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t=() Independencia | Luis Figueroa CARPE DIEM

independencia


16
sep 14

¿Por qué es que me gusta tanto la fiesta de El obelisco?

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Por poco y me pierdo la fiesta en el monumento a Los próceres.  El caso es que con mis amigos dispusimos hacer un potluck chino de Independencia y al final de la tarde creí que estaba muy cansado como para ir a El obelisco.  Sin embargo, cuando los grupos de antocheros pasaban bajo mi ventana con sus pitos, sus trompetas, sus cantos y sus gritos yo escuchaba ¡Veeeen, veeeeen, veeeeen! desde aquel sitio histórico.  Para hacer la historia corta me puse un sudadero y una gorra y agarré para El obelisco.

¡Me encanta esa fiesta! No sólo me conmueve el patriotismo cándido de la gente, sino que me emocionan la alegría, las energías y el entusiasmo que la gente pone en esta celebración.  La del Obelisco se distingue de la de la Plaza de la Constitución en que es una verdadera fiesta popular.  No llegan los políticos, ni los funcionarios.  No hay grupos musicales de moda.  Es sólo la gente siendo gente.  Familias, escuelas, barrios, grupos de amigos, equipos deportivos y hasta grupos de iglesias en busca de celebrar.  La gente no llega ahí a pedir cosas, y no espera que se le de algo.  Este año, la llama eterna de la Libertad -en el monumento- estaba apagada.  Y ni hacía falta que estuviera encendida. Las antorchas eran encendidas por la gente, para la gente.  Un policía buena onda -en full gear- acompañado por un miembro de la Escuela de Educación Física estaban ayudando a unos grupos a encender sus antorchas.  Y del otro lado del monumento la gente encendía las antorchas de otros, sin necesidad de autoridades pomposas y vanidosas.  Es la antorcha de la Libertad a por la que va la gente.

¿Qué gente? Todo el que quiera y pueda.  A nadie se le hace el feo en El obelisco.  Ahí van unos con los cabellos pintados de azul y blanco, otros con sus uniformes del equipo de fútbol, otros sin camisas.  Ahí va un grupo familiar con todo y abuelito y nieto de brazos. Ahí va un patojo vestido de Tecún Umán seguido por dos cuates disfrazados de…de…de quién sabe qué.  Nunca faltan los muchachos que llegan en bicicletas, las reinas vestidas con sus mejores galas y canelones, las chicas y chicos que sólo van a cuzquear…los que vamos a donde va Vicente…y anoche todos bajo la lluvia.  ¿¡A quién le importa la lluvia!?

Un año, los que ejercía  el poder mandaron  tamales, y nadie extraña los tamales.  Otro año los que ejercían el poder mandaron luces y equipo de sonido, y nadie extraña las luces y el equipo de sonido.  La fiesta de El obelisco no es una fiesta para comprar a la gente, es una fiesta de la gente.  Los que nos congregamos en ese espacio vamos en busca de la antorcha de la libertad…cada quien a su modo y como puede…por eso es que es una fiesta popular de verdad.  Sin discursos, sin servilismo y sin pretensiones.

Regresé a casa como zope mojado y con frío.  Pero como en otros años me la pasé muy bien con los antorcheros de El obelisco.  Y me gocé el potluck chino de Independencia.  Un potluck, por cierto, es lo que en buen chapín llamamos fiesta de traje.  Y el de Independencia es chino porque, en muchos lugares de la Costa Sur, es costumbre que luego del desfile del 15 de septiembre, las familias y los amigos se reúnan en los restaurantes chinos del lugar para almorzar.  ¿Por qué en restaurantes chinos? Mi hipótesis es porque las porciones suelen ser generosas y entonces se come bastante, por poco.

En fin…¿qué deseo para los guatemaltecos en esta efemérides? Que meditemos más sobre lo que significa la antorcha de la Libertad Y que nunca, nunca, nunca cambiemos esa por otra.


16
sep 13

La fiesta en El obelisco


Confieso que soy fan de la fiesta de la Independencia en El obelisco.  ¡Me encantan la candidez, la alegría, el entusiasmo y la energía que la gente le pone a esa celebración!, y hay que estar ahí para sentirla y apreciarla.

Este año la celebración comenzó el viernes 13 en la noche cuando algunos grupos acudieron al monumento a los próceres de la Independencia de Centroamérica conocido como El obelisco.  Llegaron grupos familiares y un grupo de artilleros.  Había cuatro patojos que llevaron cervezas y bolsas de bocas.  Ellos con sus encendedores les ponían fuego a las antorchas que llevaban los grupos.  Y yo pensé…así es como se debería defender la libertad: con entusiasmo, con sentido del humor y con cervezas.

