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t=() Principios | Luis Figueroa CARPE DIEM

principios


30
nov 12

Subdesarrollo rural y principios

Una amiga de Facebook escribió que los miembros del Comité de Unidad Campesina y otras organizaciones no dejaban salir a los diputados mientras no fuera aprobada la ley de subdesarrollo rural. Y, ¿qué le contestó una amiga suya? Que deberíamos de tomar su ejemplo cuando deban pasar leyes a favor de nosotros. Mucha gente cree que legislar es repartir privilegios y canonjías.  Los cafetaleros, por ejemplo, quieren el privilegio de que les sean reducidos los impuestos. Los artistas quieren el privilegio de que los tributarios paguen por sus obras. La dirigencia popular quiere el privilegio de imponer una reforma agraria. Hace unos meses, un magnate azucarero chapín celebraba el ambiente de negocios en Nicaragua, sin importarle la corrupción en aquel país, y sin importarle que esté siendo conducido hacia la dictadura.

La mayoría de aquellos actores no piensa en términos de principios, sino que lo hace en términos de conveniencias. En consecuencia, el reto para personas como tú y yo es responder a la pregunta: ¿Cuáles son los principios que hacen posible y sostienen una sociedad armoniosa en la gente pueda prosperar y perseguir su propia felicidad? Yo, por mi parte, sostengo que la repartición de privilegios no es uno de aquellos principios.

El martes, un dirigente empresarial se quejaba de que el procónsul Alberto Brunori, de la ONU, no tiene una actitud conciliatoria. Y esa candidez solo se explica porque el dirigente no ha de saber que es imposible conciliar principios opuestos. Y la discusión acerca de la ley de subdesarrollo rural es una de principios. Se pueden conciliar aspectos marginales y formas, pero no principios.

Ya lo he compartido antes, pero no está de más meditar acerca de que en todo proceso político se debería tomar en cuenta esto que escribió Ayn Rand: En todo conflicto entre dos hombres (o grupos) que comparten los mismos principios básicos, gana el más consistente. En toda colaboración entre dos hombres (o grupos) que se apoyan en diferentes principios básicos, el más maligno, o irracional es el que gana. Cuando los principios básicos opuestos están abierta y claramente definidos, eso obra en ventaja del lado racional; y cuando no están claramente definidos, sino que están ocultos, o difusos eso obra en ventaja del lado irracional.

Columna publicada en El periódico.


27
jul 12

¡No!, es no. El caso de la reforma constitucional

El paquete de reformas constitucionales de la Administración Pérez-Baldetti no es peligroso solo por su contenido –que no se ciñe a leyes generales y abstractas, ni a limitar el ejercicio del poder– sino porque, como el Congreso puede modificarlas, uno sabe lo que entra pero no puede tener idea de qué es lo que va a salir.  Eso sí, tu ya conoces aquel principio elocuente de programación de computadoras: GIGO, que quiere decir Garbage in, garbage out, o sea que si entra basura, sale basura.

Toda reforma constitucional que contenga normas específicas y concretas, y/o que amplíe las facultades de aquellos que ejercen el poder, o de su clientela –sobre todo facultades que invadan la esfera de acción privada de las personas y sus derechos individuales– debe ser repudiada de plano.

Por eso es valioso y oportuno que la cúpula empresarial guatemalteca haya reiterado su rechazo al plan del Organismo Ejecutivo.  Es bueno que la dirigencia de ese sector esté aprendiendo de sus errores pasados, y de la experiencia en Nicaragua, Venezuela, Ecuador y Bolivia, para citar ejemplos de aquí por el vecindario.  En su oportunidad, personajes importantes de aquella dirigencia no apoyaron ProReforma porque temían que abriera una caja de Pandora; y ahí está que la caja fue abierta sin que ellos tuvieran una contrapropuesta.   Ahora lo que cabe es impedir que el daño se concrete y crezca en el Congreso. ¡No!, es no, porque es cuestión de principios.

Muchá… aparte del Ejecutivo, ¿de verdad hay 10 sectores que apoyan la propuesta que el Presidente quiere recetarnos? ¿Qué son sectores, así ya en serio?

Y ya que estamos metidos en este camote, no está de más recordar que en todo proceso político se debería tomar en cuenta a algo que escribió Ayn Rand en La antatomía del compromiso: En todo conflicto entre dos hombres (o grupos) que comparten los mismos principios básicos, gana el más consistente.  En toda colaboración entre dos hombres (o grupos) que se apoyan en diferentes principios básicos, es el más maligno, o irracional, el que gana.  Cuando los principios básicos opuestos están abierta y claramente definidos, eso obra en ventaja del lado racional; y cuando no están claramente definidos, sino que están ocultos, difusos, eso obra en ventaja del lado irracional.

Columna publicada en El Periódico.


