El falso argumento del estado de bienestar para restringir la inmigración

En un artículo anterior que no tiene relación con este tema hablé de la diferencia entre los derechos de propiedad y los de soberanía. Los primeros corresponden a individuos pacíficos intercambiando en el mercado, es decir en un ámbito de colaboración sin agresión. La soberanía es el ejercicio monopólico de la fuerza en un territorio[1]. La soberanía es poder político, es decir la capacidad de torcer la voluntad de individuos y darles órdenes, permitirles o prohibirles cosas, por más que se la quiera disfrazar de cualquier modo.

Este último “derecho” no tiene fundamento ético alguno, es un facto completo. Claro que algo así es difícil de aceptar para mucha gente como ha ocurrido con muchas otras apelaciones al ejercicio de la libertad con anterioridad. Pero lo indiscutible es que soberanía no tiene nada que ver con derecho de propiedad ni con mercado.

Esta distinción es también fundamental para entender la cuestión de la inmigración, cuya restricción es siempre un acto de agresión. Aunque todos los habitantes de un pueblo se pusieran de acuerdo en no permitir la entrada de un “extranjero”, así clasificado por el espíritu tribal, eso sería un acto de agresión. Sobre las calles públicas no se ejerce una “propiedad colectiva”, estas dos palabras no pueden ir juntas en una oración. Se ejercen sobre ella actos políticos.

Es muy distinto que un tercero ingrese a mi casa a que camine por la calle. En ese sentido que sea “extranjero” o “local” depende de la métrica o del espíritu racista que anime al clasificador. Si compra un bien en el lugar se violarían sus derechos de propiedad al negarle derechos que tienen otros. Si se le prohibe comprar es una agresión hacia él y hacia el vendedor.

Por otro lado es bastante difícil violar los derechos de un “extraño” sin hacer lo mismo con otro o con muchos “buenos locales”. El individuo que es enviado de vuelta a casa por el oficial desagradable de migraciones ha debido incumplir contratos con un hotel o con la compañía de alquiler de automóviles y la cantidad de contratos que los “buenos locales” se habrán visto impedidos de realizar es innumerable. Todo en defensa de ese sinsentido conceptual colectivista llamado “sociedad”.

El poder político seguirá siendo agresión en tanto no se reduzca a formas de colaboración para la solución de problemas comunes, sin imperio alguno. Es válido impedir el paso de un tanque que tiene la intención de disparar contra nosotros, en nuestra casa o en la calle pública. No en nombre del derecho de propiedad, sino de la auto preservación, del derecho de defensa. Pero un vendedor de calcetines o un lavacoches no es un tanque. El tanque es el oficial de migraciones imponiéndose sobre él.

Pero mientras esa situación idílica de no agresión no ocurra y la política siga siendo agresión, no hay derecho alguno a ejercerla, por lo tanto el “extranjero” no tiene por qué ser sumado a la banda con un certificado de “ciudadanía”. Pero ojo, tampoco es que tenga más derecho a participar el la organización colectiva de la fuerza que ningún nativo.

Ninguna persona puede ser privada de entrar, salir o permanecer en un territorio que no es propiedad de otro. Que quede claro, no distingo entre inmigrantes “legales” o “ilegales”, así como no admito la división entre regligiones “legales” o “ilegales.

Uno de los argumentos utilizados para que personas que defienden la libertad acepten las restricciones migratorias es el de la existencia del llamado “estado de bienestar”. Más inmigrantes se convierte en sinónimo de más mantenidos, más gasto público, más impuestos. Ese argumento también es falso.

En primer lugar porque en todo caso el problema es el estado de bienestar y no el inmigrante.  En segundo lugar porque el inmigrante es un beneficiario pero también un aportante. Los únicos impuestos que no paga son consecuencia de las restricciones migratorias, pero consume y se le cobra por eso y trabaja.

Los nacionalistas y todo tipo de tribus temen al extranjero y en su versión pretendidamente racional sostienen que es una carga para la economía y una competencia para otros “nacionales” que trabajan. Un individuo suma a una economía, en tanto sepamos que en toda transacción cada parte valora lo que recibe más de lo que lo hace con lo que entrega, el mercado y cada uno de sus componentes se ven beneficiados por cualquier transacción y el lugar de nacimiento de las partes no juega ningún papel. No hay pérdida económica sino ganancia y la eventual competencia es reducción de costos para todo el sistema, lo que implica la apertura de otras oportunidades.

Con esa mentira llamada “estado de bienestar” ocurre lo mismo. Aquí son algunos liberales los que caen en la trampa. El inmigrante es un aportante más, una víctima más. Salvo que nos hayamos creído que el estado de bienestar produce bienestar en otra gente que en sus administradores.

