
Estos son tres ejemplos de cómo es que los políticos se atribuyen la facultad de decidir cómo se debe vestir la gente:
El Parlamento canadiense decidió borrar el escote en la imagen oficial de Rathika Sitsabaiesan, 29 años, por considerarlo demasiado sexy. Ante la oposición y las críticas de los sectores feministas canadienses, la Casa de los Comunes le ordenó a su fotógrafo que realizara el retoque. La nueva imágen muestra a Sitsabaiesan más recatada, según reveló el diario canadiense National Post. El fotógrafo de la Casa de los Comunes canadiense habría usado Photoshop para eliminar las sombras y texturas del pecho de la representante y alisarla por completo para hacer desaparecer todo rastro de sex appeal.
El sagging es la práctica de usar los pantalones debajo de la cintura y revelar parte de la ropa interior. Barack Obama ha criticado esa moda y en localidades como Delcambre, Luisiana; Hahira, Georgia; Flint, Michigan, y las Olimpiadas de Invierno en Vancouver el sagging es prohibido y castigado. Aerolíneas, escuelas y agencias reguladoras se han manifestado contra el sagging.
Los de mi generación, -y los que son un poquito mayores- recordarán que a principios de los años 70, aquí en Guatemala, la policía les bajaba el ruedo a las faldas de las chicas que usaban aquellas prendas cortas; y les cortaba el cabello a los chicos que lo usaban largo.
¿Quién debe decidir cómo usa el escote un diputada, dónde usan el pantalón los jóvenes y de qué largo deben ser las faldas de las chicas, o el cabello de los chicos?
La foto es por Gaywash, y es reproducida con licencia Creative Commons: Attribution-Share Alike 2.0 Generic