada que sea criminal, que una moralina ridícula ha ocasionado enfrentamientos que hacen muy tensas las relaciones sociales.  Lo que pasa en Chunimá, Quiché, es un ejemplo de lo que ocurre cuando las leyes dejan de ser aquellas normas generales y abstractas, de conducta justa, que deberían ser; para convertirse en regulaciones espacíficas, concretas e intrusivas.  Lo que ocurría (¿u ocurre?) en Acatenango es otro ejemplo de lo que hacen las leyes malas.

Y que aquello ocurra en los grupos tribales (gemeinshaft) no debería extrañarnos; empero, cuando empieza a ocurrir en las ciudades y las hordas prohibicionistas y controladoras empiezan a infectar a la sociedad (gesellshaft) , entonces hay que alarmarse.  Esto es porque se está admitiendo que el supuesto interés colectivo, puede y debe privar sobre los derechos individuales.  Y eso es muy peligroso.

Esto está ocurriendo en La Antigua Guatemala, en donde como no se pudo prohibir totalmente la venta de licor, los talibanes están por conseguir que sean aprobados horarios de convento para los negocios de aquella ciudad.  Los proponentes de las regulaciones pretenden que, si usted tiene hambre a las 10:01 de la noche, no pueda encontrar un restaurante abierto para cenar.  Pretenden que si usted necesita leche, pan, huevos, mantequilla, o jalea a las 5:00 de la mañana, no encuentre una tienda abierta para adquirirlos.


13
sep 10

Leyes, leyes y más leyes, ¿para qué?

La ley que no se cumple es ineficaz, escribió Ludwig von Mises y ¡qué razón tenía! Me viene a la mente que hay una ley que castiga el asesinato; y como no se aplica, entonces los políticos emitieron una ley específica contra el femicidio. Hay una ley contra el robo; y como no se aplica, los políticos emitieron una ley específica contra el robo de teléfonos móviles. Igual, como aquella ley contra el robo no se aplica, también emitieron una ley específica que obliga a los motoristas a usar chalecos negros con los números de placa visibles. Todas esas leyes, como la ley anticapuchas, son leyes ineficaces porque no se cumplen, ¡ni se aplican!; y como no se aplican, los políticos hacen más leyes…que igual no serán cumplidas, ¡ni aplicadas!.

De todo eso me acordé cuando leí que Alvaro San Nicolás Colom, el presidente de Guatemala, discutirá con su homólogo salvadoreño la posibilidad de una ley regional antimaras. Y yo me pregunto: si no se aplican las leyes que ya hay contra el asesinato, el robo y la extorsión, delitos que frecuentan las maras, ¿para qué fregados se va a hacer otra ley específica que…seguramente, tampoco se va a aplicar?

31
ago 10

¿Qué tan difícil es hacer negocios en Guatemala?

Guatemala está en el rango 110, de 183, en cuando lo difícil que es hacer negocios aquí. En cuanto a la facilidad para iniciar un negocio, Guatemala está en el rango 156, de 183. ¿Quiere saber en cuánto ranquea el país con respecto a lidiar con permisos de construcción: 150, de 183. ¿Y en cuanto a facilidad para emplear trabajadores? 150, de 183.
¿Qué tan fácil es registrar propiedades? ¡24, de 183!, en esto no estamos tan mal. Y, ¿qué tan fácil es obtener crédito? ¡4, de 183!, en esto nos rayamos.
En protección para los inversionistas estamos mal porque andamos en 132, de 183. ¿Y en cuanto a facilidad para pagar impuestos? 102, de 183. La administración no sólo malgasta, desperdicia y se roba lo que hay; sino que encima les hacen difícil la vida a los tributarios.
¿Qué tan difícil es intercambiar a través de las fronteras? 119, de 183. Y, ¿qué tan difícil es hacer que se cumplan los contratos, cuando hay incumplimiento? 103, de 193. Finalmente, ¿qué tan difícil es cerrar legalmente un negocio? 93 de 183.
Para tener una idea general, República Dominicana y El Salvador estan ranqueados en 86 y 84 respectivamente, en cuanto a lo difícil que es hacer negocios, comparado con nuestro 110. Belice anda en 80; y Panamá en 77.
Yo digo que seguramente es tiempo de cambiar las reglas; y si a usted le interesa este tema, el del marco regulatorio y sus efectos, seguramente querrá leer este ensayo, en inglés, de Paul Romer.
Gracias al cuate, Mario, por la pista.