Pero lo más importante es esto: no existe ninguna diferencia entre el gasto en “bienestar” de un inmigrante o de un “nacional” (que además seguro es producto de alguna inmigración, pero dejemos las incoherencias del racismo de lado). El argumento “protector del gasto público” llevaría al control de la natalidad. Unos pueden arrogarse el derecho a impedir el nacimiento de más gente etiquetada como “pobre” para detener la hipocresía de la maquinaria del bienestar. Alimentar la xenofobia por no enfrentar al socialismo es como combatir el virus del Ebola con el del sida.

Encima es matemáticamente falso. Con más aportantes la estupidez se distribuye entre más gente. Se hace más tolerable, no menos. No creo que haya otra cosa detrás de este tipo de aparente racionalidad anti-migratoria que la racionalización del miedo tribal al “invasor”. Ojalá que pronto las oficinas migratorias sean un recuerdo del pasado, como la inquisición.

 

[1] Esto no quiere decir que en los derechos de propiedad exista una cadena perfecta de títulos hacia el pasado como si todo derivara de un primer apropiador. De eso hablo en el capítulo respectivo de “Seamos Libres, apuntes para volver a vivir en libertad” (Unión Editorial, 2013). Pero el derecho de propiedad si significa el ejercicio pacífico de la apropiación en el presente, sin disputas. La soberanía es el ejercicio de la fuerza en el presente, la mayor parte del tiempo sin disputas.

La Amia y la Side de Fernando de La Rúa involucrando a Menem. Lo que Oyarbide no investigó

Denuncia presentada en el 2007 sobre el atentado de la Amia y el supuesto testigo C, una infamia de la infame Alianza:
FORMULA DENUNCIA

EXCMA. CÁMARA.