La mera fiesta, sin embargo es el día 1.  Este año, a diferencia de otros, llegamos a las 4:oo p.m. y a medida en que uno se va acercando a la plaza en esa medida se intensifica el ambiente de fiesta inconfundible por la música de la marimba y la de las bandas, y por los grupos que corren por aquí y corren por allá con sus antorchas.  Y también por los pitos y las trompetas.  Esta es una fiesta a la que no le intimida la bulla.

También es una fiesta para todos en la que ni la edad, ni la condición económica, ni nada impide gozársela, si uno sabe gozarse las fiestas en las plazas y en las calles.  Si ya se te olvidó como es eso hay que ir para recordarlo; y si no los has vivido no te niegues la oportunidad de hacerlo. Mi cuata, Dina, dijo: Estuve en el Obelisco y encontré aún más razones para decirles que me gustan las antorchas.

Este año había antorchas a la venta, por si andabas por ahí sin la tuya propia; y los vendedores también te ofrecían wipe y combustible.  Vi más gente disfrazada que otros años. Hasta vi un grupo perturbador que iba cargando cruces.  ¡Es una fiesta para todos!  Iba gente en pañales, iban muchachos con el cabello pintado, iba gente con disfraces, iban ancianos y niños, y hasta los rikshaws chapines iban de Independencia.

Las bandas escolares se esmeran no sólo con su música bailable, sino que con coreografías en las que participan estudiantes y el público.  El equipo de la Escuela de Educación Física hace una gran labor facilitando el tráfico de los grupos de antorcheros y ayudando a encender las antorchas.  Da gusto ver a las familias que llevan sus refacciones, o las compran ahí y pasan la tarde en la plaza.

Cuando estás ahí es fácil entender por qué es que hay grupos de interés que odian las antorchas y otras formas de celebrar esta fiesta, como los desfiles (que ahora son un montón).  No se pueden sembrar el odio y el rencor entre gentes que saben pasarla bien así.

Si te perdiste de la fiesta este año…no te la pierdas el próximo.  Tal vez también te vuelvas fan de esta celebración.


16
sep 12

La fiesta del 14 estuvo muy alegre

Como en otros años, desde hace varios años, me gusta pasar la fiesta del 14 de septiembre en las calles para disfrutar de la candidez de la celebración y de la alegría de la gente.   Me emocionan y me conmueven las familias y los grupos de gente que salen con antorchas; y los que salen con sus bandas, o salen a apoyar a sus bandas preferidas.

Este año la novedad es que vi que en muchas empresas hubo celebraciones con música y de todo.  Otra novedad fue la de sombreros al estilo Dr. Seuss, pero en colores azul y blanco.  Me cayeron muy en gracia un grupo de patinadores y otro grupo que salió con sus perros.  No faltaron los grupos de jóvenes en bicicletas que antes eran muy divertidos en la fuente del Monumento a los Próceres.

Como en otras ocasiones dejé el auto en la Torre de Estacionamiento y caminé por la Sexta viendo y aplaudiendo alas bandas que venían de la Plaza de la Constitución.  Me gusta mucho cómo es que estas han evolucionado de los ritmos marciales sencillos que se usaban en mis tiempos, a los ritmos musicales complejos  y a las coreografías que están de moda ahora.  Me da mucha alegría ver a los jóvenes luciéndo sus talentos y gozando de los aplausos de la gente.  Es evidente que los chicos se gozan la experiencia.

Luego de caminar por la Sexta me encontré con unos amigos en el Pasaje Rubio, donde una chibola de cerveza mixta es un must; y de ahí cruzamos la Plaza de la Constitución rumbo las inmediaciones de La Merced en donde comimos muy sabroso y cantamos canciones ochenteras en uno de mis restaurantes favoritos del Centro Histórico