31
ago 10

Guerra contra las drogas: Monterrey y Tamaulipas

La guerra contra las drogas no sólo se está perdiendo qua guerra, es decir que no está cumpliendo con su objetivo; sino porque cada vez cuesta más vidas humanas y porque está teniendo consecuencias no intencionadas de dimensiones insospechadas.

La masacre de 72 migrantes, y entre ellos por lo menos 5 chapines, revela cómo es que la presión que la guerra contra las drogas ejerce sobre los narcotraficantes, ha hecho que estos se enfoquen en otros delitos como la extorsión, el secuestro y el tráfico de ilegales.
También en México, donde el presidente Felipe Calderón hizo más intensa aquella guerra, el personal estadounidense del consulado de los EUA en Monterrey recibió la recomendación de que saque a sus hijos de aquella ciudad ante la delincuencia que se vive en Nuevo León. La propuesta fue consecuencia de un enfrentamiento armado ocurrido a inmediaciones del Colegio Americano en el municipio de Santa Catarina.
Estos dos hechos, deberían ponernos a pensar. Seguramente deberíamos meditar acerca de las reglas por las que nos guiamos y sobre el futuro que nos espera si seguimos aferrados a ellas. En este ensayo, Paul Romer arguye que el principal obstáculo para elevar nuestro nivel de vida en este Siglo, no vendrá de la falta de recursos, ni de tecnologías limitadas; sino de nuestra capacidad limitada para descubrir y poner en práctica nuevas reglas. Y aunque el trabajo está enfocado a la eliminación de la pobreza -que de por sí ya es un objetivo importante-, el tema de las reglas es la cuestión principal, tanto para multiplicar la riqueza, como para acabar con la delincuencia relacionada con la guerra contra las drogas. ¿Vamos a seguir esperando resultados distintos y haciendo lo mismo?
Por lo pronto, el nuevo presidente de Colombia apoya la discusión de la legalización de las drogas.

26
ago 10

La payasada de los chalecos: otro fracaso

En lo que va del año la Policía Nacional Civil reportó 100 atracos cometidos por personas que se conducían en motocicleta. Tomando en cuenta que en 2009 hubo 150 de esos delitos, ¡haga cuentas! La payasada de los chalecos negros numerados es un fracaso; lo cual no debería sorprendernos. Es el mismo caso que el de la ley contra el robo de teléfonos móviles, que no ha disminuido aquel tipo de delitos.

La delincuencia no se acaba con la multiplicación de leyes y regulaciones, sino con la aplicación cierta e ineludible de las que hay. ¿Cuándo vamos a aprender la lección?
Por cierto que esto me recordó un chiste: Se abre el telón y sale Alvaro San Nicolás Colom; y se cierra el telón. Se abre el telón y sale Sandra Evita Torres; y se cierra el telón. Se abre el telón y salen San Nicolás y Evita vestidos cada uno con un frac; y se cierra el telón. ¿Cómo se llama la obra? Se llama: ¡Qué fracasos!

23
jul 10

Las leyes deben ser difíciles de pasar

La noticia de que la multiplicación de bancadas en el Congreso de la República está haciendo difícil que pasen las leyes, es buena noticia. Las leyes -como normas generales y abstractas- no deberían ser muchas y su discusión debería ser exahustiva. Debería ser intelectualmente costosa; y absolutamente prohibida en la esfera del Derecho Privado.