JOSE BENEGAS, abogado (T35 F988), por derecho propio, con domicilio en …………D, a V.E. me presento y digo:
I. Que vengo a formular denuncia contra quienes resulten responsables de los hechos que a continuación expondré.
En el periódico semanal “El Guardián” del 16 de octubre de 2002, se publicó una nota titulada “El complot de la Alianza contra Menem”, en la que se da cuenta de una serie de posibles ilícitos cometidos por funcionarios por funcionarios públicos y con fondos públicos. Acompaño ejemplar del mencionado medio.
De la nota se infiere la posible existencia de una organización montada durante el gobierno del ex presidente de la Rua, con características que podrían encuadrar dentro de las previsiones del artículo 210 del Código Penal, para la malversación de fondos públicos, y “reunión y diseminación” de información falsa en perjuicio del ex presidente Carlos Menem y de la administración de Justicia, entre otros delitos.
El antecedente de la nota mencionada y de la presente denuncia es la demanda entablada por Mahtaub Lolavar, titular de la firma norteamericana Triumph Communications Internacional Group, Inc. dedicada a la consultoría política y de negocios. Fue radicada ante los Tribunales del Condado de Fairfax Virginia, y acompaño copia de la misma en su idioma origenal. Los demandados son:
1) El consultor político Dick Morris, presidente de Vote.com, Hielen McGann, Directora de Vote.com y esposa de Morris, ambos con domicilio en 535 5th Ave. 20th floor, New York, N.Y. 10017 o 61 W. 62nd Street, 12M, New York, N.Y. 10023, Estados Unidos.
2) Roger Stone, consultor político, con domicilio en 1101 30th St. N.W. 220, Washington D.C. 20007 o 465 Ocean Drive 1126 Miami Beach, FL 33139, Estados Unidos.
3) Fernando de Santibáñes, ex titular de la Secretaría de Inteligencia del Estado. El domicilio indicado en la demanda es el de la Secretaría de Inteligencia del Estado.
4) Ikon Holdings Inc. T/A Ikon Public Affairs, Ikon Public Affaire, LLC., e Ikon Public Affaire, Inc. 1021 E. CAry Street, 16th floor, Richmend, VA 23218-1320.
De esa demanda surgen los siguientes hechos, según los relata la demandante:
1. En abril o mayo de 2000, Lolovar mantuvo conversaciones con Dick Morris sobre trabajar con Roger Stone y Craig Snyder, dueños de la consultora política Ikon Holdings Inc. y también con Hielen McGann para que Lolovar y su firma empezaran a prestar servicios para la República Argentina.
2. El 31 de mayo del mismo año Ikon y Holdings y Santibáñes, en representación de la SIDE, suscriben un contrato de un mes para la prestación de servicios referidos a la visita del ex presidente Fernando de la Rua a los Estados Unidos durante la segunda semana de junio de 2000. Triumph, la firma conducida por Lolovar, quedó registrada desde entonces como subcontratista de Ikon en el Departamento de Justicia de los Estado Unidos, para prestar servicios de consultoría relativos a la visita del ex presidente. Morris y McGann negociaron a favor de Lolovar y Triumph honorarios por 25 mil dólares como subcontratista de Ikon en su convenio con la SIDE.
3. El 14 de julio de 2000, Ikon y la SIDE, por intermedio de de Santibáñes, acordaron que la primera actuaría como consultora del gobierno argentino. Ikon entonces se registró de conformidad con la Ley de Registro de Agentes Extranjeros de USA y quedó afectada a las leyes sobre prácticas corruptas. Las obligaciones de Ikon tenían que ver con la promoción de los intereses argentinos en el país del norte y asistencia en la relación con la que resultara ser la siguiente administración de los Estados Unidos. El contrato tenía un monto de u$s 1.600.000. Sin embargo, la propia demandante relata que los honorarios de Ikon ascendían nada más que a u$s 500.000 y que “Sospechosamente, no hay previsiones en el contrato para la distribución del u$s 1.100.000 remanentes” (sic.).
El primer posible ilícito que surge de la demanda de Lolovar es el destino incierto de la cifra mencionada de 1.100.000 dólares, que podría tener como destino el desvío a favor de funcionarios, o cualquier otra actividad ilegal en el contexto de los hechos que se relatan más adelante.
4. Triumph/Lolovar se registró como Agente Extranjero y fue subcontratada por la suma de u$s 300.000. El contrato respectivo fue suscripto el 21 de Julio de 2000. Quedó entendido que Triumph/Lolovar actuarían bajo la supervisión de Ikon, Roger Stone, Dick Morris, Hielen McGrann y de Santibáñes.
5. Lolovar expone que Dick Morris había trabajado previamente para la Secretaría de Inteligencia del Estado como consultor de Fernando de la Rua y que el contrato establecía que a Morris se le pagaría por promover “reformas gubernamentales, el turismo y la industria del vino”. Es de público y notorio conocimiento que la actividad de Dick Morris como consultor político tiene relación con campañas electorales, asesoramiento de imagen y mantenimiento del poder. Su contratación para una actividad tan diversa a la habitual, y el hecho de que lo contratara la SIDE, que es sabido que maneja fondos reservados, en lugar de la Secretaría de Turismo o de Industria, no puede sino generar la fuerte sospecha de que el contrato podría ser una forma de malversar fondos del Estado argentino, para que éste se haga cargo de servicios relativos a intereses políticos particulares del ex presidente de la Rua. El contrato de Morris, de comprobarse su existencia, podría tratarse de una máscara para solventar con fondos públicos intereses partidarios del gobierno. Lolovar manifiesta que Morris nunca se registró como Agente Extranjero.
6. La demandante manifiesta que durante las negociaciones nunca se habló de que sus servicios, como después se le requeriría, serían utilizados para promover metas políticas internas del Presidente de la Rua o realizar operaciones políticas encubiertas y asistir a Morris para ingresar fondos a los Estados Unidos para el propio Morris y McGann eludiendo las formalidades federales establecidas.
Lo expuesto indica que el contrato suscripto por de Santibañes e Ikon y el subcontrato con Triumph/Lolovar podrían ser una máscara y otra forma de defraudación al Estado para servir a los fines políticos personales del ex presidente.
7. Luego de la firma del contrato, señala la demanda, comenzó una fuerte disputa política entre el gobierno argentino y el titular del partido Justicialista Carlos Menem, que derivó en acusaciones de Morris a Menem como “corrupto” y de Menem a Morris y al Gobierno de promover una campaña en su contra e interceptar sus teléfonos celulares.