19
sep 11

Taiwán, Israel y las lágrimas de Occidente

Según cuenta Jackie O., John F,. Kennedy lloró en la alcoba presidencial al conocer, en 1961, las noticias de Bahía de Cochinos, el desastroso intento de invasión a Cuba por grupos anticastristas que se suponía que iban a ser ayudados por los Estados Unidos de América.

En 1492, cuando Boabdil tuvo que abandonar Granada frente al embate de los cristianos, volteó la cabeza y al ver su ciudad derramó lágrimas.  Entonces, su madre le dijo: llora como mujer lo que no pudiste defender como hombre. Esto es lo que cuenta la leyenda.

Ahora que China apoya que Jerusalén sea la capital de un supuesto estado palestino; y que no se ve que Occidente apoye con firmeza a Israel; y ahora que leo que los Estados Unidos de América no le venderá aviones F-16 a Taiwán, me pregunto que ¿qué lagrimas derramará Occidente por su falta de principios?

Guatemala, al menos, debería apoyar a sus amigos Taiwán e Israel.


30
ago 10

Carpe Diem: Vivir cada día como si fuera el último

Este es el discurso que Giancarlo Ibárgüen S. pronunció en la graduación del Colegio Americano de Guatemala en junio de 2010. Lo comparto porque es una pieza poderosa, inspiradora como pocas y llena de sabiduría. Porque al autor le tengo mucho respeto y cariño. Y porque quiero que lo lean mis sobrinos.


Estimados graduandos: Me siento muy honrado de estar con ustedes, celebrando su graduación, en uno de los mejores colegios de Centroamérica. Conocí a Isabel, mi esposa, precisamente aquí, hace más de tres décadas. Ambos nos graduamos aquí mismo, y hoy nos sentimos padres orgullosos –hace poco de dos, hoy ya de tres– hijos graduados en el mismo plantel… Conozco a muchos de ustedes desde muy pequeños. Los he visto crecer y por eso me siento en la confianza de darles algunos consejos y de compartir con ustedes algunas experiencias de mi vida.


Lo primero es conocerse a sí mismos.


El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha es un libro extraordinario y, si aun no lo han leído, deben leerlo, como se dice comúnmente, de cabo a rabo. Si lo han leído ya, vale la pena que lo relean. Don Quijote es un personaje con un espíritu noble y un hondo sentido de la justicia. Así lo demuestran sus consejos a Sancho Panza, antes de que éste asumiera la gobernación de la ínsula Barataria. Veamos uno de esos consejos, que es el primero que yo me permito darle a ustedes. Le dice don Quijote a Sancho: “Has de poner los ojos en quién eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse”.

Los libros grandes, los clásicos, nos enseñan a conocernos a nosotros mismos; cambian nuestras vidas; nos hacen emular a los espíritus inclaudicables –como los de Séneca y Catón el joven, o Frédéric Bastiat y Ludwig von Mises, por ejemplo–, que jamás comprometieron sus principios. Los libros grandes nos llevan a encontrar la sabiduría… Al leer a los clásicos, comprendemos la fuerza del amor en los buenos momentos y en los malos; somos capaces de vernos a nosotros mismos como los otros nos ven; … Los libros –los grandes libros– constituyen siempre una escuela perdurable.


Solía leer, una y otra vez, en voz alta con mis hijos, el estupendo libro del Dr. Seuss –sí, oyeron bien, del Dr. Seuss– Oh, The Places You’ll Go. Este pequeño, pero enorme libro, está lleno de enseñanzas para grandes y chicos. No olviden que, lo mismo que suele ocurrir con las personas, la grandeza de los libros no suele estar precisamente en su tamaño.


Así hablaba el Dr. Seuss:

You have brains in your head.

You have feet in your shoes.

You can steer yourself any direction you choose.

You’re on your own. And you know what you know.

And YOU are the one who’ll decide where to go.


Más adelante nos advierte:

So be sure when you step.

Step with care and great tact

And remember that Life’s a great balancing act.

Just never forget to be dexterous and deft.

And never mix up your right foot with your left.


Conocerse a sí mismos significa levantarse cada día con el pie derecho y no avergonzarse de verse en el espejo. La vida les pondrá delante tentaciones, extravíos y dinero “fácil”. No se dejen vencer ni extraviar. No pierdan de vista el valor de la vida, la libertad, la paz, la verdad y la justicia. Nunca, nunca, claudiquen contra sus principios. Véanse en el espejo cada mañana y háganlo con el orgullo de vivir una vida coherente con sus valores. Que nada ni nadie les arrebate estos valores y estos principios morales, ni la conciencia de ser ustedes mismos.


Hay que vivir cada día como si fuera el último.


Los libros me apasionaron desde muy chico. No pocas veces caminé por estos corredores con un libro –“mi libro”– en la mano. (Bueno, en el High School, en ocasiones llevaba también una pelota de básquet, pues jugaba en el equipo del cole). Aproveché mi tiempo y no perdí ocasión de aprender algo nuevo, o de jugar al básquet. Antes de finalizar el 10º grado, me enlisté como oyente en las clases vespertinas de una universidad que, en aquellos tiempos, tenía su campus frente al Campo Marte y hoy en un bellísimo barranco de la zona 10… (¡Ni modo!, como todos habrán intuido, estoy hablando de la UFM).


