El sábado me pasó algo divertido. Yo estaba en Nim Pot, en La Antigua, acompañando a unos amigos que hacían unas compras. En eso me encontré con este altar de Maximón y saqué mi teléfono para tomarle una foto. Me arrodillé para estar a a la altura de la imágen y tomé la foto. Acto seguido puse el teléfono en mi bolsillo derecho y un microsegundo antes de levantarme se me acercó una señora, posiblemente de origen argentino y con mucho cuidado me preguntó que qué era esa imágen.
Lo divertido es que -por su actitud al acercarse a mí- la señora debe haber pensado que yo estaba hincado como rezándole, o algo así a la imágen. Y bueno…yo tampoco estaba como para explicarle. Lo que sí hice fue contarle lo que, gracias a Rituals of Sacrifice, de Vincent Stanzione, se acerca de este Mam, San Simón o Maximón.
Maximón es un personaje complejo, algo maya y algo cristiano, le gustan los cigarros, el sexo y el licor; y hace cualquier favor (cualquiera, incluso cosas que la gente no se atrevería a pedirle a una divinidad, santo, o demonio cualquiera). Es bueno para los negocios y no hay que enojarlo.