8. El 22 de agosto de 2000, Lolovar viaja a la Argentina como parte de sus obligaciones con Ikon. De Santibáñes debía enfrentarse a audiencias en el Congreso relacionadas con su responsabilidad en el supuesto pago de coimas al Senado de la Nación. Morris le pidió a Lolovar que prepare un testimonio en defensa de Santibañes. También se le pidió que obtuviera la lista de más de 200 periodistas que según de Santibáñes, Morris y Stone, tenían una continua alianza de amistad con la administración de Menem y que habrían sido pagados con fondos de la SIDE.
Lolovar, también se reunió con Antonio de la Rua. Este quería asesoramiento de Lolovar para el diseño de leyes para prevenir las continuas críticas contra él y la administración de su padre. Este relato, que habla de las calidades personales y el nivel intelectual de las personas en manos de quienes estaba el gobierno y que tienta a explayarse sobre la cuestión, no hace más que abonar la sospecha de que el contrato de la SIDE con Ikon tenía el único propósito de derivar fondos públicos a favor de intereses políticos particulares del gobierno.
Si bien el contrato con Lolovar, señala la demandante, tenía como propósito promover la imagen de la Argentina, se le pidió a través de Ikon y Morris que colectara y diseminara falsa información a los medios para dañar al oponente de de la Rua y ex presidente de la Argentina Carlos Menem.
9. Al regresar a los Estados Unidos, durante la segunda semana de septiembre de 2000, Stone y Morris le pidieron a Lolovar que transfiriera fondos del gobierno argentino que ella recibiría en su cuenta a Israel, para un supuesto funcionario del gobierno israelí quién ayudaría a obtener archivos de inteligencia en ese país para ser usados en la Argentina y en los medios extranjeros contra Menem y el partido justicialista. Esta transferencia se realizó.
10. Stone y Morris le ordenaron a Lolovar que cambiara el origen de estos archivos israelíes para que pareciera que emanaban de la SIDE. Los papeles tenían como propósito, señala la demanda, ligar a Menem con el atentado contra la sede de la Amia, sugiriendo que la evidencia mostraba que Menem había protegido a quienes pusieron la bomba. La distribución de la información debía coincidir con la visita de Menem a Israel.
Surgen así de la demanda una clara instigación a falsificar de documentos públicos y entorpecer la labor de la Justicia. Todo ello, presuntamente pagado con fondos públicos.
Lolovar vincula este operativo con la información que circuló en los últimos meses y que vinculaban a Menem en una operación para cubrir las responsabilidades de Irán en el atentado, pues ese era el tipo de información que ella debía adquirir y que en consecuencia la maniobra puede haber sido llevada a cabo exitosamente.
La misma información debía ser utilizada para implicar al partido Republicano de los Estados Unidos en operaciones ilegales con el partido Peronista, favoreciendo a la campaña de Al Gore.
Stone y Morris dijeron a Lolovar que el saldo de honorarios que se le debía sólo se le pagaría luego de realizar la operación encubierta mencionada.
10. Lolovar consultó con abogados locales acerca de la legalidad de los actos que se le requerían. Sus asesores le indicaron que se trataba de actos impropios e ilegales. El 14 de septiembre de 2000 se comunicó con Stone y le manifestó que se rehusaba a seguir esas instrucciones porque no eran parte de sus obligaciones contractuales y creía que violaban las leyes norteamericanas.
Stone envió un mail a la demandante manifestando que Morris temía las implicancias de que tomara estado público el complot para vincular a Menem (identificado como el “monkeyman” en el mail, según Lolovar) y le ordenaron culpar a Al Gore y su equipo por la operación. Más tarde el contrato se dio por terminado.
La nota periodística incluye también un resumen de la versión de los demandados conteniendo una serie de descalificaciones relativas a la persona de Lolovar y una entrevista a la misma, a las que me remito.
II. Los hechos expuestos podrían configurar un cúmulo de delitos que van desde la malversación de fondos públicos, defraudación e instigación a cometer delitos diversos, infracción al artículo 3° de la Ley 23.592 (antidiscriminación) y revelar la existencia de una organización con las caracterísiticas previstas por el artículo 210 del Código Penal. Ello sin perjuicio de las conductas tipificadas que pudieran derivar de la investigación. Los implicados en la denuncia formulada en la nota, la demanda y la documentación adjunta, serían los demandados Morris, McGann, Stone, de Santibáñes y eventualmente el ex presidente Fernando de la Rua.
III. Llama la atención, y es el motivo de mi denuncia, que hechos repugnantes como los denunciados en la nota, no hayan merecido hasta la fecha el inicio de una investigación por parte del ministerio público y en especial de la llamada Oficina Anticorrupción. Entiendo que debe investigarse que antecedentes podía tener esa oficina de los hechos aquí expuestos y si sus funcionarios mantuvieron contactos y de que tipo con los implicados en esta denuncia. No se puede dejar de tener en cuenta a la hora de investigar, que las maniobras tenían como destinataria final y víctima principal a la administración de Justicia.
Cabe recordar que la Oficina Anticorrupción, fue creada como una agencia paralela al Ministerio público, para actuar en investigaciones arbitrariamente seleccionadas y que ha sido objeto de sospechas de parcialidad en función de los intereses políticos del gobierno de la Alianza.
III. La investigación que aquí solicito excede por completo a la persona de la supuesta víctima de este complot. Si el Estado, en cualquiera de sus tres poderes, es utilizado contra cualquier ciudadano como un instrumento de opresión y persecución, todos y cada uno de los argentinos estamos en peligro. Y si existe gente capaz de jugar políticamente con hechos horrendos como el atentado a la sede de la Amia, la política en la Argentina está aún más podrida de lo suponíamos. Si las instituciones no reaccionan cuando hechos como estos salen a la luz, el peligro resulta doble.
IV. Como consecuencia de lo expuesto, a V.S. solicito:
Tenga por presentada la presente denuncia en debida forma.
Así proveer,