Entonces apenas sospechaba cómo esa actitud de “young man in a hurry” me ayudaría a confrontar las diversas vicisitudes de la vida. Adopté, sin saberlo, el lema de Mohandas Gandhi:

“Vive, como si fueras a morir mañana. Aprende, como si fueras a vivir siempre”.


A la edad que tienen hoy ustedes es difícil entender este consejo, pues el puño que tocará a la puerta de todos algún día seguramente les parece lejano. Pero el consejo no es fatalista. Al contrario: lo que significa es que hay que vivir la vida intensamente, aprovechando cada minuto, como si cada día fuera el último (pues eso es lo que significa carpe diem). Inicien el día preguntándose si harían lo que piensan hacer en el caso de que alguien pudiera asegurarles que sería el último, pero no se lo pregunten con espíritu lastimero, sino con espíritu emprendedor.


El Dr. Seuss nos previene:

I’m sorry to say so

But, sadly it’s true

That bang-ups and hang-ups

Can happen to you.


A veces la vida les golpeará en la cabeza como con un gran martillo. No dejen que vacile su espíritu ni pierdan la fe en esa misma vida. Hace tres años y medio me diagnosticaron que sufro de ELA, una complicada enfermedad degenerativa. Al confirmar el diagnóstico en Miami, el doctor me dijo: “regresa a casa y vive tu vida normalmente”. Así lo hicimos mi esposa y yo, sin mirar para atrás, ni lamentarnos por el infortunio. El consejo que hoy comparto con ustedes me permitió afrontar, con dignidad y valentía, uno de los momentos más difíciles que me ha tocado vivir.


Jóvenes, permítanme que se lo repita: ¡vivan cada día de sus vidas como si fuera el último!

Antes de pasar al siguiente consejo, cito a Baltasar Gracián: “Hay cuatro formas de conocer mucho: vivir una larga vida, viajar por tierras lejanas, leer muchos y buenos libros (que es lo más fácil), y conversar con amigos sabios (que es lo más agradable)”. ¡Ojalá tengan la suerte de que todo esto se les cumpla! Pero más que viajar, que leer muchos y buenos libros, que conversar con amigos sabios, e incluso que tener una vida larga, procuren que su vida sea una vida intensa: será la intensidad de nuestra vida lo único que, a fin del camino, servirá para medir nuestro peso, nuestra altura, nuestra anchura y nuestra profundidad.


Busquen el sentido de sus vidas.


La semana pasada mi esposa y yo cenamos en un excelente restaurante de carne en Dallas, Texas. Nos atendió un joven llamado Curtis. En su ausencia, le dije a mi esposa: “¡Te apuesto a que estudió leyes!” En efecto, Curtis nos dijo luego que se graduó de abogado y que se encontraba estudiando su cuarta maestría. Le pregunté qué es lo que más le gustaba hacer y me respondió: ser mesero. Eso es, mesero. Invirtió $300,000 en su educación y descubrió que su vocación es ser un excelente mesero, lo que le permite servir a la gente y conocerla. Curtis es feliz y lleva una vida ejemplar. ¿Por qué? Porque le encontró un sentido a su vida.


El sentido de la vida difiere de una persona a otra. Viktor Frankl dice: “A cada hombre se le pregunta por la vida y únicamente puede responder a la vida respondiendo por su propia vida; sólo siendo responsable puede contestar a la vida”. Jóvenes graduandos: para ser felices, cada uno de ustedes tiene que encontrar el sentido de su vida. Todos tienen que encontrar lo que les apasiona, lo que de verdad aman. El educador Sir Ken Robinson, en su libro The Element: How Finding Your Passion Changes Everything, sostiene que la única manera de hacer un gran trabajo es amando lo que se hace. Si lo que hacen no los apasiona, busquen otra cosa. Si no la encuentran pronto, no se detengan, sigan buscando. Cuando se encuentren en “su elemento”, lo sabrán.


Eso sí, hagan lo que hagan, háganlo con excelencia y pasión. Sean acuciosos, sacrificados, disciplinados, tenaces, responsables, buenas personas. Que nadie les robe la pasión por lo que hacen, ni mucho menos por la vida misma. Caminen siempre con dignidad y con la frente en alto, sabiendo que viven una vida consecuente con sus principios y valores morales. Sean empresarios, profesionales, meseros o misioneros –lo que sea–, pero háganlo con excelencia y pasión. Que nadie les impida construir un mundo mejor.