Al volver nos detuvimos en la Plaza de la Constitución para ver cómo izaban la bandera.  Fue una ceremonia muy digna con 21 salvas y todo.  Aunque la mosca en la sopa siempre la ponen los pipoldermos.  El jefe de los de turno se echó un discurso que parecía hecho hacía seis meses; y en el que dos veces se refirió negativamente a a las pasiones individuales. ¿Preferirá las pasiones colectivas?  Si bien las pasiones son sentimientos intensos que dominan la voluntad y pueden perturbar la razón, si hay que escoger yo las prefiero individuales, que colectivas.  Pero por otro lado, también se entiende por pasiones a las aficiones, o inclinaciones vivas por alguien , o por algo: como la pasión por la libertad.  ¿Cómo podría ser negativa, en ese sentido, una pasión por algo como la libertad?  Pasión también es el entusiasmo que se pone en algo que se hace, o se defiende.  A mí me da la impresión, por ejemplo, que los jóvenes que participan en las bandas, los que van en patines, los que llevan a sus perros, los que usan sombreros altos de colores azul y blanco, y los shutes que vamos a disfrutar de la fiesta en la calle, con la gente, le ponemos entusiasmo o pasión a esta celebración.  ¿Por qué es que esa pasión individual que cada uno de nosotros le pone al asunto es digna de dos reproches en un discurso presidencial?

En la plaza la gente cantó con alegría los himnos de Centroamérica y de Guatemala, la gente -y los niños en particular- gozaron y disfrutaron los fuegos artificiales y la lluvia de papelitos que cayo del cielo.  ¡A esas fiestas uno debe ir de la mano con su niño interior!  Y si el tuyo ya no está disponible -para tu desgracia- no te niegues la oportunidad de ver la celebración a través de los las miradas y los ojos de los niños que se hallan en las calles, y en la plaza.  Todo es dos veces más divertido, más maravilloso, y más intenso de esa forma.

¿Será por eso que a los columnistas de izquierdas y a los dirigentes populares les incomoda estas fiestas? ¿Será por eso que cada años dirigen sus fusiles de tinta y sus galíos contra los desfiles, las antorchas y otras formas populares de celebración y diversión? ¿Será que les incomoda que la gente celebre con candidez y alegría lo que ellos preferirían que fuera oscuro, snob e ininteligible?  ¡Ah como odian esta celebración aquellas gentes!  ¡Como quisieran que en vez de banderas azul y blanco las hubiera de colores rojo y negro!  ¡Como quisieran que en vez de quetzales y monjas blancas hubiera fotos del che Guevara!  Entonces no renegarían de los desfiles.

Ahora bien, ¿por qué es que un libertario que sabe que el nacionalismo es perverso se goza de esta celebración de Independencia?  Pues primero porque es una fiesta alegre.  Luego porque me recuerda mi infancia.  Un poco porque hace escupir bilis a los que ya mencioné arriba.  De plano porque no involucro en ella al nacionalismo, ni al patriotismo.  Y mil y una veces porque -aunque no se entienda bien- me gusta celebrar la libertad.  ¡Mi pasión individual es la libertad!; y cuando ando en las calles con mis amigos y entre un montón de gente que anda contenta y celebrando me gusta que sea con el lema de Libertad 15 de septiembre de 1821.


15
sep 11

Alegres las fiestas de Independencia


Desde hace ratos descubrí el encanto de las fiestas de Independencia.  Primero asistía al monumento a los Próceres u Obelisco, porque ahí se juntaban los grupos de barrios, familias, amigos, colegios y escuelas, iglesias, empresas, equipos deportivos y toda clase de gente a encender sus antorchas y llevarlas a sus lugares de origen; algunas veces en la ciudad, y otras en poblaciones lejanas.

Esa era una fiesta bastante espontánea en la que la gente se divertía con muchísimo entusiasmo.   La gracia era, siempre, la de pasarla bien.  Ya fuera mojándose con los cuates en la fuente del monumento, o participando en alguno de los grupos de antorchas.

La fiesta en el Obelisco se estropeó cuando la Administración dispuso tener una participación directa en ella y dispuso organizarla.   Los burócratas prohibieron que los chicos se metieran a la fuente y llevaron grupos musicales y artistas que le arrancaron lo espontáneo y la calidez humana a la celebración.

Desde el año pasado prefiero pasar la fiesta en el Parque Central o Plaza de la Constutición en donde -a pesar de que hay actos oficiales- la celebración conserva su carácter popular y encantador.   Ahí hay bandas escolares, grupos que llevan antorchas, una ceremonia para izar la bandera y, a pesar de que los escolares son sometidos a la propaganda de los pólíticos de turno, domina el animus juvenil de gozarla y pasarla bien.

Por eso es que, cuando empezaron los discursos, lo que se me vino a la mente fue la siguiente frase: ¡Colom y Espada, esta es la juventud a la que le fallaron!