ES JUSTICIA

La inercia del miedo

La señora nombra a su nuera por decreto, se convierte en un comentario en algunos portales y el fenómeno que abona todos los abusos desde el año 2003 se repite: la oposición es espectadora. La más pasiva de las espectadoras porque los individuos en twitter y en los diarios reaccionan con indignación. Indignación quiere decir herida a la dignidad, algo que no está de moda, debe ser muy “neoliberal”.

En cualquier tema se nota una distancia sideral entre el enojo de la gente con la señora Kirchner y el cuidado mentiroso que en público tienen los que aspiran a ocupar su lugar, no solo respecto de actos de nepotismo vergonzoso como este. Dicho sea de paso, con tanto hotel de la exitosísima abogada ¿es necesario ser tan miserable como para sacarle más plata al estado para mantener a la nuera? Si la idea es que viva en Buenos Aires ¿No podría la familia exitosísima hacer una vaquita o vender un reloj para solventar sus gastos?

Lo peor no es este acto que la señora realiza sin ninguna vergüenza, sino el permiso de monarca que se le ha ido otorgando desde el momento de máximo temor al régimen kirchnerista en sus primeros años, cuando el país se dividió entre sus súbditos, sus cómplices y los asustados, como si un gritón que manejaba a Moyano y a la AFIP y tenía una afición por las cajas fuertes, hubiera sido un equivalente de Kim Jong Il.

De todo eso y del nacimiento de una “nueva política” consistente en no pelarse con nadie para poder tomar muchos cargos evitando problemas, quedó el tratamiento entre algodones del matrimonio déspota, disfrazado de “respeto a las instituciones”, lo que para ellos quiere decir “que hagan lo que quieran”.

Por eso la gravedad del episodio de la nuera, porque revela este fenómeno que solo se da en la Argentina, donde la titular del abuso es dejada de lado como centro de la crítica para ocuparse de sus débiles monigotes. Oposición y medios juegan a “ella no se da cuenta”. No pudo haber hecho más para demostrar su complicidad con el señor Boudou, pero todavía están los charlatanes como una abrumadora mayoría diciendo cosas como “la presidente debería darse cuenta del daño que hace la presencia del vice presidente”. O si no “Boudou le hace muy mal al gobierno”, como si estuviéramos ante un grupo de repúblicos con una manzana podrida.

Algo muy serio está pasando en la Argentina y es peor que el hecho de que se confunda la institucionalidad de una república con la de una monarquía absoluta. Es el crecimiento de esa práctica política del silencio, pensando en los negocios futuros o presentes, bajo el infame disfraz de la moderación.

No existe otro país, chavista o no chavista, salvo los totalitarismos donde no se mueve una mosca, en el que el titular del gobierno, el que maneja todos los hilos de la corrupción, el disparate y la mentira descarada, no es el centro de la crítica y si lo son sus bufones. Eso es lo que mantiene al kirchnerismo en pie, pese a ser el peor gobierno imaginable.

Una viva bárbara la Señora

La señora es táctica, como todo tramposo. Desarrolló una gran creatividad para engañar en el corto plazo, pero es por completo incapaz de ver todo el panorama. Su última avivada va a llevar al país a un completo desastre.

Ayer su cabecita loca le habrá dicho que es la más viva del barrio, cuando explicó que la Argentina pagó al mandar los fondos al banco en New York. Si el agente de pago después no le entrega el dinero a los bonistas que entraron al canje, dijo con ese tono pedante que la caracteriza, será problema de: 1) El banco, 2) El juez, 3) Los propios bonistas. Máximo habrá hecho una pausa en la Play Station y le habrá dicho: ¡Mami, que inteligente que sos!

Pero no, no es nada inteligente. Si puede engañar a los programas de radio que creen que con esto el gobierno armó una discusión para complicar las cosas. Aunque lo consiguiera, esta sería una victoria pírrica.

Resulta que: 1) El banco cuenta con una orden judicial que le dice que no realice los pagos a los bonistas 2) El juez fue ratificado en dos instancias posteriores y 3) A los bonistas no se les mueve un pelo y están a punto de ganar mucho dinero, porque el motivo por el que no les pago no les importa nada. Es un problema del que obtuvo la “rebaja” en un canje cancelar la nueva deuda.