“En nombre de lo mejor que hay en ti”, dice Ayn Rand en su novela La rebelión de Atlas, “no sacrifiques este mundo a los peores… No olvides que el… hombre es… capaz de recorrer caminos ilimitados. No permitas que se extinga tu fuego…en los pantanos sin esperanza de lo aproximado, lo casi, lo no aún, lo nunca jamás. No permitas que perezca el héroe que llevas en tu alma, en solitaria frustración por la vida que merecías, pero que nunca pudiste alcanzar. Revisa tu ruta y la naturaleza de tu batalla. El mundo que deseas puede ser ganado, existe, es real y posible; es tuyo.” Me despido de ustedes felicitándolos de nuevo y repitiendo lo que les digo a mis hijos cuando salgo de viaje: Read a great book. Be good. Be happy.


1
jul 10

"Toy Story 3", peli para meditar sobre principios

La verdad sea dicha, me disfruté mucho Toy Story 3 que fui a ver ayer en Magic Place, con la sala prácticamente llena de niños. La peli es buena -de Pixar, claro-; pero la mitad de la diversión de ayer la pusieron los niños porque resulta que a mí me caían muy en gracia las risas de los chicos, y de lo que se ríen. Esa candidez, y esa disposición a disfrutar de las cosas, me pareció un marco fabuloso para ver esta película.

Por otro lado, TS3 está llena de buenos principios para compartir y discutir con los críos: ahí están el valor de la amistad y de la lealtad; la importancia de conocer los ciclos de la vida; y por último la lección y castigo que recibe el abusador, desleal y amargado Lotso, que (spoiler ahead) luego de ejercer el control arbitrario de los juguetes y traicionar a quienes lo ayudaron, termina atado al radiador de un camión.
¿Mi frase favorita de la peli? En boca de Barbie: ¡La autoridad debería derivarse del consentimiento de los gobernados, no de la amenaza del uso de la fuerza!, palabras que recuerdan algo que dice la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América en el sentido de que los gobiernos derivan su poder del consentimiento de los gobernados.
TS3 es una peli para ir a ver y disfrutar en familia; y me alegro mucho de haberla visto,

18
may 10

La autoestima en los negocios, por John A. Allison

La autoestima es muy importante, en los negocios, porque esta es el fundamento de la felicidad; y la felicidad es el propósito del juego. Esto es interesante porque mucha gente no entiende lo que es la autoestima, que es autoconfianza, y se gana por cómo uno vive su vida.

Si se vive la vida con integridad, se gana autoestima. Para tener autoestima se debe saber que se tiene capacidad para ser bueno. Mucha gente aprende, desde jóven, que los seres humanos no deben ser egoístas, lo que es una idea ridícula porque todo lo que está vivo debe actuar en su propio beneficio, y los seres humanos deben actuar de acuerdo con su propio beneficio para mantenerse vivos.

Es importante definir el principio detrás de esto porque mucha gente piensa que actuar en su propio beneficio quiere decir aprovecharse de otros; pero no se trata de eso, se trata de no sacrificarse y de dar valores a cambio de valores. La vida es acerca de relaciones de ganar, ganar. Y cuando se crean relaciones de ganar, ganar, se gana autoestima. Para muchas personas el trabajo va a ser el principal medio para ganar autoestima; y el trabajo hecho de forma excelente es una fuente de autoestima.

Ideas como estas encontrará usted en la conversación que sostuve con John A. Allison, ex CEO del banco BB&T, el décimo banco más grande de los Estados Unidos de América y uno de los pocos que -por actuar conforme a principios- no ha necesitado de ayudas estatales para sobrevivir a la crisis.


7
feb 10

El Cacif y la importancia de los principios

La desventaja con la que actúa la cúpula empresarial -organizada en el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras- es que no defiende principios, sino posiciones.

Cuando le entra al salario mínimo, no se opone a él porque perjudica a los desempleados y porque daña a los subempleados, ni porque afecta a los menos capacitados. De lo único que se ocupa es de hacer el procedimiento más técnico y menos engorroso. Claro que quizás es a los sindicatos a los que les correspondería hacer aquella defensa; pero, por otro lado, lo correcto es lo correcto y no debería ser patrimonio de facciones.
Cuando se ocupa de los impuestos, no se opone al impuesto sobre los rendimientos del capital o impuesto sobre la renta, porque es una forma de expoliación, ni porque castiga al ahorro e impide la formación de capital y por consiguiente obstaculiza la creación de más y mejores oportunidades de empleo, así como más y mejores bienes y servicios para todos. De lo único que se ocupa es de que las tasas no sean muy altas y de que haya la mayor cantidad posible de exenciones. Y ve pues, aquí también deberían de tener un papel protagónico los dirigentes sindicales; pero no se les ve por ningún lado.
He notado que hay Cámaras que sí entienden la importancia de los principios; pero a la hora de buscar consenso prevalece el criterio negociador de posiciones y el Comité generalmente llega a la mesa dando el piojo. La desventaja que debilita al Cacif es que no defiende principios.
¿Es posible que aquello esté cambiando? He leído que el Comité está cerrando filas y ojalá que sea alrededor de principios.