En estas fiestas, los niños son los más beneficiados.  Ellos se gozaban a los personajes que llevó el Ejército que incluían un soldado vestido de Jeep; un grupo de soldados que acompañaban a una ardilla; y otros más.  Los niños se gozan las golosinas y las bandas.  La fiesta es para los que tenemos alma de niños.

Este año dispusimos cenar en el Centro con la esperanza de que menguara el tránsito; y, por casualidad nos dimos con Foto 30, una iniciativa creativa que le añadió un toque especial a las fiestas. La misma consistió en una serie de exposiciones fotográficas, actividades, música y diversión.  ¡Hubo torito y quema de globos en la Sexta Avenida!

En la galería NOA visitamos Alienación, una muestra colectiva de fotógrafos chapines que incluía fotos por los cuates Rudy Girón y Andrea Aragón.  En Incubador zona 1 encontramos la muestra ¡Cataplum!, por Andrés Asturias; y en Proyectos Ultravioleta encontramos Vestidos para expresar, por Byron Mármol.  Paramos encaramados en el tejado, con una vista inusual de la antigua Calle Real.  Sobre NOA encontramos, Casa Azul,  una tienda encantadora de tchotchkes mexicanos que vale la pena visitar.

Ahora, espero el próximo 14 de septiembre para ver qué sorpresas encuentro en esta que es una de mis fiestas chapinas favoritas.  Las fotos que ilustran esta entrada no son muy afortunadas porque no llevaba mi cámara y tuve que usar la del móvil; empero, creo que reflejan el ambiente festivo y juguetón de la ocasión.


28
ago 11

La Llama de la libertad…apagada

Ahora que viene septiembre, mes en el que se celebra la Independencia de Guatemala, no está de más recordar que, desde hace ratos, la Llama de la libertad -en el monumento a los Próceres de aquella gesta- es inexistente.

Irónicamente, la placa que explica la razón de ser de aquel monumento dice: Guatemalteco, esta llama simboliza nuestra suprema aspiración de libertad y de justicia. Venérala, respétala no permitas que se extinga nunca.

¿Irónico, o no?


15
sep 10

Celebración de Independencia en Centro Histórico

La noche del 14 de septiembre, que es la víspera de la celebración de la Independencia de Guatemala, se pone muy alegre en el Centro Histórico. Los grupos de personas que -de todas las edades y condiciones- llevan y traen antorchas por las calles son abundantes y de lo más variados. Aveces son pequeños grupos familiares y otras son equipos de barrios, o poblaciones. Algunos van solos, corriendo, y otros van en bicicletas, o acompañados por automóviles y autobuses. Algunos son sencillos, o otros son eleborados. ¡Todos van muy contentos! La verdad es que es muy alegre eso de ir a ver a los de las antorchas.
 
Tengo años de ir a verlos al Monumento a los Próceres; pero desde hace unos dos septiembres que dejó de ser la actividad popular casi espontánea, que era, para convertirse en una actividad gubernamental que le quitó lo bonito. Ahora hasta prohíben que los jóvenes se arrojen a la fuente que hay en el monumento y llevan artístas con programa y todo.
 
Así que en busca de la celebración perdida me fui al Centro y ahí la hallé. Con el añadido de que en la zona 1 desfilan docenas de pelotones de estudiantes con bandas que, igual que los grupos que llevan antorchas, cruzan aquella área de la ciudad de Norte a Sur y de Este a Oeste.
 
Hay que ir con paciencia porque el tráfico se pone pesado; pero si uno ya sabe a lo que va y va con tiempo, todo es diversión. Bueno…para mí, que me gozo estas cosas.
 
Al colegio que está en el vídeo lo vi frente al antiguo Hotel Panamerican que tiene una arquitectura muy característica; y por ahí vi pasar tres más y varios grupos de antorchas. Luego pasé entre la Plaza de la Constitución y el Parque Centenario para ir a ver otro colegio atrás del Palacio Nacional. Toda el área estaba limpia y había un ambiente seguro y tranquilo. Esta es una fiesta familiar que los chapines nos disfrutamos mucho y encima de todo el clima nos ayudó porque la noche estaba fresca y agradable.
 
El paseo concluyó en Café Casa, un lugar muy agradable y sabroso sobre la Sexta avenida y Décima calle, casi frente al antiguo estudio fotográfico del Canche Serra.
 