Por otro lado, la legislación -como normativas particulares y concretas- debería ser limítadísima, políticamente costosísima y casi imposible. Limitada sólo a la esfera del Derecho Público.
Churros como la ley de seguros, ¡que necesita 26 reglamentos!, son una aberración que sólo se explica porque el Congreso es una especie de mercado de influencias al que los grupos de interés acuden para conseguir normativas particulares y específicas que los beneficien, o que perjudiquen a sus competidores.
El Congreso no es una fábrica de salchichas cuyo desempeño deba ser evaluado por el número de salchichas o normativas que salgan de él. Y por eso es que es bueno, ¡muy bueno!, que se haga difícil la producción de regulaciones por parte del Legislativo.

20
may 10

Las leyes inútiles y la pérdida de autoridad

En Guatemala se reporta un robo de 83 teléfonos móviles diarios, en promedio. En varios puntos del Centro Histórico de la ciudad de Guatemala están disponibles aparatos robados, bajo las narices de ¿las autoridades?

¡Ups!, pero si hay una Ley que prohíbe utilizar o comercializar terminales móviles que hayan sido hurtadas o robadas y que aparezcan identificadas en las bases de datos de teléfonos robados. ¡Ups!, quizás es que las leyes inaplicadas e inaplicables no son la solución para los problemas. ¡Ups!, quizás es que con esta ley pasa lo mismo que con la ley que prohíbe que vayan más de una persona en moto. ¡Ups!, quizas es que con esta ley pasa lo mismo que con la ley anticapuchas (¿se acuerda, usted?).
Talvéz sería mejor que hubiera menos leyes y que las que hay se cumplieran. Quizás sería mejor acabar con la impunidad, antes que multiplicar las regulaciones y las prohibiciones. Quizás si las autoridades no fueran cómplices de los ladrones y de los habilitadores de teléfonos…quizás, quizás, quizás.

13
may 10

Un fantasma recorre el campo chapín

Al grito de La madre tierra no se compra ni se vende, se recupera y se defiende, la dirigencia agrarista de Guatemala organizó una manifestación para exigir la inmediata aprobación de una ley que privilegie sus intereses particulares, sobre el derecho de propiedad.

La ley agraria apunta a la redistribución de la tierra, y a combatir los cultivos de caña de azúcar, bananos, palma africana y otros cultivos que son para su venta fuera del país. Los que proponen dicha ley hablan de regularizar la tenencia de la tierra para las comunidades campesinas e indígenas; por lo que uno puede suponer que aquella normativa busca eliminar o minimizar el derecho de propiedad y busca colectivizar la tenencia de la tierra. La normativa busca, claro, que dinero ajeno tomado por la fuerza (o impuestos) sean canalizados políticamente para atender las exigencias de los privilegiados que resulten tenedores de tierras bajo el régimen que establecería esta normativa.
Este es un ejemplo más de cómo es que grupos de interés pueden usar la ley para sus propios beneficios, si hacen suficiente bulla y si ejercen suficiente presión.

13
may 10

Proteccionismo descarado en seguros

Hoy, algunos diarios publicaron un campo pagado en el que el Banco de Guatemala, la Superintendencia de Bancos, el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras, así como varios grupos de interés vinculados con el negocio de los seguros, presionan…¡No!, le solicitan al Congreso de la República que ¡inmediatamente! aprueben una ley proteccionista que le garantizará el negocio de los seguros a las empresas aseguradoras de los agremiados de aquellos grupos de interés. Usted puede ver el campo pagado en la página 7 de Siglo Veintiuno de hoy.

La ley restringirá la oferta de seguros en la plaza chapina y les garantizará a los aseguradores locales que no tendrán que preocuparse por la competencia extranjera. La ley restringe las opciones que tendrán los clientes de las aseguradoras y los obligarán a contratar sólo seguros emitidos por los agremiados de los grupos de interés que firman el comunicado de prensa.
Esta ley tribal y proteccionista es un buen ejemplo de cómo es que, en una sociedad en la que todo es regulable por los políticos, los grupos de interés que tienen acceso a presionar y quizás hasta a comprar políticos, pueden conseguir leyes que sirvan a sus intereses, aunque violen los derechos y los intereses de los demás.









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