23
sep 09

El clamor por la dictadura

Hoy me topé con la siguiente opinión de una lectora de diarios; y me pareció que valía la pena comentarla porque en el fondo es un clamor por la dictadura. Estoy seguro de que en otras sociedades, muchas personas deben haber pensado así, pocos meses antes de que se empezara a incubar -en serio- la posibilidad de un gobierno dictatorial, o autoritario. La opinión dice así: Aunque a muchos no les gustó el discurso que dio el alcalde Alvaro Arzú, él tiene razón, con disciplina crecieron y crecimos muchos y nos fue bien, ahora lamentablemente por la intervención de las instituciones de Derechos Humanos, se nos han ido de las manos autogobernarnos y el poder educar a nuestros hijos. El retomar una educación cívico militar e inculcar valores morales y de urbanidad en colegios y escuelas ayudaría a nuestros jóvenes a querer Guatemala, a respetarla, a ser honestos y honorables, pues los maestros serían un pilar fundamental para guiarlos. Muchos reniegan la sola idea del militarismo, pero lamentablemente, a como está la situación de violencia en Guatemala, se hace necesario el orden y la disciplina que la Policía Nacional Civil no es capaz de darnos. Urge incluir en el pensum de estudios moral y urbanidad.


La lectora habla de disciplina, de inculcar valores y de orden, nunca habla de libertad. Es tierra fértil para la dictadura una sociedad que aprecia más el orden y la disciplina que la libertad.

Es interesante cómo la lectora lamenta que se nos haya ido de las manos el poder educar a nuestros hijos; pero cree que los maestros serían un pilar fundamental para guiarlos. ¿Cuáles maestros?, pregunto. ¿Los de Joviel Acevedo?

Habla de inculcar valores morales y de urbanidad; de incluir en el pensum estudios de moral. Y uno se pregunta, ¿qué valores? Siendo que un valor es cualquier cosa que alguien quiere tener, o conservar, ¿a qué valores se refiere? ¿Distinguirá la lectora, y quienes comparten sus ideas, entre valores y principios? ¿Querrá que sean inculcados valores, o principios?

Como habla de el pensum, y no de los pensa, ¿este será monopólico y centralizado? ¿Será uno sólo? ¿Tendrían los padres la opción de elegir qué principios se les inculcarían a sus hijos? ¿Serán los de la lectora, los de Arzú, los de Acevedo? Y si los padres no estuvieran de acuerdo…¿podrían rehusarse a que a sus hijos se les inculquen valores y principios que ellos no comparten y que hasta podrían considerar perversos?

De verdad…pero de verdad…¿cree usted que una sociedad modelada al estilo militar sería una mejor sociedad? We don´t need no thought control, fue la frase que se me viene la mente cada vez que pienso en la propuesta del alcalde capitalino.

14
jul 09

Póngale atención a China

Hoy leo que los planes chinos de ser una superpotencia económica a mediados de este siglo -al centrarse sólo en el desarrollo económico- han sufrido un gople duro con los disturbios de Urumqi, mismos que confirman el descontento de las minorías que se atisbó en Lhasa en 2008. Esto lo leí en Prensa Libre de hoy, página 38, pero no está en su sitio Web.

Muchos empresarios, académicos, periodistas y expertos se han fascinado con los éxitos económicos de China, como cuando había mucha gente fascinada con los éxitos del Nacionalsocialismo en la Alemania de 1930; y por los de los socialistas soviéticos en 1920. Eso les ha permitido hacer negocios y celebrar con la dictadura de Pekin, al mismo tiempo que se hacen los locos con el hecho de que aquél régimen es una dictadura como cualquiera.
Lo que ocurre ahora en Urumqui debería llamar a la reflexión a los fanáticos de la China Continental, cuya política pone en evidencia, ¡como si hiciera falta!, que la prosperidad económica no es sostenible fuera de un marco de respeto a la vida, la libertad y la propiedad de todos, y fuera de un marco de igualdad ante la ley, de todos. Como la libertad es una, no es sostenible un estado de libertad económica, divorciado de uno de ausencia de libertad política. Y esto es porque en última instancia todo es un problema ético y la raíz es una misma.
Los que apuestan a que China es el futuro deben seguir con atención lo que está ocurriendo allá, porque nos dará una lección valiosa acerca del valor de la libertad, por sobre los éxitos económicos, tecnológicos, e industriales, al margen de una ética de la vida.

10
jul 09

¡Una corporación con principios!