Esta es una escena muy divertida de la celebración de 2009; y estas son fotos de ese mismo año. Esto es lo que pasó en 2008. Por cierto que, lo que a mí me gusta de esta fiesta es su carácter festivo y lo mucho que se la goza la gente; me gustan su espontaneidad sencilla y cándida; y me gusta que se la disfruta todo el que quiere. No así su lado chauvinista; y los que han seguido Carpe Diem seguramente recordarán lo que he escrito del nacionalismo, del patriotismo, de todas esas cosas nefastas.
Aclaración: El vídeo que acompañaba esta entrada no lo pude pasar  cuando cambié plataforma, sin embargo se puede ver aquí.

11
sep 10

¿En qué está pensando Noti7?

Anoche caí por Noti7, noticiario que tiene un segmento con motivo de la celebración de la Independencia; pero ¡Que segmento! Mientras hablaban del Himno Nacional, la música que se oía de fondo era la de La Granadera (la marcha chapina equivalente a Heil to the chief, y que fue Himno de Centroamérica). Pero la cosa se pone mejor, entre las imágenes con las que ilustran los símbolos patrios de Guatemala incluyen: El cuadro de John Trumbull sobre la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América; y una orquídea que no es la Monja Blanca o Lycaste virginalis var. alba.


15
sep 09

La expresión popular y un saludo al Presidente

La fiesta del 14 de septiembre, en el Monumento a los Próceres de la Independencia de Centroamérica, es una expresión popular. Muestra de ello es este momento que nos comparte mi amiga Marta Yolanda. El saludo ocurrio durante el encendido de una de las antorchas.  Al pasar de Blogspot a WordPress no he podido pasar este vídeo, pero vale la pena verlo.

Esto ya lo he contado alguna vez; pero hace años, en tiempos de Vinicio Cerezo, un visitante gringo se extrañó mucho por lo irrespetuosos que eran los chapines al referirse al Presidente de le República. Y en aquella ocasión aventuré la hipótesis de que a diferencia de en otras sociedades, en las que el Presidente o el Jefe de Gobierno son representantes de la unidad de la nación; aquí en Guatemala el Presidente es sólo el jefe de la gavilla que, de turno, le toca usufructuar del poder y del presupuesto del estado. Y que, en el mejor de los casos, el Presidente se presenta como el representante de algún tipo de grupo de interés particular, y no de la totalidad de la población. Y que es por eso, entonces, que su investidura no viene acompañada por el mismo grado de respeto y autoridad que recibían otros en similares posiciones.

Yo digo que eso es lo que explica la reacción de la gente en este vídeo.

15
sep 09

Fiesta en El Obelisco

Muy alegre y divertida estuvo la celebración popular, de la víspera del 15 de sepitiembre, en el Monumento a los Próceres de la Independencia de Centroamérica.

Mi parte favorita es la de los grupos de personas que llega con sus antorchas para llevarlas a sus poblaciones, sus escuelas, sus barrios, sus colegios y demás. Me gusta que es una fiesta familiar a la que acuden personas de todas las edades. En el lado sur de la plaza, cerca de El Obelisco, ahí eran encendidas las antorchas y desfilaban los grupos para llevarse el fuego de la libertad. Más al sur, bajo el asta de la bandera de la Municipalidad de Guatemala, había un pelotón de cadetes de la Escuela Politécnica y llegaban grupos a estacionar sus motos.

Los pitos y los tambores animaban la fiesta de ese lado de la plaza; en tanto que en el lado norte había grupos musicales y animadores.

Por supuesto que había ventas de comida por todas partes y no faltaban las tradicionales corbatas chinas, y los pirulíes. Aunque llegaron los acostumbrados grupos de jóvenes en bicicletas, desde el año pasado ya no les permiten que se arrojen unos a otros a la fuente de la plaza; y de hecho, este año la fuente estaba seca. Eso es una lástima porque los chicos disfrutaban mucho de las mojadas que se pegaban.

Muchos de los asistentes, especialmente los más jóvenes, se pintan las caras y lucen escudos nacionales y banderas, así como sus tatuajes. Y, por supuesto, no faltan las reinas y madrinas con sus tiaras, cetros y capas.

Los grupos de corredores, que llevan las antorchas, pasan por las calles de la ciudad acompañados por amigos y familiares que van en bicicletas, motos, automóviles, buses y hasta camiones, muchos de ellos decorados con piñatas, globos, y otros adornos. Bajo mi ventana estuvieron pasando durante todo el día.