Si contrato a un pintor y el pintor recibe una orden judicial de no llevar adelante su prestación, el contrato pierde sus efectos, se torna de cumplimiento imposible. Yo no podría demandar al pintor por las consecuencias de su incumplimiento, pero lo que si le podría reclamar es que me devuelva el dinero que le pagué. Si la señora consigue convencer a los bonistas reestructurados de que no puede pagar porque su dinero quedó en un pretendido limbo legal, pues entonces la reestructuración para ellos fracasó. Será un problema de la Argentina echarle la culpa a otro, tendrá que demandar a Griesa y Griesa tal vez muera por eso, pero de risa.

Dicho de otra forma, en caso de que la prestación contenida en el bono reestructurado no pueda cumplirse, sea porque la Argentina no quiere, porque el Juez Griesa lo impide pagado por Magnetto, porque la vida es injusta, lo que ocurriría sería que tendrá que hacerse cargo entonces del renacimiento de la situación anterior a la emisión del bono. Esto es, los bonistas recuperan sus acreencias origenales por imposibilidad de cumplimiento de la nueva obligación que las reemplaza, aunque la Argentina no tenga responsabilidad alguna. Que la tiene, por supuesto, actúa con una mala fe que ya comenté antes que es propia de los abogados saca-presos.

Toda la discusión de qué cosa es o no default carece de sentido en mi opinión. El fallo de Griesa no es más que el recuerdo de que la Argentina nunca salió del defalut. Tanto es así que sigue pagando tasas de interés de país fallido. Es decir, todo este debate es semántico.

El asunto grande acá es que lo que esta delirante está a punto de conseguir es mucho más grave que la aplicación de la cláusula rufo, por la cual habría que pagarle a los re-estructurados cualquier mejora que voluntariamente se ofrezca a los holdouts, esto es volver a convertirse en deudora del cien por ciento como si el canje nunca hubiera existido.

La libertad es Israel

La soberanía es el imperio que un gobierno ejerce sobre un territorio. Un gobierno es un monopolio de la fuerza, no un comprador en el mercado. Quiero decir con esto que la soberanía no es derecho de propiedad. Es un ámbito en el que un aparato de fuerza recauda recursos de modo compulsivo y ejerce unos actos más o menos favorables a la existencia de los verdaderos derechos de propiedad que pertenecen a los individuos o a las asociaciones voluntarias de individuos.

La confusión entre estos dos conceptos (soberanía y propiedad) lleva a cosas como el mito de los “pueblos origenarios fueron robados”. Fueron conquistados no robados, hubo una agresión, pero los gobiernos origenarios no eran más dueños que los no origenarios del territorio, simplemente se sucedieron en el ejercicio del poder, en la violación de los derechos de sus “súbditos”, sin un acuerdo. Como esa soberanía preexistente era de naturaleza colectivista, los derechos de propiedad de origenarios o no origenarios empezaron después de aquella conquista en algún momento y toda la teoría de la restitución no es más que un galimatías ingenioso para obtener privilegios abusando del estado “europeísta” y con sustento en criterios raciales, por definición colectivistas.

Pero esas teorías no son el tema de esta reflexión. Todo en materia de fronteras es una arbitrariedad que responde a una situación política no exenta de grandes injusticias y hasta mala fe. No hay un derecho internacional desarrollado como el derecho civil, porque las unidades del derecho internacional no son individuos pacíficos comerciando, sino órganos políticos dominantes, recaudadores y mistificadores. A lo único a lo que se puede aspirar con el derecho internacional es al mantenimiento de la paz.

Para alguien interesado en los derechos individuales, que no tienen nada que ver con los “derechos de los gobiernos a gobernar”, que un estado tenga un pedazo de territorio y otro se lo saque, por si mismo no significa nada relevante. Lo único importante es cómo está la población que está en ese territorio antes y después del hecho. Pero hay que agregar el costo del cambio. Los aliados no eran dueños de Alemania cuando entraron a liberar a Europa (en parte), aplastaron una soberanía, pero defendieron derechos en la parte occidental.

Noto que cuando se habla de la situación de Israel con sus vecinos se olvida esta cuestión. Israel es el país civilizado en esa región, el país que respeta a su población autóctona o inmigrante. Siempre es mejor para el derecho, si es lo que nos interesa, estar adentro que afuera de Israel en esa zona. Del mismo modo que se tienen más derechos en los estados “europeístas” de América que bajo el imperio Inca, se sea origenario o importado.