En la OCON 2009, la conferencia de John A. Allison, CEO de la BB&T Corporation ha sido de las mejores. Allison impresiona con la claridad de sus ideas, y además es un comunicador muy hábil e ingenioso.
Si usted quiere leer algo sobre la filosofía de esta extrordinaria corporación lea aquí. BB&T se describe como una compañía que está definida por sus valores; y entiende que estos son hábitos prácticos que les permiten a los individuos vivir, ser exitosos y alcanzar la felicidad.
¡Nada de mumbo jumbo posmoderno! ¿Quién dice que los Howard Roarks, los Hank Reardens y los John Galts no existen? Ojalá hubiera más líderes empresariales así, y más corporaciones así.
BB&T alcanzó titulares, por su adhesión a sus princicipios, cuando anunció que it will not lend to commercial developers that plan to bulild condominiums, shopping malls and other private projects on land talken away from private citizens by government entities using eminent domain. En esa ocasión, Allison dijo que la idea de que el gobierno puede tomar la propiedad de los ciudadanos para uso privado, es simplemente mala. Uno de los derechos más básicos de todo ciudadano es el de conservar lo que es suyo, añadió, al explicar que como institución dedicada a ayudar a sus clientes a alcanzar el éxito económico y la seguridad financiera, no vamos a ayudar a ninguna entidad o compañía que mine esa misión y que amenace la propiedad.
Allison sabe que estamos en un punto de inflexión en cuanto al futuro de la civilización occidental; y comparto con él la idea de que por eso es importante elegir consciente, y deliberadamente, los principios que permitan alcanzar los valores que compartimos en Occidente.
Hasta ahora, mis conferencias favoritas han sido la de Allison, la de Greg Salinieri, titulada Atlas Shrugged on the Role of the Mind in Man´s Existence y la de Harry Binswanger, titulada The Objective vs, The Intrinsic and the Subjective. En las clases, mis preferidas han sido la de John Lewis sobre los griegos arcáicos, la de Sandra Schwartz sobre opera; y la de Ellen Kenner sobre el principio de visibilidad psicológica. Dentro de un rato iré a la de Edwin Locke sobre introspección, que también me está pareciendo muy rica.
¿Un buen consejo de Allison? Nunca comprometas tus principios.
Por cierto que Allison me recordó a otro Roark. Este es TJ. Rodgers a quien tuve el gusto de conocer y entrevistar en 1999. Rodgers se hizo notable cuando, en 1996, la hermana Doris Gormely, de las Hermanas de San Francisco, en Filadelfia, le envio una carta animándolo a contratar mujeres y minorías en el consejo directivo de su empresa. Rogers le contestó concienzudamente explicándole el valor de la meritocracia en términos de prácticas de contratación de personal; y con ello abrió un debate intenso acerca de la corrección política y las preferencias de etnia y sexo en los negocios.

7
nov 08

Facta, non verba: leccion para empresaurios y diputíteres

“En Guatemala todo se negocia”.  Lo dijo Alvaro San Nicolás Colom, al explicar que la admnistración socialdemócrata sabía que iba a haber regateo encuanto a bajar el impuesto llamado de solidaridad, y el tributo a la primera matrícula de vehículo.

La notita está en la página 5 de Prensa Libre y no la encontré en su sitio Web.

Este es un buen momento para recordar que en todo diálogo y en todo proceso político se le debería poner atención a algo que escribió la filósofa Ayn Rand en Capitalism: the unknown ideal (Capitalismo: el ideal desconocido). En el capítulo denominado La Anatomía del Compromiso, Rand describe algunas reglas acerca de trabajar con principios en la práctica y acerca de la relación de aquellos con objetivos concretos.


1. En todo conflicto entre dos hombres (o dos grupos) que comparten los mismos principios básicos, gana el más consistente.

2. En toda colaboración entre dos hombres (o grupos) que se apoyan en diferentes principios básicos, es el más maligno, o irracional, es el que gana.

3. Cuando los principios básicos opuestos están abierta y claramente definidos, eso obra en ventaja del lado racional; y cuando no están claramente definidos, sino que están ocultos o difusos, eso obra en ventaja del lado irracional.


6
jun 08

No tiene la culpa el loro…

Como las elites guatemaltecas están acostumbradas a negociar sobre posiciones, y no sobre principios, los pipoldermos ya les tomaron la medida. Cuando los políticos quieren imponer tributos, o queren avanzar en la invasión de la esfera de acción privada de los individuos, lo que hacen es ofrecer un impensable, o un absurdo, y negociar a partir de ahí.

Eso es lo que está pasando ahora que la administración socialdemócrata salió con la historia de reactivar un decreto de la era de los militares, por medio del cual se pretende obligar a los finqueros a dedicar 10% de sus tierras a la siembra de granos básicos. Retrógrada y surrealista, como es, tal normativa es el punto de partida en el cual los “representatnes de los sectores” llegarán al diálogo para regatear posiciones y no a defender principios.

No llegarán a cuestionar si es legítimo y moral que el gobierno tome recursos ajenos por la fuerza para atender y privilegiar a intereses particulares; ni a cuestionar que los pipoldermos tengan la facultad de violar los derechos a la libertad y a la propiedad; sino que llegarán a negociar porcentajes, tasas y excepciones para esa norma y/o para cualquier pretensión impositiva que esté maquinando la administración.

Yo digo que si un proceso viola los derechos individuales de una sola persona. ¡Una sóla!, el deber de cualquiera que valore la vida, la libertad y la propiedad, es obstaculizar ese proceso. Su deber moral es desactivarlo y ponerlo en evidencia; no negociar posiciones.