Yo digo que este año había más gente que el año pasado y la plaza estaba muchísimo más limpia. Había trabajadores recogiendo la basura constantemente. La fiesta es amenizada por profesores de Educación Física y se ve que han ido perfeccionando el arte.

No me quedé muy tarde; pero a la media noche, y desde mi casa, pude ver que hubo cohetes y fuegos artificiales, y se escuchaba la marimba. A mí, esta fiesta me gusta mucho porque se nota cómo se la goza la gente y porque en la plaza hay un hermoso ambiente de celebración en el que participamos todos.

14
sep 09

¡Hoy en la noche: en el Obelisco!

Desde hace varios años, en la noche del 14 de septiembre, no me pierdo la fiesta popular de antorchas que se organiza en El Obelisco, que es el monumento a los próceres de la Independencia de Centroamérica.

Siempre es divertido y no deja de ser conmovedor. Durante todo el día llegan familias, colegios, escuelas, asociaciones, iglesias, barrios y todo tipo de grupos a encender sus antorchas de la libertad y llevarlas a sus localidades.
Esta foto es de 2008, con un grupo de reinas…y a ver que novedades hay en esta ocasión.

25
ago 09

Dos bandas bajo mi ventana

Como vivo en un barrio antiguo de la ciudad de Guatemala, hay mucha actividad pueblerina bajo mi ventana. Procesiones, desfiles, ventas de atol, feria y otras prácticas alegran la vida insegura en el Valle de la Ermita.

El domingo pasado, dos bandas escolares desfilaron bajo mi ventana. No bajé a preguntar, pero supongo que es en preparación para las festividades del 15 de septiembre cuando se celebra la Independencia de Centroamérica. Dicha efemérides involucra desfiles de esta naturaleza -que es lo que realmente le gusta a la gente- y otras actividades que la posmodernidad ha tratado de convertir en costumbres.

En los pueblos no faltan los concursos de distinta naturaleza, los bailes, y una de mis favoritas que es la de las carreras con la llama de la libertad.

Allá por 1975 estuve así de cerca de desfilar con ocasión del 15 de septiembre. Asistí a todas las prácticas; pero a la hora de la hora mis padres se fueron al mar y tuve que elegir: ¿mar, o desfile? ¿mar, o desfile? ¿mar, o desfile?…y ganó el mar. Claro que después, en el colegio, tuve que pagar las consecuencias; pero la verdad sea dicha, ni siquiera recuerdo cuáles fueron.

A la larga supongo que ir a desfilar hubiera sido una experiencia divertida. Y es que no conozco a nadie de mi generación que haya marchado, y que no recuerde con cariño y nostalgia sus días de desfiles septembrinos.

17
ago 09

Magnífica idea de la dirigencia indígena

Un grupo de líderes indigenas guatemaltecos solicitó el derecho a decidir acerca de su independencia y régimen político, sin presión alguna; y le pidiò a la comunidad internacional que los deje decidir sobre sus prioridades. Esto ocurrió durante una reunión entre embajadores y dirigentes indigenas.

Yo creo que los representantes diplomáticos y las autoridades chapinas deberían ponerle atención a esta idea de la dirigencia indígena. Sería genial que, en vez de que se impusiera un sistema en todo el país, los habitantes de las ciudades, municipios, o departamentos tuvieran la opción de elegir bajo qué tipo de normas quieren. Habría ciudades con impuestos elevados, y ciudades con impuestos inexistentes; habría poblaciones con políticas bien redistributivas, y poblaciones carentes de aquel tipo de políticas; habría comunidades en las que las decisiones serían tomadas de forma centralizada, y otras en las que no. Habría poblados en los que el gobierno se ocuparía de la cultura, la vivienda, la energía eléctrica, la telefonía, las carreteras, los mercados, el transporte público,la educación y la salud; y los habría en los que el gobierno sólo se limitaría a proveer seguridad y justicia. Habría regiones en las que los privilegios serían tolerados y quizás hasta promovidos; y las habría en las que la igualdad de todos ante la ley sería uno de los pilares de la sociedad. Habría ciudades en las que se viviría por permiso y de acuerdo con reglamentos, y habría ciudades en las que se viviría por derecho y de acuerdo con principios.
Si se le pusiera la atenición debida a la propuesta de la dirigencia indígena, nos encaminaríamos hacia un sistema en el que la conflictividad social sería sustituida por la competencia sana. La gente viviría, trabajaría y, como dice el sacerdote maya Narciso Cojtí, construiría y no sólo recibiría, en donde mejor le conviniera. Pocos, o ninguno, sentirían que no hay un lugar en el que no se llenaran sus expectativas; pero eso sí, la gente debería tener la libertad de elegir en dónde vivir. Así, los que quisieran vivir en una comunidad con ciertas características, no tendrían más que irse a vivir a ella y ya.
No sólo los mayas, sino todos los que anhelamos la libertad deberíamos meditar sobre la propuesta de la dirigencia indígena. Sobre todo ahora que se acerca la celebración de la Independencia, a lo mejor es el momento para empezar a discutir sobre una verdadera independencia.