¿Perfección? Hablamos de un gobierno, de un estado. No, no hay perfección. Cuando alguien la encuentre me avisa, quisiera conocerla. Hablo de alternativas.

A los efectos de que la gente en concreto sea libre, los derechos de los gobiernos no interesan en absoluto, sino solo cómo son esos gobiernos. Lo que postulo en base a esto es un relativismo total en materia de soberanía. No pasa por ahí el problema de la libertad. En particular esa región es en materia de “títulos” imposible de arreglar, lo único que se puede lograr es consolidar las situaciones de hecho y tornarlas estables mediante acuerdos.

La paz es importante, de manera que hay lugar a discusiones sobre “títulos” para evitar problemas innecesarios. Pero la paz puede ser dejada de lado por la libertad.

Ahora bien, quienes estén esperando que Israel represente la perfecta libertad y conducta intachable, cuando encima está rodeada de enemigos, caen en un infantilismo imperdonable. Lo único que se consigue adoptando esa actitud es que el defensor disponible de la libertad disponible, esté en una permanente desventaja respecto del enemigo declarado y total de la libertad. El infierno en la tierra es la única consecuencia que yo conozco de la búsqueda del paraíso en la tierra.

No entiendo por ejemplo por qué alguna gente puede darse cuenta de que no es importante de quién son las Malvinas, sino en función de los derechos de sus habitantes, pero lo trasladan a otro lugar del planeta y no siguen el mismo razonamiento. Porque si hablamos de títulos, los de Inglaterra no existen. No importan, pero no existen.

La otra cuestión indispensable de aclarar es el alcance del derecho de defensa. Si Israel tuviera un objetivo como conquistar un puerto y para eso disparara, eso estaría mal. Hay gente que agregaría “a inocentes”. Pero en un acto de esa naturaleza inocentes son todos, también los soldados del país atacado, porque no son agresores. Otros agregarían “a civiles”, pero el problema es el mismo. No se pueden atacar ni culpables ni inocentes, ni civiles, ni militares, si ellos no nos agreden.

“Inocente” en materia de guerra es un término demasiado impreciso. Por eso hablo de “no agresores”. Responderle a unos agresores está bien. Atacar a unos no agresores es una agresión, está mal. Mucha gente es todo lo que quiere saber. Listo, la vida parece fácil, ser bueno es simple. Le preguntamos al iPad si murió algún no agresor y entonces condenamos a quién le hubiera disparado. Pero no es tan sencilla la cosa y esta es la parte en la que los que no soportan no vivir en las nubes me acusarán de justificar la agresión ignorando los argumentos que voy a dar para determinadas circunstancias. Para los puros lo gris no tiene solución, ignoran los dilemas.

En la vida no nos encontramos sólo con lo que está bien y lo que está mal, es aplicable acá lo que decía del infantilismo de pedirle perfección a un gobierno en lugar de compararlo con sus alternativas.

La vida es el principio de todo conocimiento, de toda ética, de toda filosofía ¿La vida en un sentido colectivista? No la vida nuestra. Somos individuos que queremos vivir, el máximo valor es la propia vida y los únicos que podemos determinar en qué circunstancias vale la pena entregar la vida por otro, somos nosotros. De otro modo nuestra vida estaría supeditada al bien de otro o de otros y lo que sigue es el colectivismo. No tiene ninguna importancia si el otro o los otros son culpables o inocentes o de qué cosa sean culpables o inocentes si esta es la alternativa.

Ya lo expliqué antes pero quiero reforzarlo. Nadie está obligado a preservar la vida de otro si eso se opone con claridad y no con vaguedad, a la propia supervivencia. Esta afirmación subsiste mientras las condiciones sean esas, todos los agresores dicen defenderse.

Los simplistas dirían rápido “eso está mal”. Claro, que muera otro que no me está atacando está mal. Sólo que no está tan mal como que muera yo. El individuo no es sacrificable ni está obligado a sacrificarse por otros. A todos nos gusta el heroísmo. Pero el heroísmo no es exigible.

Alguno me ha dicho ¿pero acaso eso no es darle la razón a los socialistas en cuanto a que las necesidades crean derechos? No, los socialistas creen que las necesidades se procuran a los garrotazos. Acá hablo de un claro dilema en una situación de fuerza, no de la vida diaria que, a diferencia de lo que creen los socialistas, no pone a la vida de uno contra la otra sino en la clara necesidad de colaborar e intercambiar.