En todo diálogo y en todo proceso político, los “representantes de los sectores sociales” deberían recordar algo que escribió la filósofa Ayn Rand en Capitalism: the unknown ideal (Capitalismo: el ideal desconocido). En el capítulo denominado La Anatomía del Compromiso, Rand describió algunas reglas acerca de trabajar con principios en la práctica, y acerca de la relación de aquellos con objetivos concretos.

1. En todo conflicto entre dos hombres (o dos grupos) que comparten los mismos principios básicos, gana el más consistente.

2. En toda colaboración entre dos hombres (o grupos) que se apoyan en diferentes principios básicos, es el más maligno, o irracional, es el que gana.

3. Cuando los principios básicos opuestos están abierta y claramente definidos, eso obra en ventaja del lado racional; y cuando no están claramente definidos, sino que están ocultos o difusos, eso obra en ventaja del lado irracional.

No hay, ni puede haber, nada de malo en defender la libertad individual frente al colectivismo. Y si uno está en un “diálogo”, imbuido en un “proceso”, no hay nada de virtuoso en acceder a las demandas del poder y a las exigencias de los grupos de interés por el sólo hecho de no ser un intransigente. Los derechos a la vida, a la libertad y a la propiedad no se pierden de golpe; sino que se pierden cada vez que alguien accede a ceder un pequeño “pedazo”, para que no se rompa el diálogo, y para que no se interrumpa el proceso, en defensa de sus interéses.

Los pipoldermos no tienen la culpa de aprovecharse así de las elites, porque no tiene la culpa el loro, sino el que le enseña a hablar.


30
dic 07

"La anatomía del compromiso"

“No se vale participar para obstaculizar los procesos”, dijo el procurador de los derechos humanos, de Guatemala, el viernes pasado, al cuestionar el proceder de representantes de algunos sectores sociales en las instancias de diálogo convocadas por el gobierno.

Sergio Morales dice que “los sectores sociales deben participar más para aportar y empujar los procesos, en busca del bien nacional”.

Le he puesto atención a estas declaraciones del Procurador porque ilustran muy bien, ¡pero muy bien!, los errores metodológicos de la muchos políticos y analistas guatemaltecos. En esta entrada voy a ocuparme de dos: el colectivismo, y el hábito de tratar las cosas en paquete.

El colectivismo se hace evidente cuando se piensa que la política, o la economía, son cuestiones de secotres sociales, de grupos sociales, o de grupos de interés; no de individuos. Se piensa que hay un interés nacional más allá de la suma de los intereses individuales. Esta forma de pensar estima que lo que importa es el grupo, y entonces, sin un grupo, uno no es nada. Desde una visión marxista, estos grupos son las clases sociales; pero desde otras perspectivas, hay grupos étnicos, o de sexo, para poner dos ejemplos.

Yo prefiero el individualismo metodológico que entiende la acción humana como un proceso personal, y no como uno grupal. Para los políticos del corte del Procurador, lo que importa es llegar a acuerdos entre grupos de interés y lo que valen son los acuerdos, no los contenidos. Esto es porque esa posición tiene raices utilitaristas a la manera de que lo que se persigue es el mayor bien para el mayor número, sin tomar en cuenta a las minorías que disienten. Por eso es que aquel que no esta de acuerdo con lo decretado por la mayoría es un obstaculizador de procesos, un negativo, un inconforme, o “un miembro de las mafias”.

El hábito de tratar las cosas en paquete es muy cómodo y es otra característica del análisis político y económico chapín. Al descartar el individualismo metodológico, políticos y analistas centran su atención en grupos de personas y eso conduce a agrupar ideas y fenómenos de igual manera.

Quien hace eso, deliberadamente ignora las diferencia sutiles pero importantes que existen entre las ideas (aunque superficialmente parezcan iguales) y entre los miles y millones de actos y hechos que día a día conforman eso que conocemos como sociedad. Por eso es que muchos políticos y analistas creen que la sociedad actúa y piensa. Por eso creen que el mercado es un “dios”, o que el mercado consume y produce.

El tratar las cosas en paquete tiene una ventaja para aquellos políticos y analistas: les permite hacer caso omiso de los principios y de los valores porque “el paquete es más importante” que las valoraciones individuales, o los principios involucrados en las decisiones personales. Desde aquella perspectiva, el paquete es más grande y por lo tanto debe tener precedencia.

Por eso es que, para ellos, los intereses generales deben prevalecer sobre los derechos individuales. Y por eso es que aquellos que no están de acuerdo con lo que decide la mayoría, son los que obstaculizan los procesos. Los procesos, son más importantes, para ellos, que las personas individuales que se ven involucradas en ellos.

Para ellos el interés nacional es más importante que los derechos individuales de cualquiera que se oponga a los designios del grupo (mayoritario, o minoritario) que haya acordado cuál es ese interés nacional.