15
sep 08

Quezada corta varas

Cuenta la leyenda que un campesino bastante sordo fue saludado desde lejos por un compadre suyo; y entre ellos se produjo el diálogo siguiente:

-“Adiós, compadre”.
-“Aquí, compadre, cortando varas”.
-“Adiós, le digo”.
-“Sí compadre, para hacer un cerco”.

Y por eso es que aquí, en Guatemala, se dice que alguien está cortando varas cuando -fingiendo demencia, o ignorancia- lleva el diálogo por donde le conviene, independientemente de los hechos, o de la naturaleza de aquel.

Eso mismo hizo el purpurado Rodolfo Quezada en su mensaje dominical. “Para Quezada”, dice la nota mediática correspondiente, “la firma de la Independencia conllevó más situaciones negativas que positivas”. Por lo que cabe preguntarse si, a juicio del Príncipe de la Iglesia, hubiera sido mejor que Guatemala continuara siendo una colonia española, y no un país distinto.

El Cardenal asegura que “hay muchas sombras en nuestra historia, como la polarización entre los partidos Liberal y Conservador”, explicación que no está alejada de la verdad; pero que queda sospechosamente incolclusa si no se aclara que el Partido Conservador era el partido de la organización que dirige Su Excelencia. De hecho, en Guatemala todavía les decimos cachurechos a los iglesieros, de la misma forma en que,antaño, se les decía así o cachos, a los Conservadores.

Por supuesto que a la dirigencia cachureca le molesta que hubiera enfrentamiento; pero, ¿cómo no iba a haberlos si la Iglesia Católica se aferraba a sus privilegios económicos y políticos? La Revolución Liberal -con todo y sus defectos constructivistas, racionalistas y de corrupción- fue un paso adelante en el desmantelamiento del sistema feudal y colonial que tanto agradaba a los Conservadores y a sus patrocinadores entre la aristocracia y el alto clero.

Otro de los bemoles que Quezada le encuentra a la Independencia es “la exclusión de los indígenas por la ausencia de un prócer de ese grupo”. Y claro, hora en estos tiempos de corrección política está de moda ningunear cualquier proceso social que no incluya a todos; pero ningún proceso importante incluye a todos. La Revolución Americana fue hecha por individuos que pertenecían a una elite: Washington, Adams, Hamilton, Franklin, Madison, Mason, y otros de esa estatura. La Revolución Francesa fue consecuencia de las ideas y las acciones de personajes como Diderot, D`Alambert, Rousseau, Voltaire, Robespierre, y otros parecidos. El mismo Lenin se dio cuenta de que la Revolución Proletaria no iría a ningún lado si seguía esperando a que –según lo había predicho Marx- los proletarios se alzaran contra la burguesía. Y por eso es que Ilich Ulianov se sacó de la manga el concepto de la Vanguardia de la Revolución, que no era sino él y sus amigos, constituidos en elite revolucionaria. Los procesos sociales importantes no los hacen todos; los hacen unos: los que en ese momento histórico específico pueden pensar y tienen los arrestos para actuar.

Como Su Eminencia corta varas, se le olvidó un detalle: Aquel 15 de septiembre de 1821, en aquel acto que Quezada ningunea y califica de excluyente, junto al Jefe Político y los miembros del ayuntamiento, junto a los ministros de la audiencia y los diputados provinciales, estaban presentes Ramón Casaus y Torres, José María Castilla, Luis Escoto, Antonio Tabeada, Mariano Pérez y Antonio García, ¡la mismísima elite! de la organización que ahora encabeza Rodolfo Quezada. Casaus, por cierto, se opuso a la Independencia, no quiso firmar el acta y era conocido por su postura conservadora o cachureca. Luego, cuando era políticamente seguro y “para bien de las almas” se adhirió a la nueva República. El Arzobispo Casaus murió en La Habana; ciudad que, por cierto, todavía vivía a plenitud el ambiente colonial que satisfacía al Prelado.