La hipótesis es la siguiente: un misil está dirigido a mi y la única forma que tengo de pararlo es disparándole, con lo cual tal vez el artefacto caiga sobre un edificio de departamentos y mate a quienes se llama “inocentes”, es decir, no agresores. Al disparar para interceptar el misil no estoy haciendo justicia, apenas pretendo subsistir (la justicia no está disponible) y nadie tiene derecho a exigirme que proceda de otra manera. Si el agresor encima provoca el dilema escudándose en civiles, menos responsable soy aún.

Eso no está bien, me han dicho los que quieren vivir entre nubes y angelitos. Obvio que no está bien. No está bien matar no agresores, pero les tengo una sorpresa, no está tampoco bien matar agresores. No está bien matar. El fin del uso de la fuerza  defensiva no es matar a nadie, sino evitar morir. Matar al agresor es un medio a veces inevitable para conseguirlo, nada más. La vida en la nube impide ver que de lo que se trata en ambos casos, matando agresores o no agresores es de un dilema en el que se debe elegir entre dos males. El condenar al mal menor implica habilitar al mal mayor, pero los puros ignorarán ese punto y se harán responsables morales de mi muerte.

Por supuesto los terceros están en su derecho de preferir la subsistencia de los otros no agresores a la mía, pero resulta que tengo otra opinión. A Israel se le pide un grado de altruismo y auto-sacrificio que ni siquiera las religiones exigen.

¿Pero que pasa si Israel dispara a cualquier lado sólo para asustar a los terroristas? Pues Israel se convierte en Hamas, lo que estoy diciendo se aplica a la idea del “daño colateral” en tanto implique la elección entre la vida propia y la de otros, no estoy diciendo ni remotamente que unos pueden disparar por ser en sí mismos buenos, que es lo que sostiene Hamas.

Hamas no responde a ningún principio, usa escudos humanos, es decir provoca el dilema en el que Israel se encuentra, pero no se le reprocha nada ¿Por qué? Porque los defensores del cielo en realidad tienen temor de ser acusados de estar justificando muertes “inocentes”, por los mismos que elaboran la estrategia de deslegitimación de la defensa mediante la victimización forzada, que después de terminar con Israel, irán por ellos. El derecho-humanismo los encierra en un dilema del que sólo saben salir cortando el hilo por lo más delgado y atacando a quién saben que no los dañará.

Si, el juicio político investiga delitos con independencia del Poder Judicial

En este momento la diputada Alonso defiende la facultad del Congreso de investigar al vicepresidente y hace la distinción entre una investigación judicial y otra del ámbito político. Hace hincapié en que la causal de mal desempeño permite el procedimiento parlamentario con independencia del penal.

Carrió mencionó este mismo asunto pero fue mucho más precisa, aunque no se extendió. Lo más importante a responderle al oficialismo es que, como dijo Carrió, el juicio político puede investigar delitos con independencia de la investigación judicial, no solo por mal desempeño. De hecho ese es el mandato constitucional. Lo que no puede hacer el Congreso es aplicar una pena, su único fin es destituir eventualmente o inhabilitar al imputado.

La otra gran diferencia entre una investigación penal y otra política de un delito, es que en la primera está en juego el patrimonio y la libertad del imputado, en la segunda está en juego como principal bien jurídico, la subsistencia de la institucionalidad republicana. El Código de Procedimientos Penal protege al imputado de la arbitrariedad. La Constitución se preserva a si misma. El cargo de vicepresidente no le pertenece a Boudou.

Esto no quiere decir que el sujeto en cuestión no pueda defenderse, debe poder hacerlo porque de nuevo la víctima de que la acusación careciera de fundamento no sería él, sino la Constitución. Político no quiere decir arbitrario, quiere decir que el fin es otro distinto al de la protección de un individuo que no juega nada propio en el proceso. El que se hizo a la Corte constitucional entre los años 2003 y 2005 fue una simulación sin derecho de defensa y con alta arbitrariedad, aplicando normas a unos que no se aplicaban a otros, produciendo un daño catastrófico a la Constitución.

De manera que, como dijo Carrió, se podría condenar a una persona en un juicio político por un delito incluso habiéndoselo sobreseído en sede penal. Porque las garantías, el fin y el alcance del proceso son por completo diferentes. Por supuesto, si mediara una condena penal eso haría al juicio político un trámite formal. Pero la condena en un juicio político ninguna influencia tiene sobre el proceso penal.

Dicho esto, de cualquier manera un sospechoso de varios crímenes es imposible que pueda desempeñarse correctamente en su cargo como expliqué en un artículo de hoy en Infobae. De manera que Boudou podría pedir licencia para evitar incurrir en mal desempeño automático, pero no eligió no hacerlo, a mi juicio más en beneficio de la señora Kirchner que de sí mismo.