Por eso también, es que muchos “representantes de sectores” que llegan a los dialogos convocados por los políticos, llega a regatear posiciones y no a defender principios. No llegan a cuestionar si es legítimo y moral que el gobierno tome recursos ajenos por la fuerza para atender y privilegiar a intereses particulares; sino que llegan a negociar la tasa del impuesto. O su temporalidad, como ocurrió con el Ietaap.

Yo digo que si un proceso viola los derechos individuales de una sola persona. ¡Una sóla!, el deber de cualquiera que valore la vida, la libertad y la propiedad, es obstaculizar ese proceso. Su deber moral es desactivarlo y ponerlo en evidencia.

En todo diálogo y en todo proceso político, los “representantes de los sectores sociales” deberían ponerle atención a algo que escribió la filósofa Ayn Rand en Capitalism: the unknown ideal (Capitalismo: el ideal desconocido). En el capítulo denominado La Anatomía del Compromiso, Rand describe algunas reglas acerca de trabajar con principios en la práctica y acerca de la relación de aquellos con objetivos concretos.

1. En todo conflicto entre dos hombres (o dos grupos) que comparten los mismos principios básicos, gana el más consistente.

2. En toda colaboración entre dos hombres (o grupos) que se apoyan en diferentes principios básicos, es el más maligno, o irracional, es el que gana.

3. Cuando los principios básicos opuestos están abierta y claramente definidos, eso obra en ventaja del lado racional; y cuando no están claramente definidos, sino que están ocultos o difusos, eso obra en ventaja del lado irracional.

No hay, ni puede haber, nada de malo en defender la libertad individual frente al colectivismo. Y si uno está en un “diálogo”, imbuido en un “proceso”, no hay nada de virtuoso en acceder a las demandas del poder y a las exigencias de los grupos de interés por el sólo hecho de no ser un intransigente.

Los derechos a la vida, a la libertad y a la propiedad no se pierden de golpe; sino que se pierden cada vez que alguien accede a ceder un pequeño “pedazo”, para que no se rompa el diálogo, y para que no se interrumpa el proceso.


29
jun 07

¿El Talibán?

Hoy, al salir de un seminario, uno de los participantes me saludó así: “¿Qué dice el talibán?” Se refiere, claro, a que en mis intervenciones suelo ser inflexible e intransigente cuando se trata de defender principios.

La mayor parte de la gente, condecendiente con el relativismo, con la búsqueda obsesiva de consensos y con otras prácticas posmodernas no tolera la intransigencia de los principios. La mayoría cree que se debe ser flexible hasta en eso. Pero yo no; porque, si los principios fueran flexibles y transables, ¡dejarían de ser principios!

A la mayoría de la gente le gusta creer que en aras del interés general es aceptable sacrificar los derechos individuales. Y la discusión que origenó el saludo al que me refiero tenía que ver con eso, en el fondo. La gente cree, por ejemplo, que el derecho de propiedad de uno, o de algunos, puede ser ignorado, si eso sirve a muchos, o a varios. Igual pasa con el derecho de libertad…y con el derecho a la vida.

Y yo creo que no es así. Creo que, como es de interés general el respeto a los derechos individuales, estos no deben ser sacrificados ni aunque sean 100 contra 1.

Francamente me molestó el saludo, ¿para qué lo voy a negar? Pero en cuanto a la defensa de los derechos individuales y de la igualdad ante la ley, no voy a ser menos inflexible, ni menos intransigente.

Es más, les propongo que ustedes sean igual de inflexibles e intransigentes con un voto que le escuché a Fredy Kofman hace ratos: “Me comprometo a no iniciar el uso de la violencia física (ni en forma directa, ni mediante mis agentes), contra ninguna persona, ni contra su propiedad”.

¿Hay alguien que quiera ser flexible y estar en desacuerdo con esa promesa?


21
feb 07

El caso de los cubanos, una decisión acertada

Leo que “Los 14 cubanos que estaban retenidos en el albergue de Migración desde el 25 de enero último, han podido salir por primera vez a las calles de Guatemala, mientras se tramita su petición de refugio por causas humanitarias”; y pienso que esa ha sido una decisión acertada de la Administración.

Una de las cosas más difíciles en la vida, y ciertamente que en las políticas públicas, es actuar conforme a principos consistentemente; y estoy seguro de que esta decisión va en esa dirección. Si los chapines exigimos que a nuestros emigrados se les trate con dignidad en México y en los Estados Unidos de América, estamos moralmente obligados -si queremos ser consistentes y actuar conforme a principios- a tratar de igual forma a los emigrados de otros países que vienen a Guatemala en busca de refugio, o de trabajo, o de paso. Eso no solo se refiere a los cubanos y chinos que huyen de la dictadura; sino a los salvadoreños, los ecuatrorianos y otros vecinos que huyen de gobiernos ineptos.

La foto es de Prensa Libre, por Esbin García.










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