Algo se salva del discurso de Quezada; y esto es que, al menos, es consistente con la posición de su antecesor, Casaus. Ambos comparten el criterio de que la Independencia es y era negativa.

En su perla dominical de Independencia, Quezada dijo que “hizo falta un proyecto de nación, para que la riqueza se distribuyera de manera equitativa y no concentrada en un solo grupo”; y aquí también corta varas a conveniencia; porque, ¿qué grupo, sino su organización era el mayor terrateniente del país; qué grupo, sino el suyo, era el mayor prestamista; qué grupo, sino el suyo, cobraba diezmos y primicias; qué grupo, sino el suyo, poseía monasterios inmensos, ingenios, viñedos, y otras riquezas que contrastaban notablemente con la miseria de los indígenas por los que suspira el Cardenal?

Quezada dice que corta varas; pero engaña a muy pocos.


15
sep 08

El Obelisco en la víspera de la Independencia


Como todos los años, desde hace cuatro años, fui a El Obelisco a ver los festejos de la víspera de la celebración de la Independencia.

Fiesta popular, en toda su magnitud, esta efemérides reune a niños y ancianos, muchos pero muchos jóvenes, barrios, aldeas, iglesias, scouts, familias, y todo tipo de grupos. ¡Hasta Adventistas, que se supone que no rinden respeto a los símbolos patrios! Los grupos citados van a El Obelisco a encender antorchas que llevan a sus lugares de orígen.

La gente baila, canta el Himno Nacional, declama poemas patrióticos y recita la jura de la bandera. Se venden banderas, bandanas, gorras, golosinas, ponches y una gran variedad de chunches. Había un grupito quemando mota. Todos en pacífica y alegre convivencia.

El Obelisco es el Monumento a los Próceres de la Independencia, y por eso es que ahí celebramos la gesta cívica V de luto contra la corrupción y contra más impuestos.

Por cierto que este año, la administración socialdemócrata, con el lema de Tiempo de solidaridad les obsequió tamales a los asistentes; así que toda la plaza quedó inmunda con hojas de tamal, tenedores plásticos, y platos y vasos de estirpor.

Por supuesto que ni a la administración generosa, ni a Tu Muni, se les ocurrió poner toneles de basura para que la gente pudiera depositar ahí las citadas hojas, tenedores, platos y vasos…y siempre queda la duda de si los festejantes hubieran aprovechado los toneles extra.


15
sep 08

Celebración de la víspera de la Independencia


El Obelisco de la ciudad de Guatemala es el Monumento a los Próceres de la Independencia de Centroamérica. Lugar de reuniones populares los domingos y durante la temporada navideña, es el escenario de la fiesta de la Independencia, en la que desde los más variados rincones del país, llega todo tipo de grupos de personas a encender antorchas que llevan a su lugar de orígen.


17
abr 07

¿Independencia, o irresponsabilidad?

Ojalá que se vea bien; pero aquí va un chico como de 6 años. Va entre el tráfico montado en una bicicleta que le queda grande. Al principio admiré la independencia del chico; pero luego pensé que si se cae, o si pierde el control de la cicle, o lo atropellan, ¿de quién será la culpa? ¿Qué pasará con el pobre conductor que resulte involucrado en un accidente con este chico?


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ene 07

Esquipulas, Niño y antorcha

Guatemala es rica en tradiciones. A pesar de que la ciudad capital es una urbe hecha y derecha, constantemente se ven en ella costumbres pueblerinas que adornan la vida agitada y cotidiana. Aqui hay una. Mi primera suposición fue que era una “procesión motorizada” dedicada al Cristo de Esquipulas cuya fiesta celebran los católicos devotos mañana lunes. Pero el Cristo Negro va acompañado de ángeles y si uno lo ve detenidamente también va un Niño Dios; así que mi acompañante en el auto, desde donde tomó la foto, supuso que también es la devolución de algún Niño que fue sustraído durante las celebraciones de la Navidad y que será devuelto en medio de una fiesta. Pero la “procesión” iba precedida de chicos y chicas que portaban una antorcha al estilo de las que se acostubra llevar en una forma parecida para la celebración del Día de la Independencia.

Anoche me encontré con este singular evento, cerca de las 8:30 p.m. en la Calzada Aguilar Batres; y adivne qué: Era lo único que obstaculizaba el tránsito que, de otra forma, hubiera estado aceptablemente fluido.










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